PSOE y Unidas Podemos son conscientes de que es prácticamente imposible consensuar todos los temas en el seno del Gobierno de coalición, pero al menos hay que saber canalizarlos antes de que puedan romper el Ejecutivo. El incremento del gasto militar comprometido por Pedro Sánchez en  el marco de una cumbre de la OTAN que pretende cambiar el panorama geopolítico mundial es uno de estos temas. 

Las diferencias entre ambas formaciones respecto a la estrategia y al concepto de seguridad, y también respecto a las prioridades presupuestarias, son de sobra conocidas. Sin embargo, esta semana esas discrepancias se han llevado hasta la frontera que separa los asuntos que simplemente generan tensión de los que tienen potencial para perjudicar de manera grave a la coalición.

El suplemento de crédito de mil millones aprobado este martes en el Consejo de Ministros ha sido la gota que ha colmado un vaso que se viene llenando desde marzo, cuando el presidente del Gobierno anunció su intención de elevar hasta el 2% del PIB el presupuesto militar. El elemento diferencial respecto a otros asuntos problemáticos no solo reside en el contenido de la medida (elevar el gasto en Defensa), sino en la desconfianza que se ha generado entre ambos partidos en el camino de su aprobación.

En Unidas Podemos denuncian haberse enterado por los medios de comunicación de esta partida extraordinaria y, además, acusan al PSOE de haber provocado que la medida pasara desapercibida en los órganos internos del Gobierno.

En concreto, el documento que llegó el jueves a la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios (el foro donde se decide el orden del día de los Consejos de Ministros) no tenía ni fecha de llegada al Consejo, ni definición concreta, ni cuantía exacta de dinero destinado, señalan desde el espacio confederal. 

Esto ha provocado reproches cruzados y acusaciones mutuas entre diferentes ministros (Yolanda Díaz, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska e Ione Belarra) y se ha saldado con la petición por parte de Unidas Podemos de convocar de manera "urgente" la mesa de seguimiento de la coalición.

Se trata, de manera oficial, del foro donde el PSOE y Unidas Podemos coordinan su acción política y engrasan la coalición en todos sus niveles (político, en el Gobierno, en el Parlamento...); sin embargo, en el último año se ha convertido en una señal de alarma que apunta a tensiones importantes entre ambas partes (la última vez que sonó fue durante la negociación de la reforma laboral).

Para Unidas Podemos también es "un alto en el camino", una "parada" que permite canalizar asuntos sensibles, como el del gasto militar. Los de Yolanda Díaz son conscientes de dos realidades: las competencias en materia de Defensa y de política exterior son del PSOE (así lo establece el acuerdo de coalición); y los compromisos de Sánchez con la OTAN y Estados Unidos son firmes.

Pero también recuerdan otras dos: los socialistas han participado de manera directa e, incluso, han puesto en duda políticas que dependían de los departamentos de Unidas Podemos (la reforma laboral, la ley trans, la subida del SMI); y el espacio confederal ha asumido que, aunque se trataba de sus competencias, no iba a rehuir el debate con el PSOE.

Es por esto que los de Díaz han pedido a los de Sánchez tener un debate que se centre en el gasto en Defensa, pero también en la inflación, el principal problema de la economía europea en este momento. "Si las decisiones no son consensuadas, al menos tienen que ser habladas; hay que resolver esto y encontrar canales. El país se merece tener un debate conjunto de Defensa e inflación", insisten.

Los socialistas tienen otra versión 

Desde el ala socialista del Gobierno no comparten la versión de sus compañeros de coalición. Moncloa se afanó desde el lunes por la tarde en contestar a Díaz. Este martes, fuentes gubernamentales insistían en el mismo mensaje que realmente ya había transmitido la portavoz Isabel Rodríguez en la rueda de prensa. Es decir, que la fuerza morada conocía la aprobación del crédito extraordinario.

Además, se destaca que el fondo de contingencia ya había sido usado al menos en otras dos ocasiones recientes para aumentar el gasto en Defensa. "Es algo habitual", afirman. De hecho, en mayo de este mismo año se aprobó una ampliación de 291.785.566,55 euros "para atender los gastos ocasionados por la participación de las Fuerzas Armadas españolas en operaciones en el exterior". Y en marzo, el importe aprobado mediante este fondo fue de 569.854.333,45 euros bajo similar concepto.

Moncloa y Sánchez le han otorgado una relevancia máxima a la cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid. En sus argumentaciones para justificar los incrementos en Defensa insisten en un mensaje: "la seguridad no está garantizada". El "compromiso" del presidente con cumplir lo que marca tanto la alianza atlántica como la UE en este contexto se pone habitualmente de manifiesto. El propio Sánchez ha llamado en los últimos días a UP a "reflexionar" sobre el papel actual de la OTAN.

El Gobierno sí sabía que Díaz iba a anunciar la convocatoria urgente de la comisión del seguimiento de la coalición antes de que la vicepresidenta hablara con los medios de comunicación. En el equipo del presidente Sánchez quieren rebajar la importancia de la misma. Y la enmarcan en que es "un tema de partidos". Pero al respecto sí recuerdan que el último encuentro similar, en el marco del debate sobre la reforma laboral, lo que hizo fue servir "para reforzar la coalición".

"Hay que normalizar las diferencias", insisten en Moncloa. Y también lanzan un mensaje a sus socios. "No tiene nada que ver invertir en Defensa con invertir en servicios y políticas sociales. Se puede compensar con gasto social", destacan fuentes gubernamentales. El resultado de la reunión y cómo resuelvan estas diferencias marcará los próximos meses de la coalición.