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Cierre de filas en Unidas Podemos para hacer frente al 'entusiasmo militarista' del PSOE

El grupo parlamentario de Unidas Podemos acuerda votar en contra de elevar el número de destructores estadounidenses en la base de Rota. Yolanda Díaz e Ione Belarra insisten en su rechazo a incrementar el gasto militar en los PGE de 2023.

Ione Belarra y Yolanda Díaz durante las jornadas sobre Ley Estatal de vivienda
Yolanda Díaz e Ione Belarra en una imagen de archivo. J.J. Guillén / EFE

"Yo le diría a la señora Belarra que pregunte a Yolanda Díaz si dice en Ferrol que se dejen de construir las fragatas F-110 para la Armada, que están creando muchos puestos de trabajo. Que pregunte la señora Belarra a Yolanda Díaz". Este lunes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, apeló a las tensiones en el seno de Unidas Podemos (y en concreto, entre Yolanda Díaz y Podemos) para defender el incremento del gasto militar en los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Robles respondía de esta manera a la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y de Agenda 2030, después de que Belarra insistiera este mismo lunes por la mañana ante la ejecutiva de su partido en la posición contraria de la formación morada a elevar el gasto en Defensa.

Sin embargo, las palabras de la titular de Defensa han topado en esta ocasión con un cierre de filas del espacio confederal, que parece estar dispuesto a dar la batalla hasta el final con su socio del Gobierno para que Pedro Sánchez abandone la "senda militarista" en la que a juicio de Unidas Podemos ha entrado el PSOE, sobre todo tras la celebración de la cumbre de la OTAN la pasada semana en Madrid.

También este mismo lunes, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, manifestó que su posición respecto a elevar el gasto militar en los Presupuestos de 2023 es "clarísima" y conocida. La titular de Trabajo rechazó ya en el mes de marzo elevar esta partida presupuestaria y defendió, al igual que todo el espacio de Unidas Podemos, la necesidad de reforzar las inversiones en servicios públicos como la Sanidad o la Educación.

Además, reprendió a la ministra de Defensa por afirmar que el aumento del gasto militar (Sánchez quiere elevarlo en mil millones este año con un suplemento de crédito sin esperar a los PGE de 2023) iba a recaer en la producción de fragatas en las industrias de Navantia en Ferrol y Cádiz.

"El acuerdo que se quiere plantear de mil millones más para Defensa nada tiene que ver con la carga de trabajo de mi comarca ni de Cádiz. Y bien que lo siento. Esa inversión va a proveer nuevas armas y equipos de protección individual (EPI) de las tropas, pero nada que ver con la carga de trabajo de Navantia en mi comarca y en Cádiz", afirmó la vicepresidenta.

Sin mayoría clara en el Congreso

El fracaso de la izquierda en las elecciones andaluzas, la cumbre de la OTAN y la negociación presupuestaria que el PSOE y Unidas Podemos afrontarán después del verano pero cuya batalla por decidir su orientación ya ha empezado, parecen haber apretado las filas en el seno del espacio confederal.

Aunque Pedro Sánchez y el ala socialista del Gobierno están plenamente comprometidos con elevar el gasto militar en los próximos presupuestos, la resistencia de sus socios a esta medida y al resto de acuerdos alcanzados en la cumbre de la OTAN parece decidida.

Uno de los primeros pasos (y síntomas) de que Unidas Podemos se prepara para dar la batalla contra el aumento del gasto en Defensa es la decisión que adoptó su grupo parlamentario, avanzada por Público, de votar en contra en el Congreso del acuerdo alcanzado entre Sánchez y Joe Biden para aumentar el número de destructores estadounidenses en la base naval de Rota (Cádiz).

De facto, el grupo confederal votará en contra de un pacto que previamente deberá aprobar el Consejo de Ministros. Desde que Sánchez desveló este compromiso con Biden, en Unidas Podemos dejaron claro su rechazo y advirtieron de que "significa más militares, más destructores norteamericanos y una mayor dependencia o sumisión de España a Estados Unidos cuando a veces los intereses no son los mismos".

La negociación presupuestaria no será más cómoda para la coalición que la votación sobre los destructores, y Belarra dejó claro este lunes que los PGE de 2023 serán la "prueba del algodón" de un Ejecutivo que, a su juicio, necesita "recuperar el rumbo" y resintonizar con un electorado progresista que viene de ver en la misma semana las conclusiones de la cumbre de la OTAN y la masacre de 37 personas en la valla de Melilla.

El PSOE, además, no solo no cuenta con el apoyo de sus socios en el Gobierno en los compromisos alcanzados con la Alianza Atlántica y con Estados Unidos. La mayoría de los partidos del denominado bloque de la investidura, que han sostenido al Ejecutivo durante la legislatura, también son contrarios tanto a elevar el número de destructores como a incrementar el gasto militar.

De momento, los de Sánchez solo cuentan con la posibilidad de que el PP respalde estas políticas para que salgan adelante, pero los de Alberto Núñez-Feijóo ya han mostrado su descontento con que el Gobierno no contara con ellos ni les diera cuenta de los pactos alcanzados en el seno de la OTAN. 

"En materias de tanta sensibilidad como es la Defensa deben tomarse con respeto a los aliados y a las Cortes Generales porque también las fuerzas de la oposición tienen derecho a saber lo que se está haciendo", advirtió Yolanda Díaz.

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