El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lleva tres años sin preguntar por la Monarquía a los ciudadanos del Estado. No pregunta ni por cómo valoran la institución ni, muchísimo menos, si prefieren una república como forma del Estado. La opinión de los ciudadanos sobre la Monarquía está silenciada. De hecho, la última vez que el CIS preguntó sobre la jefatura del Estado fue, precisamente, en abril de 2015. Hace ahora tres años. La valoración fue de 4,34. Suspenso. Desde entonces, entre otras cosas, ha habido dos elecciones generales, una condena de seis años de prisión contra Iñaki Urdangarin (cuñado del rey), un polémico discurso del monarca el 3 de octubre sobre el proceso soberanista catalán, o las peculiares imágenes de la discusión entre la reina Letizia y su suegra la reina emérita Sofía. 

Sin embargo, el CIS no ha preguntado en todo este tiempo por la opinión de los españoles sobre la Monarquía y, además, el Gobierno sigue sin explicar por qué se ha eliminado esta pregunta del barómetro. El último en preguntar por estas razones ha sido el senador de EH Bildu Jon Iñarritu, que solicitó al Ejecutivo en pregunta parlamentaria los motivos por los que el CIS silencia la opinión de los ciudadanos sobre la Monarquía y si está previsto preguntar alguna vez por la forma de Estado preferida por los españoles.

La respuesta del Gobierno ha sido la de retorcer los datos hasta que encajen, por una parte, y la de utilizar muchas palabras para no contestar a las preguntas, por otra. Concretamente, el Ejecutivo señala que el barómetro del CIS incluye siempre la pregunta a los encuestados sobre los principales problemas de España, así como otra cuestión sobre aquellos que más les afectan personalmente. A juicio del Gobierno, estas dos preguntas permiten "estimar la valoración que sobre la monarquía tiene la sociedad española" y, además, extraer la conclusión de que para "el 99,8%" de los encuestados la Corona no está incluida entre los tres principales problemas de España. 

Estas dos preguntas del CIS, sin embargo, son abiertas. Es decir, el ciudadano puede responder libremente lo que desee sin atenerse a ningún listado cerrado, tal y como confirma la propia institución a Público. De hecho, el CIS ha asegurado a este medio que la Monarquía "aparece en la lista de problemas siempre que alguien lo menciona al menos una vez". Es decir, el CIS no pregunta a los ciudadanos por la Monarquía, tal y como el Gobierno sostiene, y el Ejecutivo sigue sin explicar, tal y como le pedía Iñarritu, por qué se han eliminado las preguntas que hacían referencia directa a la Corona del barómetro del CIS. 

"El Gobierno ha sido incapaz de aclarar la razón por la que desde hace tres años no pregunta directamente por la monarquía, que debe poder ser valorada por la ciudadanía como cualquier otra institución. Da la sensación de que algunos pretenden ocultar las valoraciones que puedan cuestionar el modelo de Estado", valora el senador Jon Iñarritu en declaraciones a Público. 

Una opinión silenciada

La directora del CIS entre 2008 y 2010, Belén Barreiro, aseguró a Público que "no está escrito en ningún lado" que haya "que preguntar por la monarquía en un momento u otro", pero que ella, como exdirectora, consideraba que había que preguntar por la Corona cada cierto tiempo "sí o sí".

Y durante una época así fue. El CIS, de hecho, ha sido testigo privilegiado de cómo la Corona fue la institución más valorada del Estado durante años (7,48 de nota en diciembre de 1995) y también de cómo, a partir del año 2011, inició un descenso que tocó fondo aparentemente en abril de 2013, barómetro en el que obtuvo un 3,68 de nota. 

Las encuestas de la institución también permitieron apreciar, tras la abdicación de Juan Carlos I y la coronación de Felipe VI, una cierta recuperación de la monarquía con un 4,34 de nota en el barómetro de abril de 2015.

Sin embargo, esa fue la última vez que el CIS preguntó de manera directa y clara a los españoles por la monarquía. Desde entonces han pasado 36 meses. Tres años sin saber la opinión de los ciudadanos sobre una institución, como otras tantas,  financiada también con los presupuestos generales del Estado.