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BARCELONA.- Con casi 220.000 habitantes, Badalona es la tercera ciudad más poblada de Catalunya y la más importante que cuenta con un alcalde del PP. Se trata de Xavier García Albiol, conocido por sus promesas populistas y, sobretodo, por un discurso xenófobo que criminaliza constantemente a personas migradas. ERC, que se quedó fuera del ayuntamiento en los comicios de 2011, presenta en esta ocasión una candidatura encabezada por el periodista Oriol Lladó (1971) y en coalición con Avancem y MES, escisiones soberanistas del PSC. Los independentistas confían en sacar un “resultado histórico”, después que en las elecciones europeas del año pasado se convirtieran en la segunda fuerza de la ciudad.
En noviembre firmasteis un acuerdo con ICV-EUiA para formar un gobierno de progreso después del 24-M, priorizando las políticas sociales y potenciando ejes como la transparencia y participación. Difícilmente bastará para llegar al gobierno. ¿Habéis hablado con el resto de la oposición?
Hemos hablado informalmente, pero ahora es un momento muy difícil con la campaña electoral. Lo que buscábamos era reflejar en un acuerdo un determinado proyecto de ciudad, con líneas muy básicas. El compromiso era que el nuevo ayuntamiento se comprometería a hacer un viraje y a priorizar la atención urgente a un volumen muy importante de la población de Badalona, que lo está pasando muy mal, con cuestiones como la pobreza infantil o la pobreza energética. También apostamos por una revisión a fondo de las políticas sociales, que sean más transversales, y dotarla mucho mejor económicamente. Todo esto en el plan de urgencia social, pero tampoco debemos perder de vista que se debe hacer una planificación más a largo plazo ya desde el primer momento. El análisis que hacemos es que la ciudad está en crisis y lo está pasando muy mal, pero también tenemos una ciudadanía más despierta, crítica y organizada que nunca. Y esto es una oportunidad. En lo que se refiere a la participación, se trata de que no sea una palabra fetiche, sino dotarla realmente de contenido a través de la toma de decisiones, no sólo de la validación, y también a través del control del proceso, que no sea sólo decidir qué hacemos.
¿Sería factible un acuerdo PSC, CiU, ERC e ICV-EUiA para evitar la alcaldía de Albiol?
ERC firmó este acuerdo con Iniciativa porque nos parece que convergemos en determinados elementos de ciudad. En términos ideales, nos gustaría tenerla como socia y también a la gente de Guanyem [Badalona en Comú], pero la política nunca es ideal y literalmente todo dependerá de lo que pase el 24 de mayo. Lo que tenemos claro es que vamos a hacer todo lo necesario para que el señor García Albiol no sea alcalde y para que haya un gobierno que pueda articular en la medida de lo posible buena parte de los puntos que decidimos en este preacuerdo y en nuestro programa electoral. A la hora de buscar desbloqueos y puntos de entendimiento nosotros podemos jugar un papel importante.
Badalona es la principal alcaldía del PP en Cataluña y el alcalde tiene un perfil mediático importante. ¿En qué ha cambiado la ciudad en los últimos cuatro años?
El gobierno del PP no ha conseguido ni ha creado un proyecto de ciudad. Lo que tiene es un gran plan de comunicación. El actual alcalde desde el primer día ha hecho de candidato y no de alcalde, porque un alcalde debe intentar encajar y pacificar las diferentes visiones de ciudad, ser un elemento solucionador y no polemizador, que juega con las desavenencias. Buena parte del trabajo hecho por el gobierno del PP eran proyectos que ya estaban en curso con el anterior gobierno y que a él le ha tocado ejecutar, como el Paseo Marítimo u obras de urbanización. Ha sido continuista en cuestiones urbanísticas y a la vez que se han eliminado muchos programas sociales y cortocircuitado buena parte de la sociedad civil organizada. Y además, ha continuado tensionando una ciudad que no está tan tensionada.
Con su lenguaje xenófobo, Albiol contribuye a estigmatizar ciertos badaloneses, vinculando personas migradas y delincuencia, vendiendo el riesgo de conflictos en la ciudad. ¿El riesgo es real?
Badalona tiene un problema compartido con otras ciudades metropolitanas y es que la crisis ha atacado muy fuerte, ha incrementado las desigualdades y ahora la población más afectada está más desprotegida. En determinados ámbitos esto te lleva a una cierta competencia entre la población que puede ser utilizada de manera malintencionada, que es lo que se ha hecho. Pero no hay un problema de convivencia. Con este lenguaje se puede incitar a la violencia, pero a pesar de todo, estos cuatro años la ciudad ha aguantado bien. Tenemos un bombero pirómano, pero hay redes ignífugas que evitan el incendio. Lo que no nos podemos permitir es cuatro años más de esto, porque pueden ser muy complicados. Necesitamos un gobierno que esté unido con la gente y vaya solucionando los problemas, no que los haga más grandes. Badalona ha sido una ciudad muy luchadora y ha estado en la vanguardia de cosas muy positivas, pero ahora está en la vanguardia de algo negativo.
El discurso del alcalde es claramente xenófobo, pero la sensación es que la izquierda no ha sido capaz de articular una respuesta que llegue a los barrios. ¿Qué ha fallado?
Ya veremos qué pasará. Se le debe reconocer a García Albiol tener una primera victoria, que es imponer un marco que lo vende como un alcalde ganador y que volverá a ganar. Forma parte de un relato construido como una hormiguita por este alcalde, pero discuto que sea el escenario. Creo que ERC, pero también ICV y Guanyem, hemos trabajado para llegar a mucha gente y conocer su opinión. Ha habido un esfuerzo por conocer cuál es la realidad y lo que debe ser a partir del 24 de mayo. Una parte de estas fuerzas hemos hecho procesos de ensanchamiento y hemos intentado llegar a acuerdos de entendimiento previos y tener algunos puentes mínimamente establecidos. Creo que sí se ha hecho una autocrítica. La prioridad para nosotros es asegurar que esta persona no vuelve a gobernar la ciudad y que tenemos el margen, la confianza y la fuerza suficiente como para intentar promover un gobierno diferente.
ERC nunca ha alcanzado el 8% de los votos en una elecciones municipales en Badalona y en 2011 no llegó ni al 4%, pero en las europeas del año pasado alcanzó el 17%. ¿Cuál sería un objetivo realista?
Nuestro análisis es que hace un año sacamos un resultado difícilmente repetible pero nos indica algo y es que nuestro proyecto es escuchado y visto con cierto interés en lugares donde no llegábamos dos años antes. Si nos escucharon en 2014, nos pueden volver a escuchar en 2015. Además, en estas elecciones una parte de la población votará en clave plebiscitaria y presentamos una propuesta inequívoca de compromiso con la hoja de ruta de la ANC [Asamblea Nacional Catalana] y la AMI [Asociación de Municipios por la Independencia]. También hay un elemento importante que es lo que pasó el 9-N [la consulta independentista]. En Badalona hubo 50.000 votos, cuando el PP se plantó a tres concejales de la mayoría absoluta sólo con 27.000.
El 9-N, 36.000 votos se decantaron por el sí-sí, la opción independentista. En 2011, en las municipales, entre ICV, CiU y ERC sumaron sólo 20.000 votos.
Hay margen para avanzar. El voto del 9-N es complejo, pero es un voto claro por un cambio, para hacer las cosas de otra manera. Entre las europeas y el 9-N, tenemos la sensación de que hay un cambio en Badalona, de que tendremos un buen resultado y podremos contribuir a un gobierno diferente. No renunciamos a nada. Entendemos que lograremos un resultado histórico, pero no quiero situarlo en concejales, porque eso siempre es un terreno peligroso.
A ERC le cuesta mucho arraigar en ciertos barrios y poblaciones del área metropolitana de Barcelona, como Badalona. ¿La razón es que el discurso independentista genera rechazo en estas zonas?
Es probable. Creo que en las ciudades metropolitanas, también en Badalona, hay muchas conversaciones pendientes. ERC todavía es vista, aunque cada vez menos, como una fuerza alejada que a veces no se sabe muy bien porque defiende las cosas que defiende. Yo veo muy claro el vínculo que para solucionar los problemas estructurales hay que revisar el marco legal y, por lo tanto, cuando hablamos de independencia hablamos de una herramienta para solucionar problemas. Pero esto muchas veces la gente no lo compra. Seguramente no hemos sabido conectar bien el discurso del día a día y las necesidades inmediatas con una mirada si quieres más a medio plazo.
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha dicho que las municipales serán la primera vuelta de la independencia de Catalunya, pero no parece que en muchas de las grandes ciudades las fuerzas soberanistas vayan a ganar. ¿El proceso independentista puede quedar tocado?
Desde el 9-N el independentismo debe saber decodificar y analizarse sin tanto dramatismo. Lo que creo que veremos el 24-M es que el independentismo y las fuerzas comprometidas con el proceso aguantan y que además entran o se consolidan otras fuerzas transformadoras. Y una y otra cosa están muy relacionadas.
Pero también se dará el crecimiento de una opción claramente unionista, como Ciudadanos.
Sí, pero la duda está a expensas de quién. La buena noticia sería que fuera a costa del PP, la mala es que sea del PSC, porque con el PSC tenemos consensos importantes en temas de país, como la inmersión lingüística. Es un tema que no ha estado en riesgo a pesar de los cuatro años de gobierno del PP, pero la entrada de una formación que ha sido programada para poner este tema sobre la mesa, tensionará otras fuerzas y es un elemento muy preocupante.
¿La aparición de una candidatura como Guanyem Badalona en Comú, más vinculadas a los movimientos sociales, puede llevar otros partidos a vincularse más con la calle?
No lo sé. ERC ha sido siempre un partido muy comprometido con la sociedad civil y gran parte de nuestra militancia también está implicada en varias entidades. Creo que estamos bien conectados con la ciudadanía, pero quizás hay ámbitos en los que lo estamos menos y ya iremos mejorando. Quizás Guanyem también hay ámbitos donde llega menos, pero celebro mucho que se haya organizado y estoy seguro de que nos entenderemos, como lo haremos con ICV y espero que con más fuerzas. En todo caso, si se da el caso no podemos gobernar la ciudad como si el PP hubiera sido sólo un paréntesis. Estos cuatro años han pasado y son una oportunidad para ser más exigentes, ambiciosos, imaginativos y actuar con más peso político. A partir de mayo de 2015 debe venir algo mejor. El país y la ciudad han cambiado mucho en cuatro años y esto es una oportunidad. Y o aprovechamos este momento para cambiar cosas o la segunda oleada populista ya no nos hará tanta gracia, porque quizás ya nos arrastra de verdad. Tenemos el deber y la necesidad de responder de otra manera.
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