Madrid
Actualizado:La abogada del momento se decanta por Bach cuando la presión del juicio arrecia y la ansiedad llama a la puerta. Ni hablar de Diazepam. Metódica hasta la extenuación, dura e implacable cuando la ocasión lo merece, minuciosa siempre, Olga Tubau (París, 1961) es una de las letradas más respetadas por su capacidad de trabajo y talento.
Nacida en el seno de una familia trabajadora que migró a París huyendo de esa España gris tallada en las hoscas aristas del No-Do y la miseria, Tubau fue la primera de su estirpe en ir a la universidad. Hija de un yesero y de una costurera, ambos comunistas y revolucionarios, configuró su carácter y tenacidad desde la carencia y el compromiso.
Su interés por el derecho no fue vocacional siendo su primera opción las humanidades, en concreto la filosofía francesa. Fue el prestigioso abogado Luis del Castillo, padre de su gran amiga y compañera Berta del Castillo, quien le persuadió para que estudiara leyes. El tiempo le ha dado la razón.
Mantiene con su profesión una suerte de tensión. Tuvo que llegar el confinamiento y sus rigores lo que confirmara su amor por la abogacía penal. "Me he reafirmado en que mi profesión, que tantas veces me exaspera, es una profesión extraordinaria", llegó a confesar en una reciente entrevista para La Vanguardia.
Ni la cascada de flashes ni los cientos de periodistas apostados en las escaleras de los tribunales le son ajenos. Antes de que Rubiales contratara sus servicios, Tubau se ha curtido con la prensa en casos tan mediáticos como el que ahora le ocupa. En los 90, representó –junto a Francesc Jufresa– a Segundo Marey, un vendedor inmobiliario raptado por mercenarios pagados con fondos reservados del Ministerio del Interior, caso que acabó con la condena de José Barrionuevo y Rafael Vera.
Muy comentada fue también su defensa de los dos agentes acusados de reventar el ojo con una bala de goma a Ester Quintana. Un proceso que terminó con la absolución de ambos, si bien Tubau consiguió que la Generalitat asumiera una indemnización para la víctima antes del juicio. Otro de sus casos más referidos ha sido el del productor televisivo Josep Maria Mainat, a quien defendió ante su mujer, Angela Dobrowolski.
Pero sin duda ha sido la causa del mayor Josep Lluís Trapero, absuelto, la que le ha terminado por situar entre las letradas más reverenciadas del momento. Un sentir que quedó reflejado vía Twitter a través de las espontáneas palabras David Aineto, compañero penalista, que quiso reivindicar el trabajo de Tubau después de que esta rompiera a llorar fruto de la tensión acumulada: "Olga, las lagrimas son el fruto del bien trabajo y una pasión por la verdad y a su defensa. Gracias por tu labor y estilo".
¿Te ha resultado interesante esta noticia?
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>