La sesión del Congreso de este miércoles empezaba, como siempre, con las preguntas del día en el pasillo a los miembros del Gobierno presentes. Hoy se preguntaba sobre todo por Cristina Cifuentes y sus presuntas notas falsificadas por una funcionaria en 2014 y sobre la actual directora general del Imserso, que relató ante notario cómo se desviaron fondos públicos destinados a la reinserción de menores en beneficio de los líderes del PP madrileño.

Así que hoy los ministros y portavoces estaban menos leídos que nunca: “No lo he leído”, ha sido la respuesta reiterada.

Después Mariano Rajoy se ha enfrentado a Margarita Robles por las pensiones. La portavoz socialista ha empezado por las faltas de respeto de su portavoz parlamentario, Rafael Hernando, al decir que las movilizaciones de los pensionistas “no sirven para nada”.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. REUTERS/Susana Vera

Rajoy ha negado la mayor: no le constan esas declaraciones y, después de afirmar que respetan todas las movilizaciones, ha acusado al PSOE de alentar las peticiones de los pensionistas ofreciéndoles "palabras vacías y cheques sin fondos" y les ha sugerido que propongan “propuestas factibles” en el Pacto de Toledo.

Después, Aitor Esteban, el portavoz del PNV, le ha echado en cara que tengamos una ley de Secretos Oficiales franquista cuya reforma se mantiene bloqueada. El portavoz vasco le ha afeado también la conducta al respecto al resto de grupos. Ha denunciado que el PP pretende que no se puedan ver documentos hasta 2023, Ciudadanos hasta 2040 y PSOE hasta 2030. Esto más que un estado de derecho es “un estado oscurantista de derecho”, ha remachado y ha señalado la vergüenza que supone para nuestros investigadores tener que buscar nuestra documentación en el extranjero.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, conversa con el diputado de Unidos Podemos Alberto Garzón durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso. EFE/Juan Carlos Hidalgo

A Jordi Xuclá, del PDECat, que ha preguntado al Presidente por el ascenso en la Guardia Civil de Pérez de los Cobos, el responsable del dispositivo del 1 de octubre, se lo ha quitado de encima con un es “la Guardia Civil quien traslada” a sus miembros y ha hecho caso omiso a la acusación de Xuclá de que el puesto se dejó desierto el tiempo pertinente para premiar a este alto mando. Mariano Rajoy ha zanjado el tema acusándole de que no le gusta la guardia civil y afirmando que “a los únicos que no les gusta la guardia civil es a los que se saltan la ley a la torera”.

Las noticias falsas

Después era el turno de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha empezado viéndoselas con Irene Montero que le ha interrogado por la propuesta del PP de hacer “un sellado a las noticias para combatir la desinformación”.

“Ustedes son los mayores fabricantes de noticias falsas”, le ha lanzado y le ha enumerado unas cuantas “el Prestige, armas de destrucción masiva, el 11-M, las 500 denuncias de censura en RTVE…” y le ha pedido que “consiga que en su partido no se mienta tanto como se roba”, que consiga que no se imponga “la censura de Cospedal”.

La vice se ha defendido con “el bulo de Lavapiés” y atacando la web que Manuela Carmena puso en marcha en el ayuntamiento de Madrid, llamada Versión Original, “la única verdad”, según Sáenz de Santamaría. “Hay muy poco de new y mucho de fake, especialmente de su grupo”, ha afirmado y toda su grada aplaudía, menos Cospedal, a la que la vicepresidenta del Gobierno ni ha mentado.

Albert Rivera, por su parte, le ha atizado duramente otra vez con el asunto catalán. El líder de Ciudadanos pide que alguien en el Gobierno asuma responsabilidades porque el juzgado número 13 de Barcelona investiga el desvío de más de dos millones de euros de dinero público para el independentismo y Mariano Rajoy, en pleno, y Cristóbal Montoro, en comisión, afirmaron que “ni un euro” de dinero público se desvió para esos fines. “O el Sr. Montoro y el Sr. Rajoy nos han tomado el pelo en esta cámara” o la Generalitat se lo tomó a ustedes. “Ustedes mintieron en sede parlamentaria”. “¿Quién de su gobierno se va a responsabilizar de esta barbaridad?”, le ha preguntado.

La vicepresidenta le ha callado la boca con la hemeroteca. Le ha recordado los cambios de postura de su gobierno durante el procés: cómo pedía cintura con los independentistas al principio y cómo aplicar el 155 le parecía “un favor para los independentistas”.

Después de estas intervenciones, el hemiciclo se ha seudo vaciado, como es costumbre. María Dolores de Cospedal se ha escabullido, pegada al presidente del Gobierno, de la pregunta sobre porqué ha sido la única persona de la bancada azul que hoy no ha aplaudido a la vicepresidenta del Gobierno.