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Ley de infancia Ione Belarra: "La ley de infancia es política con mayúsculas porque cambia la vida"

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha declarado en el pleno del Congreso que la nueva ley de protección a la infancia "es un paso esencial que demuestra que la política puede, debe y va a mejorar la vida de un país".

La ministras de Derechos Sociales, Ione Belarra, durante su intervención en el pleno del Congreso que aprueba este jueves de forma definitiva la ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
La ministras de Derechos Sociales, Ione Belarra, durante su intervención en el pleno del Congreso que aprueba forma definitiva la ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia. Fernando Alvarado / EFE

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha destacado el consenso alcanzado en torno a la aprobación de la ley la ley de protección a la infancia frente a la violencia, porque cambia la vida de los niños y refuerza su protección, como la de los menores migrantes.

Durante su intervención en el Congreso de los Diputados, que este jueves aprueba definitivamente la ley, bautizada por el Gobierno como ley Rhodes, Belarra ha agradecido el trabajo "incansable" del pianista y activista James Rhodes en una norma "pionera" que se ha comprometido a desarrollar con diligencia para que "desde mañana mismo, los niños empiecen a notar sus efectos".

"No va a ocupar portadas la aprobación de esta ley en el Parlamento, pero es un paso esencial que demuestra que la política puede, debe y va a mejorar la vida de un país", ha aseverado la ministra. "Podemos decir que estamos haciendo política con mayúsculas, la que cambia la vida de la gente y le da sentido a la palabra democracia".

La ministra ha destacado las mejoras introducidas durante la tramitación parlamentaria en ambas cámaras, como la eliminación de los desnudos integrales en las pruebas de determinación de edad en los casos de los menores no acompañados.

También, la prohibición de la contención mecánica, como las sujeciones a una cama de los menores en los centros, la ampliación del inicio de la prescripción de los delitos a los 35 años de la víctima -ahora a los 18- y la promoción de un cambio cultural que implique un rechazo de toda la ciudadanía hacia la violencia.

Cooperación entre Ministerios

Ha agradecido a su compañera, la ministra de Igualdad, Irene Montero, sus aportaciones "para cristalizar la perspectiva de género", como la supresión del síndrome de alineación parental (SAP), "utilizado para argumentar que el rechazo del niño hacia el padre era manipulación materna", o la suspensión de las visitas de los padres en casos en los que el menor ha presenciado violencia.

"El mayor éxito de la ley es que manda un mensaje claro e inequívoco de que sea cual sea el origen social o su color de piel no es aceptable ningún acto de violencia contra un niño en democracia", ha asegurado.

Para Belarra es esencial la aportación de los niños en las políticas de infancia, que van a estar representados en el Consejo de Participación Estatal, y les ha reclamado sus críticas y aportaciones a la ley para mejorarla.

"Esta ley es vuestra, hacerla vuestra y con ello no quiero que digáis que es perfecta, ser críticos y decirnos qué falta y en qué tenemos que trabajar".

Para Belarra la financiación de la ley está garantizada y ha recordado que la memoria económica destina más de 70 millones para su desarrollo.

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