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El comisario Marcelino Martín Blas, acusado por su homólogo José Villarejo y por el pequeño Nicolás de manipular pruebas, ha sido destituido de sus funciones como jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y será destinado al Consejo Asesor. Así lo han señalado a Público fuentes oficiales de la Dirección General de la Policía que han asegurado que este “lunes por la tarde el comisario firmó su cambio de destino al Consejo Asesor", aunque han matizado que no se trata "de una destitución”.
Este nuevo destino del comisario Marcelino Martín es conocido por los sindicatos policiales como “la M-30 porque se suele hacer es mucho pasillo a la espera de un destino". "No les afecta a la remuneración económica, pero tampoco es donde desea estar un policía”, señalan fuentes de la Policía.
Los motivos de este cambio de destino, no obstante, no han sido desvelados por la Dirección General, donde el comisario Marcelino Martín Blas tiene a su mayor protector: el propio director Ignacio Cosidó.
De hecho, sobre el jefe de Asuntos Internos no existía ninguna denuncia escrita ni tampoco ninguna investigación abierta dentro de la Policía ni en los tribunales, a pesar de las acusaciones mediáticas hechas por el comisario José Villarejo a raíz de ser vinculado en un informe de Asuntos Internos con el caso del pequeño Nicolás.
Sobre el comisario Villarejo, en cambio, sí hay abierta una investigación dentro de la Policía tras las informaciones publicadas sobre su patrimonio de 16 millones de euros y sus actividades económicas privadas. Según la Dirección General de la Policía, “la investigación sigue su curso pero aún no podemos adelantar ninguna conclusión”.
El nuevo destino del comisario Martín es conocido por los sindicatos policiales como “la M-30 porque se suele hacer es mucho pasillo a la espera de un destino"
Esta investigación ha sido encargada por el Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino, a un compañero del controvertido agente y con el que compartió militancia en el Sindicato Profesional de la Policía (SPP). El comisario Villarejo ha hecho llegar a Público su réplica sobre la información desvelada por este medio sobre la investigación abierta contra él y asegura que en ningún caso vulnera la Ley de Incompatibilidades.
El caso Nicolás
La Dirección General de la Policía tampoco ha querido confirmar si este cese es debido a la investigación del 'caso pequeño Nicolás', que se ha visto emponzoñada por una grabación de una conversación entre agentes del CNI, el comisario Martín Blas y algunos de sus agentes de Asuntos Internos.
Según manifestaciones públicas de Nicolás y de sus abogados, la detención del presunto estafador fue ilegal y en la conversación entre los agentes de ambos cuerpos se habla de “lavar” pruebas que podrían ser comprometedoras para algunas personas o instituciones. Sin embargo, el estudio elaborado por la Policía Científica sobre esta grabación asegura que lo que se dice en la conversación es “dar” y no “lavar”.
Fue Información Sensible, el medio de comunicación vinculado al comisario José Villarejo, quien desveló que el entorno de Francisco Nicolás había recibido esta grabación de “un amigo del CNI”. También fue este medio quien descubrió el encuentro que había tenido lugar en el madrileño parque Santander entre el presunto estafador, un presunto miembro del CNI y los periodistas Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta.
"El espectáculo estaba enfadando a otros comisarios y al cuerpo policial en sí”, han señalado fuentes policiales.
A principios de diciembre era el propio Francisco Nicolás quien ofrecía a los periodistas esta grabación y aseguraba que iba a denunciar al comisario de Asuntos Internos. “El que va a caer es Marcelino”, explicaba.
Es más, dos días antes de ser llamado a declarar en el mes de diciembre por el juez Arturo Zamarriego, Nicolás se presentó en la sede de la Unidad de Asuntos Internos pidiendo ver al instructor de la causa y al comisario y anunciándoles que serían denunciados. Pero nunca hizo llegar esa grabación al juzgado. Fue Asuntos Internos quien tuvo que conseguirla y entregársela al juez que instruye la causa.
Este cúmulo de acontecimientos, más algunas informaciones aportadas a los investigadores, llevaron a que Asuntos Internos elaborara en diciembre un informe sobre las cámaras de seguridad que registraron los encuentros de Nicolás esa tarde en el parque y sirvieron para identificar erróneamente a un viandante con el comisario Villarejo.
Guerra de comisarios
A partir de ahí el comisario José Villarejo desató su ofensiva y aseguró que iba a denunciar al comisario de Asuntos Internos por manipular pruebas para incluirle en la causa de Nicolás. Así, también pedía declarar voluntariamente ante el juez Zamarriego para aclarar el asunto. Sin embargo, en el sumario del 'caso Nicolás' no aparece esa petición de comparecencia y en los juzgados de Plaza Castilla ninguna denuncia contra Martín Blas.
Lo único que hay en el sumario es la personación de la asociación Transparencia y Justicia, de la que es secretario el abogado de Villarejo: Rafael Redondo. Esta asociación expresa en uno de sus escritos del sumario la sospecha de que la Unidad de Asuntos Internos habría entregado a Público algunas de las pruebas contra Nicolás- una información rotundamente falsa-.
El propio Francisco Nicolás también ha decidido en las últimas semanas no denunciar al comisario Marcelino Martín Blas, a pesar de que desde el mes de octubre había asegurado que lo haría y que tenía pruebas para terminar con su carrera.
Algunas fuentes apuntan a que Eugenio Pino, el director adjunto de la Policía y que también tenía depositada su confianza en Martín Blas hasta que estalló esta guerra, “ha mediado para que los dos se calmen y las aguas vuelvan a su cauce". "El espectáculo estaba enfadando a otros comisarios y al cuerpo policial en sí”, han señalado a Público estas fuentes.
Entras las operaciones más relevantes de Asuntos Internos durante el paso del comisario Marcelino Martín Blas está la detención de seis policías de Cartagena (Murcia) vinculados con la muerte de un hombre que llamó a la Policía pidiendo ayuda; y también la de casi una decena de agentes de la Comisaría de Carabanchel acusados de manipular pruebas para elevar el índice de casos resueltos.
Sin embargo, lo que parecen no perdonarle otros comisarios y que fue el detonante de la guerra abierta ahora, es que presuntamente relacionase con el caso Gao Ping al comisario del aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca, y al hijo del comisario José Villarejo.
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