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Íñigo Errejón: "Sumar es una herramienta para la democratización de la libertad"

entrevista Errejón
El portavoz de Sumar en el Congreso, íñigo Errejón. Jaime García-Morato

A sus 40 años, Íñigo Errejón (Madrid, 1983) es ya un viejo conocido de la política española. Es conocida y reconocida su incidencia en la configuración de la izquierda en la última década. No en vano, fue uno de los arquitectos de Podemos o Más País. Conoce, por tanto, el material y los planos con los que se ha construido su espacio político. Él mismo contribuyó a diseñarlos. Hoy, es portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados —un cargo que ha estrenado recientemente— y también uno de los encargados de redactar la ponencia política en la constitución de la formación. También ha participado en la estrategia electoral de Sumar en Galicia, donde se celebrarán elecciones el 18 de febrero.

Muchos frentes abiertos y muchas preguntas en un momento crucial tanto para la política nacional, como para el devenir de la formación a la que representa.

Podemos denuncia que alguien ha entrado a sus despachos situados en la zona en la que se ubica Sumar y ha sacado sus pertenencias a los pasillos. Todo ello, después de que la Mesa del Congreso informara, el 30 de enero, de una redistribución de espacios. ¿Qué imagen da esto a la ciudadanía?

Lo que ha pasado es una cosa bastante normal, que es que la Mesa del Congreso ha decidido que si cambias de grupo parlamentario, cambias de despachos, y eso fue un acuerdo de la Mesa de finales de enero que lo que hace es reasignar nuevos despachos a los diputados que cambiaron de grupo, que estaban en el grupo de Sumar y que ahora están en el Grupo Mixto.

Pero, ¿qué imagen le da este tipo de disputas a la ciudadanía?

Creo que estas cosas pasan a menudo, pasan en las oficinas, en los trabajos… Entiendo que estas cosas a veces puedan llamar la atención por lo que tienen de anecdótico, pero hay que poner en valor que esta semana se ha aprobado la subida del salario mínimo interprofesional, que supone que cobren un 5% más 2,5 millones de trabajadores directamente. En España pasan cosas que mejoran la vida de la gente, y lo otro es una decisión normal de la Mesa a la que se le ha dado cumplimiento.

Sumar nació con la vocación de devolver la política a la gente que parece haber tirado la toalla en este ámbito. ¿Cómo se lucha contra la desafección a la política?

La primera respuesta es que es difícil porque, efectivamente, soplan vientos de un momento de cinismo; soplan vientos de creer que lo colectivo es imposible y, además, de que no hay futuro. Nuestra disputa con los reaccionarios no es por un modelo de futuro o por otro, es por defender nosotros la idea de que hoy sí hay futuro. Lo rompedor es defender que sí hay futuro, porque si no hay futuro, como defienden los reaccionarios, todo es una carrera desenfrenada contra uno mismo, contra el resto y contra el planeta y, por tanto, no vale la pena cuidar nada. Entonces, ¿cómo se hace para luchar contra la sensación de que de que no hay futuro y que, por tanto, simplemente hay que ir a la tuya, intentar pisar al de al lado e intentar salvarte tú, porque esto no tiene solución? Creo que hay que sacar la política del sistema político, es decir, la política hay que traerla de vuelta a la discusión de las cuestiones de la vida cotidiana.

"La política tiene que hablar del tiempo libre que tienes para estar con tus seres queridos"

La política tiene que hablar del tiempo libre que tienes para estar con tus seres queridos, para dormir, para hacer la compra, para cocinar, para estudiar… La política tiene que hablar de si puedes pagar un alquiler normal o si los rentistas y los caseros se están llevando el grueso de tu salario para que tengas derecho a una vivienda. Cada oleada democrática intenta decir 'oigan, está muy bien que haya democracia en la elección de los parlamentarios, pero la democracia tiene que llegar a los barrios, a las relaciones de trabajo, a las relaciones humanas, a la relación con el medio', y cuando hay repliegue de estos momentos democráticos, siempre volvemos a que la política trata de los temas exclusivamente institucionales, parlamentarios, de la relación entre políticos y periodistas o de lo que dice un político sobre otro. Y creo que es fundamental hacer un esfuerzo de sacar la política del sistema político.

Nosotros asumimos en la ponencia político-ideológica de Sumar la voluntad de querer ser un movimiento democrático, una fuerza por la expansión de la democracia. Es gracias a Sumar que evitamos una involución autoritaria y reaccionaria como está habiendo en muchos países de nuestro entorno. Nos salvamos por los pelos de una involución autoritaria de una manera muy ajustada y conseguimos la defensa de la democracia realmente existente, mínima, que tenemos. Hoy conseguimos esa parte defensiva y la ponencia político-ideológica dice que es hora de pasar a la ofensiva, y pasar a la ofensiva es pasar a un rearme ideológico como un movimiento por la expansión de la democracia en el Estado, en todos los sectores del Estado, adonde todavía no ha llegado: en las relaciones sociales y en la economía, en los trabajos, en la relación con tu casero… Hemos logrado parar la involución democrática pero, a diferencia del Partido Socialista, no creemos que nos podamos quedar ahí. Ahora hay que llevar la democracia hasta sus últimas consecuencias.

Íñigo Errejón
Íñigo Errejón, portavoz de Sumar en el Congreso. Jaime García-Morato

En la ponencia política de Sumar se fija el objetivo de disputarle el concepto de libertad a la derecha, un concepto que la derecha ha utilizado, desde Ayuso a Milei, para ganar elecciones. ¿Por qué ahora es el momento de dar esta batalla, y la batalla ideológica en general? ¿Está la izquierda en condiciones de salir de esa fase de aguante de posición o defensiva para lanzar una ofensiva? ¿Qué ha cambiado?

Esto nos ha dado muchos quebraderos de cabeza fértiles y virtuosos; lo hemos discutido mucho y lo queremos discutir más. En primer lugar, lo que nos hace pensar que una cosa así es posible es la voluntad, es lo que queremos hacer y lo que queremos que pase en España. Hacemos un análisis y es que hace falta un horizonte de futuro, que hay que ofrecer una idea de futuro y proponer una brújula. Estamos en un momento de repliegue, incertidumbre y falta de referentes ideológicos de la izquierda en todo el mundo. Hay que intentar conservar lo mejor de lo que tenemos, de la herencia, de lo que nos dejaron nuestras madres, nuestras abuelas y nuestros abuelos; pero eso es una parte del trabajo y queremos ir a por más.

Nosotros estamos convencidos de que en los momentos de crisis, de crisis ecológica, de crisis social, de crisis ideológica, no avanzar es lo mismo que retroceder. No vivimos en un momento estable en el que el equilibrio de fuerzas sociales ha pactado una forma de convivencia que va a caracterizar décadas. Eso lo hemos vivido en el pasado y no estamos en eso. Hoy estamos en una disputa muy intensa en el Estado y en la sociedad civil por ver cómo será la España del futuro. El momento de disputa es tan intenso que este Gobierno ha nacido asumiendo de inmediato una inmensa movilización del bloque reaccionario en la que los fascistas de la calle Ferraz han sido sólo la infantería.

"Esta no puede ser una legislatura de consolidación"

El bloque ha sido un bloque que con sus posiciones de poder económico, mediático y en el Estado, en muchos sectores del Estado que se consideran por encima de la soberanía popular, han desatado toda una disputa para vetar lo que pueda decidir la soberanía popular. En un momento así de crisis no hay tal cosa como consolidar o defender los derechos: o se expanden o retroceden, y hoy no expandirlo equivale a retroceder. Esta no puede ser una legislatura de consolidación.

Estamos en el momento de disputa en el que la forma de defender la democracia es expandirla. Si la vida se va llenando de incertidumbre, las discusiones entre políticos van a importar cada vez menos. En Argentina las condiciones que han posibilitado que gane Milei han sido previamente un distanciamiento, un hartazgo, un cansancio y un cinismo con respecto a la posibilidad de la política y del Estado para mejorarte la vida. Así que cuando el Estado no es un Estado responsable, presente, justo, que te puede ayudar, que te puede garantizar una vida tranquila, es muy posible que tú digas: ¿Y entonces a mí para qué me vale? Y ahí es cuando se abren camino las propuestas de los reaccionarios.

En una reciente intervención suya en la tribuna del Congreso hablaba de que cuando la izquierda gobierna tan solo llega a controlar el 20% del poder. Jueces boicoteando la amnistía, protestas agrarias, exigua mayoría parlamentaria… ¿Está lo suficientemente sólido este Gobierno como para aguantar la legislatura?

Si las fuerzas que sostienen a este Gobierno sólo son los ministerios y una mayoría parlamentaria inestable, este Gobierno es un gobierno débil, pero este Gobierno puede ser un gobierno fuerte porque su horizonte, sus propuestas son mejores para una mayoría muy amplia de ciudadanos españoles. Cuando este Gobierno ha revalorizado las pensiones no contributivas se las ha revalorizado a mucha gente que ha votado a lo mejor en contra de nosotros. Nuestro proyecto coincide con un proyecto beneficioso para la mayoría social de nuestro país y por tanto, este Gobierno tiene que hacer descansar sus fuerzas y su apoyo, no sólo en las fuerzas institucionales, sino en una fuerza social.

Por eso nosotros somos una fuerza social y cultural, por eso decimos que hay que sacar la política del sistema político. Sacarla es salir ahí fuera a dar una discusión de ideas en la que tenemos la sensación de que llevamos demasiados años un poco desarmados ideológicamente y creemos que hace falta rearmarse, no para hacer documentos hermosos, sino para dar la discusión política. Para nosotros, la discusión pasa por la disputa de la idea de libertad. Se ha venido estableciendo que la libertad es de ellos y la igualdad es nuestra y nosotros impugnamos ese reparto de cartas. Primero, porque no puede haber libertad sin condiciones materiales mínimas de igualdad; y en segundo lugar, porque nos parece que el proyecto de nuestro adversario es un proyecto que restringe las libertades. Si el derecho a tener una vida tranquila, a poder elegir y tener acciones de vida, a poder tener un propio proyecto de vida, depende de haber nacido una familia privilegiada o del dinero que tengas en el bolsillo, entonces eso es libertad para unos pocos y más arbitrariedad y más miedo para la mayoría.

Nosotros creemos que hay que salir a la ofensiva a disputar el concepto de libertad en todas partes. La idea de libertad de la derecha y de la extrema derecha es negativa; la libertad para ellos es que nadie me diga lo que tengo que hacer y que los únicos límites en mi vida sean los límites que me impone el dinero que tenga en el bolsillo; así que, si tengo mucho dinero, no tengo límites, y si no tengo dinero, todos son límites. Esa es una libertad miserable que no se hace cargo de que el planeta tiene límites.

Frente a esa libertad, nosotros defendemos una libertad positiva, una libertad republicana. Eres libre cuando eres libre en sociedad, eres libre cuando tienes condiciones materiales para vivir una vida en la que no te sometan al miedo ni a la arbitrariedad, y eso implica democratizar las relaciones sociales y democratizar la economía. Nosotros queremos cambiar la correlación ideológica de fuerzas porque no basta con tener una correlación favorable en el Congreso, la tienes que tener también ahí fuera, y para tenerla ahí fuera no puedes salir solo a defenderte, tienes que salir a dar la disputa claramente.

¿Le preocupa que todos estos objetivos no se cumplan o se vean frustrados si no se llega a un acuerdo en la ley de amnistía? Es la ley que puede sostener la legislatura…

La amnistía tiene que salir sí o sí, porque es justa, es correcta y porque lo necesitamos para el futuro de la convivencia de los pueblos de España. Es justa porque yo, como demócrata, no quiero vivir en un país en el que alguien pueda entrar en prisión por haber abierto un colegio para que se votara en unas urnas; es correcta porque es la única solución hoy puesta encima de la mesa para que podamos encarar un escenario diferente en la relación entre Catalunya y España; y es adecuada para el futuro porque la convivencia entre los pueblos no la soluciona el Código Penal, no la soluciona la venganza, la soluciona la posibilidad de entendimiento.

"Siempre hemos defendido que la amnistía es justa y correcta"

Nosotros no hemos defendido la amnistía cuando ha hecho falta para una investidura, siempre hemos defendido que era justa y correcta. Somos conscientes de que hay sectores muy poderosos en el Estado declarándole una lucha abierta al derecho del Parlamento, es decir, a la soberanía popular, a legislar. Y somos conscientes de que esa lucha está abierta y que hay voluntad de poner la zancada. En nuestra opinión, Junts se equivocó y favoreció a esas zancadillas. La amnistía tiene que salir adelante porque no hay otra alternativa

Legislatura ya hay porque hay investidura, y lo que está en duda es si va a haber amnistía, y nosotros decimos que tiene que haber. También tiene que haber amnistía para que se oxigene la discusión política en nuestro país y para que podamos hablar de reducir la jornada laboral, de las propuestas para combatir la sequía, porque tenerla aquí a principios de febrero es la señal de un país que se está desertificado y que tiene un grave problema. 

Cuando la amnistía empezó a formar parte de la conversación pública,  ustedes encabezaron, en parte, su defensa. Incluso realizaron un informe con una serie de expertos que la defendían. Ahora, parece que la pelota está un poco más en el tejado de PSOE y Junts . ¿Cuál es el papel juega hoy Sumar en la amnistía y en las negociaciones para desencallarla?

Nosotros tuvimos un papel de vanguardia en la defensa pública de la amnistía cuando había un debate social. De hecho, creo que no todos los actores progresistas tuvieron la misma posición. Nosotros nos atrevimos. Fuimos de frente y abrimos camino. Lo que tenemos hoy no es un escenario de debate social. Tenemos un escenario, digamos, de trámite parlamentario. Ahora, no se trata tanto de salir a explicar. Se trata de tener sentido común, pragmatismo, mano izquierda y capacidad de entendimiento.

Esa tarea, a veces, no se hace tanto desde la tribuna del Congreso o desde un micrófono. Esa tarea, a veces, se hace mejor desde las comisiones parlamentarias, en este caso desde la Comisión de Justicia, y desde el trabajo un poco más discreto, más pragmático, con más serenidad y más sentido de la responsabilidad. Cuando la tarea era defender que esto era justo, correcto y constitucional fuimos los primeros. Cuando la tarea es que prime la responsabilidad, el acuerdo, la flexibilidad o la mano izquierda, nos hemos puesto a trabajar. Y nos hemos puesto a trabajar con un cierto estilo Sumar. Cuando se negocia, se negocia con discreción, y cuando se tiene que explicar, se explica con transparencia.

Ahora, parece que uno de los elementos de negociación entre PSOE y Junts es esa posible modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Su espacio político se opuso a acortar los plazos para no quitar a los jueces tiempo para investigar los 'macrocasos' de corrupción. No le pregunto tanto por la postura política, que la conocemos, sino que más bien le pregunto si esto puede, en algún momento, llegar a constituir una especie de línea roja.

Yolanda Díaz explicó nuestra posición de manera muy clara. No nos parece que sea la vía más adecuada y, en todos caso, nos parece que aquí hay que equilibrar entre bienes contrapuestos. No queremos que se pueda torpedear la acción del [poder] legislativo, pero no nos gustó cuando el Partido Popular modificó una ley para que hubiera jueces que no tuvieran suficiente tiempo como para instruir o tratar temas —macrocausas— de corrupción.

Pero es que yo creo que el propio PSOE ya ha corregido la posición. El propio Partido Socialista ya le ha bajado el volumen y ahora parece como si se hubiera guardado un poco en el bolsillo la propuesta de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Es verdad que nosotros, a veces, parece que, sobre algunos temas, tardamos un poquito más en posicionarnos. No es que lo parezca, es que lo es. Es que los estudiamos antes. Y esto es muy importante porque en un Gobierno que tiene una mayoría parlamentaria frágil —complicada— hay que ser serios y hay que huir de las improvisaciones. Huir de las improvisaciones quiere decir que, cuando decimos algo, tenemos que estar muy seguros de que lo vamos a llevar hasta el final.

Nosotros no vamos a ser óbice para que haya entendimiento para la ley de amnistía. Va a salir adelante. Va a haber ley de amnistía y nosotros vamos a trabajar para facilitarla y para que la haya. Pero sí llamamos a todos los actores políticos a la serenidad, a no reaccionar a todo en caliente y a salir un poco de esta cultura de la improvisación. No podemos tener una legislatura en la que las decisiones se deciden tres minutos antes de tener que estar pulsando el botón de la votación. Eso no puede ser. Eso sí que da una imagen del Parlamento y de la vida política de improvisación permanente. Hay que salir de eso.

Lo siento para los que se dedican, como ustedes, al periodismo político, pero a veces no hay respuesta. A veces la respuesta es: "Estamos trabajándolo". Las cosas, a menudo, salen mejor así. Hay legislatura; tiene que haber legislatura para rato. Tiene que haberla para que las condiciones de vida de los españoles mejoren y para que el derecho a una vida tranquila no sea un privilegio sólo para los ricos.

Íñigo Errejón
Íñigo Errejón, portavoz del grupo parlamentario de Sumar en el Congreso. Jaime García-Morato

Usted ha sido arquitecto de lo que fue Podemos, también de Más País... ¿Qué debe aprender Sumar de los fracasos (o de la no consecución de los objetivos) en las experiencias en las que usted ha participado de manera directa?

La cuestión previa es que, a menudo, los empujes democrático-populares son empujes que nunca satisfacen todas sus expectativas, pero eso no significa que no consigan avances. Es decir, las experiencias políticas que aspiran a contener, reducir y limitar los poderes oligárquicos para expandir el poder popular —el poder de la mayoría, el poder del pueblo— se plantean objetivos muy altos y, a menudo, no llegan a ellos. La pregunta es si esas experiencias tienen que ser juzgadas de acuerdo a los objetivos que se plantearon o de acuerdo a lo conseguido. Pues las dos, seguramente.

Toda la historia del avance democrático, del movimiento obrero, de la expansión de los derechos y de la igualdad en la humanidad es una historia en la que movimientos que se plantean llegar muy alto no llegan tan alto como hubieran querido, pero, por el camino, a lo mejor llegan la mitad. Lo que pasa es que en esa mitad cambias y mejoras la vida de la gente. Por tanto, hay que ser críticos, pero también reconocer las trayectorias hechas.

 ¿Qué cosas debería aprender Sumar? El país ha cambiado. La España de 2024 es radicalmente diferente de la España de hace una década. Y es una España en la que la gestión de las expectativas, de los tiempos y de los ritmos políticos —el clima emocional— ha cambiado.

"Vivimos en un país que bascula entre el descreimiento, la depresión y la ansiedad... Hay que dar certezas"

Vivimos un país que, no sé si en la conversación pública, pero en las conversaciones privadas, está basculando anímicamente entre el descreimiento, la depresión y la ansiedad. Esto no es solo un dato para cuando hablas de salud mental. Esto es un dato político. Esa es la España que hoy tenemos. Es una España a la que hay que darle certezas, darle tranquilidad. Eso se hace con otro ritmo político.

Eso se hace con una atención más cuidada y más detallista a los asuntos de la vida cotidiana: a esa politización de la vida cotidiana que yo decía, a ese sacar la política y llevarla a la vida cotidiana. Y eso se hace con una gestión de nuestras expectativas y de nuestros planes más serena, más calmada. A más largo plazo. Y creo que Sumar es un ejemplo. A Sumar, de hecho, se le ha criticado por lo contrario. Se le ha criticado, en el pasado, por embarcarse en procesos largos, lentos. Procesos que podrían parecerse, un poco, a las ballenas, que uno no siempre las ve emerger, pero están ahí y siguen haciendo camino.

Sumar ha decidido dotarse de otros tiempos y de otra forma de hacer política en el Gobierno, en la calle y en el Congreso, pero también de hacer política en la manera de relacionarnos y de construirnos. Yo no sé si esto está bien que lo diga o no, pero lo voy a decir: también por una cierta conciencia de que no hay oportunidades permanentemente.

Yo no digo que esta sea la última, pero las oportunidades no se dan permanentemente. Yo tengo muchos amigos, muchas amigas, muchos compañeros y compañeras y mucha relación intelectual y política de con Argentina y con el momento nacional y popular en Argentina. Todavía muchos están sorprendidos de que les haya podido pasar una cosa como un presidente que ha intentado —felizmente ha fracasado este primer intento—, pero que ha intentado construir poderes de monarca para vender el país a trozos y devaluar las condiciones de vida de la clase media de la clase trabajadora. Todavía muchos se sorprenden de que hayan podido tener a Milei. Esas cosas pueden pasar y hay que cuidar las oportunidades.

Cuando Pedro Sánchez convocó elecciones anticipadas para el 23 de julio, en mis círculos políticos y personales cundía la sensación de que venía una avalancha de la derecha y de la extrema derecha, y que había que ir a las elecciones a resistir por eso que antes se llamaba vergüenza torera —felizmente ha cambiado esa expresión—, pero...  Por una especie de orgullo. Y conseguimos darle la vuelta a la balanza moral. De ir como asumiendo la derrota, a ir ya con voluntad de victoria. Y conseguimos salvarnos. Pero no nos conseguimos salvar para siempre. Conseguimos salvarlo in extremis porque hay quien le puso coraje, decisión moral de victoria y propuestas de avanzada. Fue Sumar.

Lo que pasa es que esa involución es posible en cualquier momento y eso significa que hay que cuidar las herramientas que tenemos. Sumar quiere ser y está en condiciones de ser una herramienta y un movimiento por la democracia y por la democratización de la libertad. Pero eso implica que hay que cuidarlo, siendo conscientes de que para que nos vaya bien a cada uno, nos tiene que ir bien a todos. Eso aplica para la sociedad, pero aplica, también, para la construcción de un referente político como es Sumar.

Íñigo Errejón
Íñigo Errejón, portavoz de Sumar en el Congreso y uno de los encargados de redactar la ponencia política en la constitución de la formación. Jaime García-Morato

Hemos hablado de los retos del Gobierno, de Pedro Sánchez, que convoca las elecciones el 23J. Ese Pedro Sánchez efectista que se ha hecho muy grande, en los últimos meses, y parece que ha tomado la iniciativa en cuestiones en las que la izquierda alternativa o transformadora la tenía. Hablo, por ejemplo, del tema del genocidio en Palestina, la ley de amnistía... ¿Cree que el PSOE tiene la voluntad de ocupar su espacio? ¿Está Sumar preparado para aguantar esta embestida?

"Habrá reducción de la jornada laboral en España. Cuando la haya, el Partido Socialista saldrá a celebrarla"

Pasan dos cosas. En un Gobierno de coalición, al que más se ve es al presidente y el presidente no es de Sumar. El presidente tiene siempre más facilidad para capitalizar las cosas. A nosotros nos alegra que Pedro Sánchez saliera festejando y celebrando la subida del salario mínimo, pero nos ha costado. Nos ha costado que el Partido Socialista lo asumiera. Habrá reducción de la jornada laboral en España. Cuando la haya, el Partido Socialista saldrá a celebrarla, pero por el camino a Sumar le cuesta mucho. Sumar tiene que disputarlo, explicarlo y perseverar mucho para que eso se haga. Y eso hay que contarlo ahí fuera.

En España, los trabajadores van a tener más tiempo para sí mismos. Van a tener más tiempo de vida. Es algo tan viejo y tan profundo como el movimiento obrero. Es quitarle horas al capital y darle horas a la vida. ¿Qué tiene la batalla de ideas? Tiene que cuando conquistas una idea, esa idea deja de ser tuya y comienza a ser de todos. Por el camino haces avanzar a tu país. Cuando yo empecé abriendo la discusión de la salud mental, primero era una bromita y la gente se reía y, ahora, es muy difícil encontrar un político —yo creo que incluso de la extrema derecha — que no hable de esto.

Hoy, todo el Gobierno celebra que la subida del salario mínimo o la reforma laboral no sólo no han destruido empleo, sino que la economía española crece y hay más trabajadores —21 millones de trabajadores— empleados que nunca. Pero eso ha costado. Eso es que Sumar empuja y, luego, el Gobierno entero lo desarrolla. Nos alegramos, pero hay una fuerza, aquí, que es motor; una fuerza que primero lo piensa; que, primero, lo discute con la sociedad; que sale a dar la discusión cultural, intelectual y programática concreta con solvencia para que, después, las cosas se hagan.

Por desgracia, hay otros temas en los que esto todavía no nos pasa. Saben ustedes que le hemos enviado una carta al Partido Socialista para para establecer ese cauce pactado en el acuerdo de Gobierno de coalición para ver cómo gestionamos [PSOE y Sumar] las cosas en las que estamos de acuerdo, las cosas en las que no estamos de acuerdo y, también, las que no son evidentes.

"Hay muchas horas de tu trabajo que las estás trabajando para tu casero y eso hay que controlarlo, hay que limitarlo"

Por ejemplo, el PSOE no cree que haya que regular los alquileres y nosotros creemos que, si no se regulan los alquileres, hay un impuesto permanente que los rentistas le siguen cobrando a los trabajadores, a los asalariados, a los autónomos todos los meses. Todos los meses, hay muchas horas de tu trabajo que las estás trabajando para tu casero y eso hay que controlarlo, hay que limitarlo. Hay gente que dice que esto no se puede hacer, pero esto ya lo hemos hecho con el mercado de la energía y contuvimos los precios. El Partido Socialista no quiere limitar los precios de los alquileres. Nosotros sí.

Íñigo Errejón
Íñigo Errejón, portavoz de Sumar en el Congreso y uno de los encargados de redactar la ponencia política en la constitución de la formación. Jaime García-Morato

Hablaba de dar seguridad a los ciudadanos. Seguridad parlamentaria también es llegar a las votaciones más o menos con los con los votos asegurados. Hemos visto, ya en este primer tramo de legislatura, que algunas votaciones importantes han terminado no saliendo. Sumar Empezó la legislatura con 31 diputados. Actualmente tiene 27. No sé si usted, como nuevo portavoz parlamentario, tiene, como uno de sus objetivos principales, estabilizar las relaciones con Podemos y lograr esa seguridad parlamentaria de la que le hablo.

Tenemos tres objetivos fundamentales como grupo parlamentario. Tenemos que desarrollar la mejor relación posible con el conjunto de los grupos parlamentarios o de los diputados que hay en el Congreso porque la mayoría está ajustada, hay que cuidarla y tiene que salir adelante. Lo que es mayoría socialmente se tiene que convertir en mayoría en el Congreso de los Diputados y eso hay que trabajarlo.

En segundo lugar, Marta Lois hizo un magnífico trabajo de construcción del grupo y hay que continuar y desarrollar una construcción política de articulación del grupo, que está muy bien encarrilada y en la que hay que profundizar. Y, luego, el grupo parlamentario tiene que tener autonomía política.

Somos un grupo que defiende al Gobierno, pero nuestra acción no se limita a su defensa. Tiene que ser un grupo parlamentario que pueda apuntar más lejos, que pueda levantar banderas propias y que pueda servir de acicate y de motor no sólo para votar a favor del Gobierno, aunque, obviamente, lo vamos a hacer.

Somos sostén del Gobierno porque somos parte del Gobierno y tenemos a cinco compañeras y compañeros que son ministros en este Gobierno, pero el Grupo Parlamentario de Sumar va a ser, también, un motor en la disputa ideológica. Al Congreso también se va a hacer disputa de ideas, lucha de ideas y lucha cultural. Tiene que ser un grupo que se atreva a abrir y a librar las disputas que no se dan ahí fuera.

Les digo algo un poco en broma, pero estaba viniendo hacia aquí y me han enseñado un vídeo aberrante de una especie de influencer-
coach
que hablaba de que, en realidad, para que te vaya mejor en la vida tienes que ir antes al curro a trabajar horas que no te pagan... Que si tú entras a las nueve, tienes que entrar a las ocho y trabajar gratis y que la pausa de comer... No la hagas, te comes un sándwich... Esta especie de orgullo del esclavo es la ideología de los poderosos y es una ideología que desarma a la gente trabajadora y la deja completamente vendida. [El influencer] lo dice con orgullo y con palabras en inglés, pero es la ideología del esclavo.

Si nuestros abuelos, nuestros padres y nuestras madres hubieran tenido esas ideas, nosotros hoy no tendríamos derecho a votar. No tendríamos derecho a vacaciones pagadas o a negociación colectiva. No tendríamos derecho a tener derechos. Frente a esa especie de orgullo del esclavo de "Tú ve a lo tuyo. Sálvate, hazle la pelota al jefe y pisa al de al lado", hay que levantar una moral diferente de pueblo. Orgullo como pueblo de defendernos y de ser capaces de conquistar la vida mejor. Pero la vida mejor se conquista juntos. Esa lucha también se hace desde el Congreso.

También hay mucha gente que quiere escuchar algunas cosas en el Congreso que nunca escucha. Cuando nosotros, en el Congreso, hemos abierto la discusión sobre la salud mental o la discusión sobre tener más tiempo libre o la de la sequía... No puede ser que no estemos hablando de la sequía en un país en el que, creo, los últimos ocho meses seguidos han sido los más cálidos de su historia.

Eso significa, perdonadme la expresión, que nos vamos, literalmente, al carajo como país. Esas cosas se tienen que escuchar en el Congreso. El Congreso también es un lugar de lucha, de ideas y de debate. Hay cosas que los compañeros que están en el Gobierno no pueden hacer porque van hasta arriba para cambiarle la vida a los españoles y para transformar cosas. Bueno, pues nosotros tenemos que hacer también nuestra parte para que, con todos los grupos, haya una mayoría más sólida y no llegar, como dice usted, a la votación en el último minuto.

La última, señor Errejón. Vamos a hablar de Galicia... Con un BNG muy fuerte, con unas encuestas que han apuntado a un cierto desinflamiento de la propuesta de Sumar liderada, precisamente, por Marta Lois... ¿Cómo afronta esta última semana de campaña?

Creo que el debate electoral en la televisión autonómica gallega, pese a las restricciones y las dificultades de tener un debate electoral en una televisión que, por desgracia, se ha convertido en un ejemplo de manipulación y colonización partidista, mostró una cosa muy clara: mostró que Rueda no tira. Yo no tengo nada personalmente en contra de él, pero el modelo del PP no tira.

El Partido Popular se ha servido durante muchos años de Galicia, pero a Galicia ya no le sirve. El debate mostró que hay un Gobierno a tres que está a punto de salir. ¿Qué hace falta para que ese Gobierno tres salga? Que los gallegos voten como votaron en las elecciones generales. Si eso ocurre, hay un Gobierno a tres conformado por Sumar Galicia, con Marta Lois; por el BNG y por el Partido Socialista de Galicia. ¿Y qué aportamos nosotros a ese Gobierno? Aportamos lo mismo que aportamos a la política estatal, aunque con raíces firmes en Galicia. Es una tierra que Marta Lois no solo es que sea de allí, sino conoce y en cuya política municipal ha participado desde el gobierno municipal de Santiago de Compostela.

Sumar Galicia es la fuerza que ha conseguido que en la campaña electoral se hable de salud mental, movilidad sostenible y verde, de que hay que limitar el alquiler turístico y de que hay que controlar los alquileres. Es la fuerza que ha dicho que no puedes esperar más de dos días para el pediatra. No estoy diciendo que el Gobierno a tres esté hecho, sino que el debate mostró que es posible y que, para salir, necesita la entrada de Sumar y que caiga Rueda.

En ese sentido, nosotros creemos que desde nuestra entrada en campaña, el panorama político gallego ha empezado a cambiar. Normalmente, en Galicia, en las elecciones autonómicas se vota mucho menos que en las generales. Si se vota como se votó en las generales, Rueda hace las maletas. Para eso queda una semana. ¿Qué vamos a hacer nosotros? Lo de siempre, darlo todo.

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