Jordi Sánchez y Jordi Turull, dos de los presos del porcés que se encuentran recluidos en la prisión de Lledoners, han iniciado una huelga de hambre para protestar en contra de la situación jurídica de algunos de los políticos catalanes que se encuentran en la cárcel por el referéndum de independencia del 1-O.. 

Pero, ¿existen protocolos penitenciarios capaces de adaptarse a este tipo de protestas? Aunque no es un protocolo estricto, según informa TV3, los reclusos que quieran acogerse a este tipo de reivindicaciones deben comunicarlo de manera individual a la dirección del centro.

El recluso deberá, además, especificar el tipo de protesta y constatar y las condiciones de la misma. Los médicos de la prisión tendrán que controlar el estado de salud de los reclusos de manera permanente y, en caso de que sea necesario, con la autorización de un juez, podrían efectuar una alimentación forzosa.

La labor de los médicos irá destinada de manera rutinaria a controlar el estado de salud de los internos. En caso de que esta se viera deteriorada, los internos tendrían que ser trasladados a la Unidad Hospitalaria Penitenciaria de Terrasa.

La huelga de hambre, por otro lado, no afecta al régimen de vida establecido por el centro. Es decir, los reclusos que se encuentren efectuando este tipo de protestas mantendrán los mismos horarios y las actividades. Es más, estarán obligados, pese a la protesta, a acudir cada día al comedor junto al resto de reos.

Estas serían las directrices protocolarias que ha publicado el centro penitenciario de Lledoners después de que se diera a conocer el inicio de la huelga de hambre de Sànchez y Turull.