El Gobierno ha puesto en marcha los trámites para reconocer La Desbandá y las carreteras en las que se gestó la masacre como Lugar de Memoria Democrática. La noticia llega cuando se cumplen 87 años de uno de los crímenes de guerra más sonados de la historia de España. Las tropas franquistas acabaron con la vida de más de 2.000 personas, que escapaban de Málaga y soñaban con alcanzar la zona republicana, 220 kilómetros al este, concretamente en Almería. 

La decisión se materializó el pasado 14 de febrero en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que recoge la apertura del expediente para la declaración como Lugares de Memoria Democrática de todos aquellos emplazamientos que albergaron la masacre en la ruta que une Málaga y Almería. Los disparos realizados desde barcos golpistas y aviones alemanes acabaron con la vida de entre 3.000 y 5.000 personas en menos de una semana. Las víctimas huían de las tropas del general franquista Queipo de Llano, cuyos restos han sido exhumados hace poco más de un año de La Macarena de Sevilla. 

El Gobierno, con la apertura del expediente, fuerza a los municipios de la zona a conmemorar y difundir lo ocurrido en febrero de 1937. El ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha asegurado que se trata de una "petición histórica" que "simboliza lo que es la restitución y el recuerdo a las personas que fueron asesinadas cuando lo que hacían era intentar salvar sus vidas". La declaración, que debe firmarse en el plazo de un año, pretende incluir "elementos inmateriales como son los hechos, el éxodo, la persecución y la masacre de lo que se conoce como La Desbandá". Este fue uno de los éxodos más grandes de toda la Guerra Civil. 

La Ley de Memoria Democrática, aprobada hace dos años, define los Lugares de Memoria Democrática como "espacios, inmuebles, parajes o elementos del patrimonio cultural en los que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades y la memoria de las mujeres, así como la represión y violencia sobre la población, como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra Civil, la dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos". 

El BOE recoge también que una de las singularidades de La Desbandá es que por primera vez, "un conflicto bélico fijó como objetivo militar a la propia población civil". Las víctimas fueron sobre todo mujeres, niños y personas mayores. Los buques de guerra desde los que se dispararon los proyectiles estaban al mando de tres almirantes que continúan enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), incumpliendo la Ley de Memoria Democrática.