Las izquierdas han decidido darse un tiempo para reorganizar su espacio político tras la decisión de Yolanda Díaz de dejar sus cargos en Sumar. Ese es el único consenso a día de hoy entre todos los actores políticos: el proceso y los cambios forzados por la decisión de la vicepresidenta segunda requieren de un fuego lento que se aleje del bullicio del ciclo electoral que cerraron las europeas.

Sin embargo, hay tres cuestiones que revisten cierta urgencia y que no pueden permitirse formar parte de ese largo plazo que proyectan las distintas fuerzas políticas: el futuro de Yolanda Díaz tras su decisión de dejar los cargos orgánicos en su partido y en el espacio que lidera; el futuro más inmediato de Movimiento Sumar, la estructura creada por la vicepresidenta para pilotar ese espacio; y el futuro de los escaños conseguidos por la candidatura de Sumar en las elecciones al Parlamento Europeo.

El lunes Díaz anunció que dimitía de sus cargos en Sumar (el de coordinadora general) para centrarse en su tarea al frente de la Vicepresidencia Segunda del Gobierno y del Ministerio de Trabajo. En un principio, esto se interpretó como un paso atrás, una intención de abandonar el liderazgo de la izquierda alternativa para dedicarse de manera íntegra a sus tareas institucionales.

Sin embargo, 24 horas después la lectura es otra. Este martes, el portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón, aseguraba que Díaz "es nuestro principal activo político e intelectual", al ser preguntado sobre el futuro de la dirigente gallega en el espacio.

Fuentes de Sumar aseguran que Díaz seguirá al frente de los cinco ministerios de la coalición y será la principal interlocutora de Pedro Sánchez con este espacio. Sus principales objetivos serán "sacar al Gobierno de coalición de la parálisis que ha tenido en este ciclo electoral y recuperar la iniciativa política". Pero, además, estas mismas fuentes apuntan a que "no se va a sustituir políticamente a Yolanda".

"Principal activo político e intelectual"

La vicepresidenta dará más espacio a las organizaciones políticas para que decidan cómo configuran un frente amplio (si se da), después de que su fórmula haya sido impugnada por los sucesivos procesos electorales (desde Izquierda Unida, por ejemplo, dan por superada la hoja de ruta que marcó la dirección liderada por la titular de Trabajo, con un Sumar hegemónico en el seno de la izquierda).

La incógnita que acarrea esto tiene que ver con que si el mantenimiento de Díaz como "principal activo político e intelectual" se extiende también al rol electoral. Sin embargo, de momento no hay elecciones a la vista, y habrá que esperar para ver cómo se desempeña la dirigente gallega tras abandonar sus cargos orgánicos y hasta dónde llega realmente su proyección y liderazgo.

Otra de las cuestiones a corto plazo es la que tiene que ver con el futuro de Movimiento Sumar, que acaba de ver cómo queda vacante su cargo principal, el de coordinadora general. Este jueves se reunirá la ejecutiva para abordar la nueva situación, aunque voces de la misma descartan, en principio, que se puedan tomar decisiones importantes (y se descarta casi por completo que se pueda elegir a un nuevo coordinador o coordinadora).

La hoja de ruta de este partido, tras celebrar su asamblea fundacional en marzo, era la de celebrar una asamblea constituyente en otoño para desplegarse en los territorios y erigirse como organización de manera completa. La ejecutiva de este jueves valorará si esta hoja de ruta sigue siendo factible en el contexto actual e, incluso, es probable que se pueda establecer una nueva hoja de ruta y calendario para decidir el futuro de esta organización, que está inmensamente ligada a la figura de Díaz. 

Mientras llegan esos cambios, Movimiento Sumar entrará en una etapa de interinidad que podría durar hasta después del parón estival. Fuentes del partido explican que "ahora necesitamos darnos ese tiempo, cerrar del todo el ciclo electoral y ver todo con más perspectiva".

El debate sobre los escaños europeos y el rol de Pineda

La tercera cuestión urgente tiene que ver con los escaños logrados por Sumar en el Parlamento Europeo. Este lunes, el coordinador general de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, dejó abierta la posibilidad de poder iniciar con el resto de partidos de la coalición un debate para plantear que su candidato, Manu Pineda, entrara a esta institución previo abandono de alguna de las figuras que lo precedieron en la lista y que sí obtuvieron un asiento (Estrella Galán, Jaume Asens y Vicent Marzà).

Sin embargo, esta posibilidad parece, a día de hoy, bastante remota. En Compromís ya han cerrado el paso a este debate y han esgrimido que la candidatura de Compromís-Sumar en el País Valencià recabó el 7,6% de los votos (Sumar cosechó a nivel estatal el 4,65% de los votos). En Catalunya la candidaturas de Comuns y Sumar (con Asens como principal figura) logró un 4,3% de los votos y quedó por detrás de Podemos, que recabó el 4,6% de los sufragios.

Catalunya en Comú todavía no ha marcado su posición sobre la posibilidad de que Asens deje su escaño para que entre Pineda al Parlamento Europeo, pero parece poco probable, habida cuenta de que se trata de un acuerdo rubricado con Sumar. Tampoco parece factible que Estrella Galán, la apuesta de Yolanda Díaz y cabeza de cartel, pueda decidir no coger su escaño, habida cuenta de que tomó la decisión de dejar su puesto como directora de CEAR para concurrir a estos comicios.

En paralelo, los partidos de la coalición abrirán una negociación para el reparto de recursos y de roles secundarios en el Parlamento Europeo (asesores, jefes de prensa, etc). 

La izquierda prevé abrir un proceso de reconfiguración del espacio tranquilo, sosegado y a fuego lento aprovechando el final del intenso ciclo electoral. Pero las cuestiones más urgentes tendrán que resolverse a corto plazo y en medio del tsunami provocado por la decisión de Yolanda Díaz.