De la llegada de Alberto Núñez Feijóo a Génova muchos diputados y senadores recuerdan el hermetismo con el que se relacionaba con ellos. Una mezcla de desconfianza y prudencia con los suyos que quienes llevan años trabajando codo con codo junto a él señalan siempre que tienen ocasión: "No lo sabe ni el cuello de su camisa", acostumbran decir. Por eso no ven relevante que la 'bunkerización' del presidente del PP con su entorno más cercano se haya cronificado. No conocen otra forma de hacerlo. Pero es algo que sí ha desatado las alarmas entre sus filas.

Diputados populares lamentan en conversación con Público el poco margen con el que en ocasiones se les traslada el sentido de su voto en los plenos del Congreso de los Diputados. Un 'sí', 'no' o 'abstención' que decide Génova y que anuncia in extremis como parte de una estrategia para mantener en vilo al Gobierno.

Pero hay más. Según publicó El Periódico de Catalunya en el mes de mayo, en el PP se despertaron críticas internas por la gestión de la comisión de investigación en el Senado sobre el 'caso Koldo'. Señalaban que los interrogatorios no eran tan buenos como deberían porque se decidía en Génova quien haría las preguntas en cada sesión, se avisaba con apenas dos días de margen y se cambiaba demasiado de portavoz. Así, en el partido identificaron rápido, en menos de un mes, que lo que parecía un escenario ideal para cercar al PSOE no estaba teniendo el impacto esperado.

Algo similar sucedió con el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial. La predisposición de Feijóo a llegar a ese pacto con el PSOE tras las elecciones europeas pilló al partido por sorpresa. El propio presidente del PP contó que informó a sus presidentes autonómicos a través de un mensaje de whatsapp minutos antes de que Félix Bolaños y Esteban González Pons sellasen el acuerdo en Bruselas.

El líder de la derecha teme las filtraciones de información a los medios de comunicación y desconfía de casi todos. Los barones del PP todavía recuerdan la noche de la defenestración de Pablo Casado en Génova, cuando les obligó a dejar los teléfonos móviles porque la prensa estaba publicando el contenido de esa reunión.

Tellado, Arenas y Pons

Así, un grupo minoritario de diputados críticos lleva meses manifestando en privado sus quejas sobre la falta de horizontalidad en la toma de decisiones de Feijóo, que ha colocado estratégicamente a dos hombres de su máxima confianza en el Congreso y el Senado. En la Cámara Baja se trata de Miguel Tellado. Tellado 'organizó' el partido a nivel territorial antes de las elecciones generales del 23J como Vicesecretario de Organización Territorial y ahora Feijóo quiso que hiciera lo mismo a nivel parlamentario. "Nada se mueve sin que pase por él", apunta un diputado del PP.

El otro nombre es el de Javier Arenas, un histórico dirigente popular que sigue susurrando al oído de Feijóo y que como senador controla lo que sucede en la Cámara Alta. La portavoz en el Senado, Alicia García, apenas tiene influencia orgánica.

En la tercera Cámara, el Europarlamento, también vuelve a estar ahora otro de las personas de la máxima confianza de Feijóo, Esteban González Pons. Hasta tres fuentes del comité de dirección del PP le señalan como el dirigente más cercano al presidente del partido. "Es a quien más escucha", apunta un alto cargo de Génova.