Alberto Núñez Feijóo todavía no es el presidente del PP, pero sí el líder y todos errores y aciertos del partido recaen ya sobre él. Centrado en trasladar una imagen de hombre de Estado, el político gallego ha cortado de raíz la agresividad con la que Pablo Casado llevó a Europa su batalla contra Pedro Sánchez a cuenta de los fondos europeos. Además, los próximos 1 y 2 de abril se convertirá en presidente del PP arropado por tres pesos pesados del Partido Popular Europeo (PPE), una vez apagado el fuego que provocó el pacto con Vox en Castilla y León. Feijóo quiere afianzar su liderazgo a nivel europeo.

Uno de los últimos movimientos de Pablo Casado al frente de Partido Popular fue la dura campaña que emprendió contra el Gobierno por el reparto de los fondos europeos. Casado ignoró durante semanas a Bruselas y mientras la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, felicitaba a España por su gestión de los fondos, el PP atacaba a la coalición y pedía que se fiscalizase el reparto.

Pablo Casado sostenía, en España y en Bruselas, que Sánchez estaba beneficiando a las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE, a pesar de que el Gobierno le desmintió publicando los criterios de reparto. Además, la Comisión Europea le respondía a la eurodiputada popular Isabel Benjumea que en España "los objetivos se cumplen". El PP de Casado insistía e incluso envió una delegación de alcaldes a Bruselas, con Almeida al frente, para quejarse de la distribución de los fondos que estaba haciendo el Ejecutivo.

El presidente saliente del PP defendía entonces que todo el Partido Popular Europeo apoyaba su batalla contra el reparto del dinero. "Dentro de las reuniones del PPE todos los partidos que estamos en la oposición compartimos las críticas", aseguró Pablo Casado. Lo cierto es que en las reuniones que Casado mantuvo con sus homólogos europeos no se abordó, según el PPE, ninguna cuestión relativa al reparto de fondos, ni ningún miembro del PP europeo se mostró tan beligerante como Casado en esta cuestión.

En medio de esta campaña contra el Gobierno, encabezada también por Isabel Díaz Ayuso, el partido explosionó y Casado recoge ahora sus cosas del despacho de Génova para que lo ocupe Alberto Núñez Feijóo. De facto, el presidente gallego ya marca el rumbo del partido y ha evidenciado que no quiere seguir los pasos de su predecesor: Feijóo ha rebajado la batalla contra el reparto del dinero que ha recibido España de Europa.

De la Conferencia de Presidentes celebrada en La Palma este fin de semana salió un acuerdo, firmado por todos los dirigentes, en el que se pactó acelerar el reparto de los fondos y "dejar a un lado la lucha partidista en la gestión". Núñez Feijóo no hará suya la escalada de reproches a Sánchez en esta materia y abandona una estrategia que llevó a Casado a poner en duda a la Comisión Europea.

Reconciliación con el PPE

No obstante, Feijóo no empezó con buen pie con el Partido Popular Europeo, que tras conocer el pacto de Fernández Mañueco con Vox para gobernar en Castilla y León mostró públicamente su desagrado. Donald Tusk, presidente del PPE, puso en valor la labor de Casado para contener a la extrema derecha y tachó de "capitulación" el acuerdo de Mañueco.

El hombre a los mandos de Génova ha conseguido apagar ese fuego y contará con la presencia de tres destacados líderes populares europeos en el congreso de Sevilla. Son Roberta Metsola, presidenta del parlamento europeo, Manfred Werber, presidente del grupo parlamentario popular y Margaritis Shinas, vicepresidente de la Comisión. Según fuentes del Comité Organizador del Congreso (COC), los tres pidieron venir tras la polémica de la semana pasada en un gesto de absoluto respaldo al proyecto de Feijóo. Donald Tusk no estará.

Las mismas fuentes aseguran que el PP reaccionó rápido a las críticas por el pacto con Vox y se puso en contacto con dirigentes del Partido Popular Europeo para justificar el acuerdo. La explicación dada por Génova a sus colegas europeos, según el entorno del COC, es que en unas circunstancias de "pandemia y guerra" no sería entendible provocar una repetición electoral. El PPE se habría conformado con estas explicaciones, aseguran, y Núñez Feijóo tendrá su foto junto a dirigentes europeos de primer nivel.

De este modo, el Partido Popular Europeo quiere cerrar filas con Feijóo los próximos 1 y 2 de abril. El PP es el segundo partido con más eurodiputados en el PPE, solo tiene por delante a la coalición alemana CDU-CSU, lo que también les obliga a evitar la confrontación. Más aún si se tiene en cuenta que en pocos meses se votará un nuevo presidente: Donald Tusk dejará el cargo y Manfred Werber ha presentado su candidatura.

La figura de González Pons

Con ambos mantiene una estrecha relación Esteban González Pons, uno de los colaboradores más cercanos de Feijóo y figura clave en esta construcción del 'Feijóo europeo'. Pons es eurodiputado y presidente del Comité Organizador del Congreso de Sevilla desde que el presidente de la Xunta le pidió que aparcase sus obligaciones en Bruselas para ayudarle en la tarea de reiniciar el PP y taponar la herida abierta tras el choque entre Casado y Ayuso que tenía al partido desangrándose. González Pons atendió su petición y es, junto a Cuca Gamarra, la cara más visible de partido en este mes de transición.

Su peso dentro del PPE es notable y es uno de los hombres más importantes del PP en la Eurocámara. Pons es eurodiputado desde 2014 y en la actualidad vicepresidente del grupo parlamentario popular europeo en Bruselas. Su nombre ha sonado para ocupar algún puesto en la dirección del PPE, aunque su entorno descarta que tenga intenciones de dar ese paso. Es también uno de los favoritos en las quinielas para conformar el equipo de Núñez Feijóo al frente de Génova.