La extrema derecha vuelve a agitar sus banderas xenófobas. Este viernes, la Falange sacará a sus militantes a la calle para defender la "remigración", un término popularizado por formaciones extremistas de otras partes de Europa y que plantea la expulsión de personas migrantes. Los ultras se movilizarán con el permiso de la Delegación de Gobierno, que no ha encontrado motivos para frenar esta convocatoria racista en pleno centro de Madrid.

"Desgraciadamente, sabemos que se nos va a tildar de xenófobos y racistas por hacer esta manifestación", dijo el pasado lunes en los micrófonos de Informa Radio el dirigente falangista Jesús Muñoz. De su boca salió también esta frase: "Aquí no cabe toda África".

Mientras Muñoz reflexionaba sobre la necesidad de actuar contra la "invasión" y el "reemplazo" y sostenía en tono poético que "llaman odio a la verdad porque odian la verdad", la Falange anunciaba en sus redes sociales que la manifestación del viernes en Madrid cuenta con autorización legal, lo que implica que la Delegación de Gobierno no ha visto razones para frenar esa protesta xenófoba. 

Público ha contactado con la Delegación para conocer su punto de vista sobre este asunto y, en concreto, si no ha observado nada extraño el acto xenófobo convocado por los ultras en pleno centro de Madrid. Fuentes oficiales señalaron que el acto ha sido "comunicado" por los falangistas y señalaron que "la convocante es una organización legal".

"Como en todas las situaciones, manifestaciones y concentraciones, la Policía Nacional actuará si durante la misma se produjera cualquier  ilegalidad". Según ha podido confirmar Público, a la hora de registrar  la convocatoria los ultras han optado por el lema "Contra la política migratoria, única solución remigración".

"Disparar a las pateras"

El falangista Jesús Muñoz elevó la provocación y destacó que la manifestación no solo será en una zona "muy céntrica", sino que tendrá lugar en un punto de la capital "lleno de personas de origen inmigrante". Los convocantes de la movilización defienden la "necesidad" de cogerlos y expulsarlos.

En cuanto a las embarcaciones con personas migrantes, Muñoz tiene otras ideas. "Si a las primeras pateras se hubiera disparado alrededor de ellas sin intención de hundirlas...", lanzó al aire en el espacio de Informa Radio.

Su línea argumental, con la que intentaba atraer a otros ultras a la manifestación del viernes, olía a dinamita. "Si no es una persona aislada, sino un grupo que viene en varios barcos, tu obligación es defender la frontera. Si a usted se le ocurre pasar de aquí, yo voy a pegar dos cañonazos de advertencia, tampoco es mi intención hundirlos a todos y matarlos", afirmó. 

Los amantes de los cañonazos contra embarcaciones de migrantes desarmados no solo podrán encontrarse este viernes con Muñoz, sino también con otros activistas de la ultraderecha española que ya han anunciado que acudirán a la protesta.

Entre ellos estarán los miembros de Facta, un grupo neofascista madrileño que se dedica principalmente a formar a una nueva generación de ultras y que está a cargo de Carlos San Frutos, un veterano militante de extrema derecha.

Protesta xenófoba en Ferraz

La convocatoria xenófoba de Falange también ha despertado la simpatía de Democracia Nacional (DN), que se ha hecho eco de esta movilización en redes sociales. No obstante, este grupo tiene previsto realizar una movilización propia el día 2 de noviembre frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz, donde defenderá las "deportaciones masivas".

Los ultras de DN, autores de un cartel en el que varias ovejas blancas echaban a patadas a una oveja negra, buscan movilizar a sus seguidores ante la próxima aprobación en el Congreso de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para regularizar la situación de 500.000 personas migrantes que viven y trabajan en España.

"Tendremos como nuevos españoles a un montón de extranjeros que entraron de forma irregular", se lamentaba el líder de ese partido xenófobo, Pedro Chaparro –uno de los ultras condenados por el asalto a la librería Blanquerna en 2013–, en un programa de televisión afín a su partido.

Chaparro promueve la idea de la "invasión inmigratoria" y también el supuesto "derecho de suelo" que tienen los españoles "por haber nacido en esta tierra". "Aquí se tiene que defender el ius sanguinis, el derecho de sangre", afirmó. "Yo me veo sustituido por familias de extranjeros", aseguró después. 

Campos de concentración

Luis Mateos, un veterano activista de extrema derecha que forma parte de la cúpula de DN, planteó en ese mismo encuentro "cambiar el código penal, y convertir la entrada ilegal en el país en un delito". "Si entra ilegalmente va directamente a la cárcel. ¿No hay cárcel? En un cárcel de tiendas de campaña o de barracones. Un campo de concentración, no pasa nada por emplear esa palabra", afirmó.

Lejos de matizar su discurso, Mateos insistió en esa idea. "Son campos de concentración, igual que la basura es basura y no residuo solido urbano. Es basura. Luego si quieres lo llamas residuo sólido urbano, pero es basura. El campo de concentración es el campo de concentración".

Por su parte, Chaparro instó a plantear "deportaciones masivas, lo que se llama en estos momentos remigración" así como "establecer campos de concentración en origen para cortar esos flujos". "Ahora mismo hay un resurgir de movimientos que están en contra de la invasión inmigratoria", afirmó Chaparro. 

Alineados con Meloni

Estos actos de la ultraderecha española coinciden con la polémica desatada tras las deportaciones de migrantes a Albania por parte del Gobierno italiano. Esta semana, los 16 solicitantes de asilo que habían sido deportados por el Ejecutivo de Giorgia Meloni a ese país fueron devueltos a Italia después de que el Tribunal de Roma ordenara su regreso.

 "En toda Europa está habiendo una respuesta", afirmó Muñoz el pasado lunes, mientras intentaba convencer –con el apoyo de la presentadora, Cristina Sol, quien en marzo pasado estuvo en el acto de Falange en el Teatro Goya de Madrid– sobre la necesidad de realizar actos xenófobos como el que habrá este viernes en Madrid.