Hay mar de fondo en el PSOE de Andalucía por el debate territorial y, también, en segundo plano aún, por el liderazgo. La apertura del periodo de congresos, que arranca con el federal de Sevilla a finales de noviembre, ha puesto de nuevo en ebullición al partido. "Comienza a hervir la olla", resume la situación un dirigente.

Las fuentes consultadas por Público en los diferentes sectores y sensibilidades del PSOE andaluz, transmiten todo tipo de análisis. De ellos, emerge un escenario. Primero viene el Congreso Federal y habrá, con toda probabilidad, según las fuentes, escaramuzas en Andalucía, basadas en el debate sobre la financiación de las autonomías y del acuerdo del PSC con ERC. 

En Andalucía, dentro del partido hay posiciones divergentes. La dirección del PSOE de Andalucía, se ha alineado, fundamentalmente, con las tesis del Gobierno de Sánchez. "Dentro de las incertidumbres estamos liderando y dando argumentos para no caer en el relato del PP. El PP [tiene que sentarse] a negociar y dejar de confrontar", aseguran fuentes de la dirección del partido en Andalucía.

Esto se traducirá en una pelea por los delegados, quienes participarán en el cónclave. De momento, Espadas mantiene el apoyo de la mayoría de los ocho secretarios provinciales, con quienes se fotografió esta semana. "La reunión de secretarios generales y la ejecutiva regional fueron bastante bien. Tenemos los deberes hechos", aseguran a Público fuentes cercanas a Espadas.

Después, probablemente ya a principios del año próximo, 2025, vendrá el meollo del asunto, el debate orgánico. "De fechas aún no hemos decidido", aseguran fuentes de la dirección del PSOE de Andalucía. Es la hora de la verdad, el momento en que se tomarán las decisiones definitivas: habrá primarias para la secretaría general —la candidatura a la Junta se dirimiría en otro proceso de primarias—. El congreso regional elegirá la dirección y se decidirá el rumbo a seguir para dar la batalla al PP de Juan Manuel Moreno Bonilla, que goza hoy de una holgada mayoría absoluta.

Esta semana, Espadas ha venido insistiendo, con energía, en diferentes entrevistas y foros, en lo que siempre dice. Quiere ser presidente de la Junta de Andalucía, y, por tanto, acudirá a los procesos orgánicos que sea menester. "Yo lo que quiero es ser el próximo presidente de la Junta de Andalucía, esta es la cuestión", dijo, una vez más, este jueves. "Yo voy a por todas y quien quiera competir que enseñe sus credenciales", dijo a Público.

Mientras, los críticos, que son aún de todos los pelajes y colores, debaten qué hacer a la espera de que el partido se reorganice en el congreso federal y de que Pedro Sánchez, al que nadie pone en cuestión, tome sus decisiones. En Ferraz se conocen bien los problemas de fondo del PSOE en Andalucía, sostienen las fuentes consultadas.

La lectura que hacen numerosos cuadros de la idea de celebrar el congreso federal en Sevilla es justamente esa: que obedece a la intención de apoyar al partido en su lucha por recuperar el voto y la credibilidad en Andalucía, la Comunidad Autónoma más poblada, y por tanto estratégica para Sánchez.

"A Sánchez le podrá parecer mejor o peor tal o cual candidato, es legítimo y para eso es el secretario general, pero él sabe perfectamente, porque fue claramente el protagonista de unas primarias históricas en nuestro país y en nuestro partido, que la militancia decide", señaló Espadas en una entrevista este jueves en la cadena Ser.

Una pregunta

En numerosas conversaciones entre cuadros y cargos del partido se debate sobre la conveniencia o no de un relevo de Espadas, al menos como candidato a la Junta de Andalucía. En las quinielas hay aún demasiados nombres —cada quien lanza uno—, lo cual es sinónimo de que no hay una alternativa clara a Espadas en este momento.

"La pregunta es: ¿creemos que Juan Espadas será el próximo presidente de la Junta?", plantea una de las fuentes consultadas. Si la respuesta es no, agrega este miembro de la vieja guardia, presente en casi todas las decisiones importantes del PSOE andaluz a lo largo de las décadas, habrá que tomar decisiones. Quedan meses aún, pero la cuestión está ciertamente abierta.

Las últimas primarias las ganó Juan Espadas a Susana Díaz, la expresidenta de la Junta de Andalucía, y a Luis Ángel Hierro, con un 55% de los votos, una mayoría absoluta. Las cifras se analizan según cada sensibilidad. Así, por ejemplo, aseguran sus críticos, estos datos, por tanto, revelan que Espadas cuenta con una importante contestación en Andalucía.

Los últimos resultados electorales del PSOE en Andalucía, junto al estilo personal de oposición de Espadas, son los que han desatado las conversaciones y cábalas al respecto de su liderazgo. Los socialistas han perdido por completo la hegemonía que mantenían en un tradicional granero de votos, que ahora es un baluarte del PP. Moreno Bonilla ha logrado ganar todas las elecciones en el ciclo mientras Espadas ha tratado de reconectar con sectores sociales —sindicatos sanitarios y educativos— que se alejaron tras las sentencias por corrupción y los recortes. 

Después de las pasadas elecciones europeas, lo que hasta entonces era algo que se comentaba en el PSOE de Andalucía sottovoce, emergió con cierta aspereza. La recuperación de Manuel Chaves para la causa, tras las decisiones del Tribunal Constitucional sobre los ERE, también acabó con cierto lío entre Espadas y Díaz. En el último comité director, celebrado a finales de julio, se elevaron ya algunas voces críticas —otras defendieron el trabajo de Espadas— con la labor de oposición y con la posición del partido en el debate territorial.