En campaña electoral, tienden a expresarse con más contundencia las diferencias, que las convergencias. También entre los aliados. Está ocurriendo estos días, con las elecciones catalanas en un cercano horizonte. Esquerra Republicana (ERC) y Junts per Catalunya han puesto sobre la mesa, con mucha fruición en Madrid, los temas que más los distancian del PSOE; sus cuentas pendientes con el Gobierno. Por otro lado, son dos de los actores que más drásticos se están mostrando en las comparecencias de Salvador Illa, candidato del PSC a las elecciones, en la Comisión de las mascarillas.

Financiación autonómica y centralización de competencias. Son dos carpetas difíciles de gestionar entre el PSOE y los dos partidos independentistas catalanes y ello se ha evidenciado en las últimas horas. Durante la jornada del lunes, cuando Illa compareció para dar explicaciones sobre su gestión de la compra de mascarillas como ministro de Sanidad, tanto Gabriel Rufián, portavoz de ERC, como Míriam Nogueras, portavoz de Junts, apretaron mucho, en concreto, en términos de centralización.

Conscientes de que gran parte del poder electoral de Illa se concentra en su imagen de gestor, Rufián y Nogueras le atacaron por haber recentralizado las funciones de compra de material sanitario durante la pandemia y por no haber podido evitar que se le colaran aprovechados. Illa, por su parte, negó esa recentralización y abundó en que "solo un 3% de las compras" fueron defectuosas. En cualquier caso, ERC y Junts atacaron la línea de flotación de la candidatura de Illa.

"Tuvo más mala suerte que el Coyote eligiendo empresas para comprar material sanitario", le espetó Rufián, en referencia a que varias de ellas, tal y como explica el líder de ERC, "tienen a gerentes condenados por estafa". Rufián ha llegado a acusar a Illa de "mentir", algo "penado con multas o cárcel", cuando se trata de una declaración hecha en una comisión parlamentaria. Un tono muy elevado.

Las encuestas, hoy por hoy, dibujan un Parlament en el que el pacto será obligado. Los pronósticos dicen que Illa ganará, pero tendrá que buscar acuerdos si quiere ahuyentar el fantasma de la repetición electoral.

Fuentes de ERC reconocen que un posible Gobierno de coalición entre Pere Aragonès y Salvador Illa es muy difícil por razones políticas, pero también por cuestiones "personales". "En política, las relaciones personales importan y hay ahí algo personal entre el PSC y ERC". Por tanto, no tienen por qué escatimar en críticas. 

Para muestra, un botón. La diputada Teresa Jordà, en la defensa de una moción que ha defendido ERC este martes sobre la financiación singular para Catalunya —gran eje en el que divergen PSOE y los republicanos— ha apuntado directamente a Illa ya en términos plenamente electorales: "Nosotros tenemos proyecto para Catalunya, propio para Catalunya, y no de Madrid para Catalunya". Ha continuado: "El ministro Illa aseguró que defendería a Catalunya, pero sin incomodar a Madrid: eso es imposible".

El PSOE se ha opuesto a la moción, pero ha habido debate en la Cámara. A él, se han apuntado el diputado socialista Amador Marqués Atet y Eduard Pujol, de Junts per Catalunya. Marqués ha acusado a los republicanos de electoralistas. "En tres años, ¿no han tenido tiempo de presentar esta moción?", les ha preguntado. Además, ha afeado que ERC no haya querido negociar una enmienda que ha presentado el PSOE.

El Congreso se ha convertido en un debate electoral y en él no podía faltar Junts. Pujol ha recogido el guante de Marqués Atet y ha tachado la enmienda del PSOE de "literatura". "Catalunya no quiere pasar del 'café para todos', al 'calimocho para todos'", se ha quejado antes de poner sobre la mesa la deuda que, según la Generalitat, tiene el Estado con Catalunya: "422.000 millones de euros".

Sobre eso, de alguna forma, preguntará Míriam Nogueras a María Jesús Montero, ministra de Hacienda, en la sesión de control al Gobierno de este miércoles: "¿Qué planes tiene el Gobierno para pagar lo que corresponde a los catalanes?". Más economía.

Existe una cierta presión por aprovechar esta semana antes de que el Congreso entre en una especie de barbecho hasta que pase el 12 de mayo. La próxima semana, del 29 de mayo al 3 de abril, no hay apenas actividad parlamentaria y la siguiente, previa a las elecciones, tampoco.

El Senado también juega

ERC también trata de acorralar a Illa en el Senado. Sara Bailac, la portavoz republicana en la Cámara Alta, insistió durante la jornada del lunes en que Illa y Víctor Francos, jefe de gabinete del exministro de Sanidad cuando estaba en el cargo, habían caído en contradicciones alrededor de la figura de Koldo García. En cualquier caso, este mismo miércoles, Illa visita el Senado para someterse a las preguntas de los grupos en la comisión del caso Koldo de la Cámara Alta.

Será el segundo round con Illa y tendrá lugar al borde del inicio de la campaña, que empieza oficialmente en la noche del 25 al 26 de mayo.

Pero en ERC también han aprovechado la presencia en la sesión de control al Gobierno en el Senado del ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, peso pesado del PSC. No en vano, fue alcalde de Barcelona entre 2006 y 2011. Los republicanos han apretado un poco más las tuercas acusando al Gobierno de desaprovechar los fondos Next Generation. Según su análisis, tiene que ver, de nuevo, con "la gestión centralizada" de las partidas.

El 'modo electoral' es un hecho. Lejos quedan los apretones de mano por la Ley de Amnistía. Ahora, la economía y la financiación autonómica —el 'Espanya ens roba'— han tomado el centro del debate o, mejor dicho, ERC y Junts, que han prescindido de Madrid para dirimir sus particulares cuitas, las han puesto ahí. A partir del jueves, el escenario de Madrid perderá fuelle, a no ser que el Partido Popular decida colocar el Pleno de la amnistía la semana previa a las elecciones, el único epicentro será Catalunya.