En 2020, ERC permitió la investidura de Pedro Sánchez. Se abstuvo. Lo hizo tras pactar, entre otras cosas, una mesa de diálogo entre el Gobierno español y el Govern de Catalunya. "Aquel documento refleja el reconocimiento de un conflicto político por parte del Gobierno de Pedro Sánchez", puntualizan fuentes de Esquerra a Público. "Lo que toca ahora", continúan, "es encontrar la vía para resolverlo".

Por eso, en ningún caso contemplan los republicanos "ir hacia atrás" con respecto a hace cuatro años. "Aquel documento es el punto de partida". En comparecencia en el Congreso tras su reunión con Pedro Sánchez —comprendida en la ronda de contactos previos a una eventual investidura del socialista—, Gabriel Rufián ha hablado en esa dirección.

"Nuestra solución para el conflicto político es votar", ha aseverado. Sin embargo, también ha afirmado que ERC está abierta a escuchar propuestas del PSOE. ¿Dónde? En un espacio de negociación. Rufián lo ha llamado "mesa de diálogo", como la pactada en 2019. Un miembro cercano a la dirección de ERC no le pone nombre, pero sí que otorga toda la importancia a mantener una comunicación directa entre el gobierno que hoy preside Pere Aragonès y La Moncloa.

Ya en aquel acuerdo para la anterior investidura, aparecía la palabra "consulta", aunque algo maquillada entre toda la tinta del documento. "Las medidas en que se materialicen los acuerdos serán sometidas en su caso a validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Catalunya", rezaba. En cualquier caso, dar pasos hacia una solución del conflicto político y consultárselo a la ciudadanía es una prioridad para Esquerra Republicana.

Su opción es el referéndum, pero el equipo negociador de la formación no alberga ninguna esperanza de pactarlo en la negociación previa a la investidura. Patxi López, en rueda de prensa, ha descartado, una vez más, cualquier acción que "lleve a la división o la ruptura". Sin embargo, ERC sí espera fijar las bases para avanzar hacia formas de hacer partícipe a la ciudadanía durante la próxima legislatura.

Todo esto no rebaja la aspiración de ERC en cuanto a la autodeterminación, pero sí pone sobre el tejado del PSOE la responsabilidad de ofrecer vías alternativas incorporando la voz de la ciudadanía catalana.

A ERC, los términos le importan

Para los republicanos es importante que el PSOE reconozca el procés como un "conflicto político". Las fuentes consultadas insisten en ello. "Nosotros lo tenemos claro", zanjan. Por eso no entienden que, en algunas ocasiones, el PSOE trate de colocar el marco de que "el conflicto ya se ha superado". Mucho menos que lo escenifique y lo difunda a bombo y platillo, como cuando, en diciembre de 2022, puso punto y final a la mesa de diálogo. "El Gobierno de Pedro Sánchez da por concluido el procés", rezaba una crónica en El País el 27 de diciembre de 2022. Por eso, con las actuales negociaciones, ERC pretende empujar a los socialistas a aceptar de nuevo el marco del "conflicto político".

Antes de aquel diciembre, el Gobierno español y el catalán llevaron a cabo tres encuentros oficiales enmarcados en la mesa de diálogo. Uno, en tiempos de Quim Torra. Dos, ya con Pere Aragonès al frente de la Generalitat. En el último, se cerraron acuerdos para avanzar hacia la desjudicialización del procés (más tarde, derivaron en la reforma penal que eliminó el delito de sedición y modificó el de malversación) y las medidas para reforzar el catalán en Europa.

ERC quiere retomar ese tipo de contactos oficiales. Cabe esperar, por tanto, que en las negociaciones 'duras' que empezarán a partir de la próxima semana se fije, negro sobre blanco, un nuevo "espacio de negociación", tal y como ha sugerido Gabriel Rufián en público y ha podido corroborar este medio.

En resumidas cuentas y a modo de síntesis, ERC pone en valor que las negociaciones para la amnistía avancen a buen paso (aquel acuerdo del 2019 publicado en 2020 situaba como una de las prioridades terminar con la judicialización), pero quiere que el eventual nuevo texto que alumbrarán —si las negociaciones fructifican— ERC y PSOE dé un paso más. "Si en 2019 se reconoció que había un conflicto político", insisten desde Esquerra, "el de 2023 tiene que avanzar en la solución".