barcelona
El último ciclo electoral ha estado marcado por un notable retroceso de las izquierdas soberanistas catalanas, que con mayor o menor intensidad han ido a la baja en los comicios municipales y generales del año pasado, en las autonómicas del 12 de mayo y en las recientes europeas del día 9 de junio.
La pérdida de fuerza institucional de ERC, Comuns y la CUP es incuestionable y el descenso ha llevado a las tres formaciones a poner en marcha procesos profundos de renovación o refundación que culminarán alrededor de otoño. En el Parlament, por ejemplo, las tres formaciones han pasado de sumar 50 diputados a tener apenas 30, con Esquerra y la CUP perdiendo un tercio de los votos recibidos en 2021, a pesar del aumento de la participación.
La CUP será la primera en hacerlo, puesto que el 21 de septiembre celebrará la Asamblea Nacional que tiene que marcar el punto final del llamado Procés de Garbí. El partido de la izquierda independentista lo puso en marcha ya el año pasado, después de encadenar unos malos resultados en las elecciones locales y quedarse sin representación en el Congreso a raíz de las generales del 23 de julio. Las elecciones en el Parlamento de mayo no hicieron otra cosa que confirmar el retroceso cupero, puesto que los anticapitalistas cayeron de nueve a solo cuatro diputados.
Los Comuns anunciaron el sábado que su Asamblea Nacional se avanzaba a noviembre, cuando inicialmente estaba prevista para el año siguiente. La cita, que en concreto se hará los días 16 y 17 de aquel mes, tiene como objetivo "fortalecer ideológicamente a la formación" y llegará después del grave retroceso en las recientes europeas, cuando con solo 102.831 votos los Comuns fueron superados por Podemos en Catalunya. La cita en el Parlament también había comportado una bajada al pasar de ocho a solo seis diputados.
Finalmente, ERC ha programado su congreso nacional para el 30 de noviembre, una fecha que tiene que servir para escoger a la nueva dirección del partido y redefinir su estrategia. El proceso de los republicanos está siendo, sin duda, el que acapara más atención mediática, atendido su peso institucional −todavía ostenta la presidencia de la Generalitat, ahora ya en funciones− y al papel central que tendrá los próximos dos meses para decidir si inviste o no al socialista Salvador Illa como presidente del Govern.
En la formación ya hay movimientos para intentar impedir que Oriol Junqueras, presidente del partido hasta el pasado lunes, vuelva a optar al liderazgo. La presentación de un manifiesto firmado por 300 militantes, buena parte de los cuales altos cargos institucionales y dirigentes orgánicos, que pide la "renovación general" de la dirección ha sido el último ejemplo.
Movimientos en ERC contra la vuelta de Junqueras
Las negociaciones para la investidura las liderará la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que ya ha anunciado que dejará la dirección en el congreso del 30 de noviembre, tras 13 años como número dos del partido. El día siguiente a los pésimos resultados en el Parlament, quien anunció que dejaba la primera línea política fue el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que se mantendrá en el puesto hasta que haya relevo.
La caída en el Parlament es la más significativa, pero todo el ciclo electoral ha sido pésimo para los republicanos. En las municipales de mayo del año pasado pasaron de primera a tercera fuerza y se dejaron 300.000 votos, quedándose en 520.000. Esto les comportó, entre otras, perder alcaldías tan significativas como Lleida, Tarragona, Vilanova i la Geltrú, Sant Cugat del Vallès o Figueres, además de pasar de primera a cuarta fuerza en Barcelona.
Dos meses más tarde, en los comicios generales del 23 de julio, el partido se hundió de primera a cuarta fuerza −por detrás del PSC, Comuns y PP−, de 13 pasó a siete diputados en el Congreso y de casi 875.000 sufragios a 462.000.
El 12 de mayo, en el Parlament, el partido perdió 13 de los 33 diputados y con solo 20 −y 431.000 votos− quedó muy lejos del PSC y de Junts, formación con quien se había disputado los últimos años la hegemonía independentista. Ya con el proceso de cambios en la cúpula puesto en marcha y la convocatoria del congreso nacional, las europeas del día 9 certificaron una nueva bajada, al mantener menos de la mitad de los 720.000 sufragios recibidos el 2019.
El día siguiente a los últimos comicios Junqueras formalizó su renuncia a la presidencia, pero con la voluntad de volver a liderar el partido tras el congreso del 30 de noviembre. Ahora bien, ya se ha visto como los sectores próximos tanto a Marta Rovira como a Pere Aragonès se mueven para intentar que no lo haga. En el manifiesto que ha avanzado Público, se aboga por una "renovación general de la cúpula dirigente" y para llevar a cabo "una transición tranquila, generosa, para abrir un nuevo ciclo", con el objetivo de "rearmar a ERC como referente de la izquierda nacional".
Los Comuns buscan "relanzarse"
En el caso de los Comuns, el portavoz del partido, Joan Mena, ha manifestado este lunes que la Asamblea Nacional del 16 y 17 de noviembre se plantea como un "relanzamiento" para hacer del espacio "una herramienta útil para los catalanes y la casa grande de los que queremos una Catalunya mejor".
El dirigente también ha comentado que el proceso de "redefinición y reimpulso" del proyecto político se hará "abriendo la organización para incorporar nuevos puntos de vista e ideas, para fortalecernos ideológicamente y ser capaces de dar respuesta a los profundos cambios que se están produciendo".
Además, en el cónclave se abordarán cambios organizativos y la estrategia de alianzas para afrontar el siguiente ciclo electoral. Será la primera asamblea después de la ruptura con Podemos, que comportó que el partido morado ya no concurriera a los comicios en el Parlament y que en las europeas se enfrentaran en las urnas, con la candidatura encabezada por Irene Montero sumando 8.000 votos más que los Comuns en Catalunya.
El retroceso de los Comuns coincide también con la crisis de Sumar, el proyecto estatal impulsado por Yolanda Díaz donde se han implicado desde el primer minuto.
En las elecciones al Parlament, la candidatura encabezada por Jéssica Albiach perdió 13.550 votos −el 6,9% de los obtenidos el 2021−, pero pasó de ocho a solo seis diputados. Con todo, lo más significativo es que la formación solo consiguió escaños en la provincia de Barcelona, un hecho que no había pasado nunca en el espacio previamente representado por ICV-EUiA o el PSUC.
Reducido a un partido casi únicamente metropolitano, los Comuns han experimentado un retroceso en su implantación territorial y, de hecho, en las municipales de 2023 −todavía con Podemos− ya habían perdido unos 90.000 votos y se habían quedado sin la alcaldía de Barcelona, el principal feudo del proyecto. Solo resistieron en las generales, donde mantuvieron los siete diputados en el Congreso, a pesar de reunir 55.000 sufragios menos que en 2019.
La refundación ya en marcha de la CUP
Tras tocar su techo electoral en 2015, tanto a nivel municipal como en el Parlament, la CUP mantiene una tendencia a la baja, que se ha acentuado en el último ciclo. En los comicios locales perdió más de 40.000 votos y unos veinte concejales y no consiguió representación en muchos de los principales ayuntamientos catalanes, como los de Barcelona, l'Hospitalet, Lleida, Tarragona o Terrassa, entre otros.
En las generales del julio pasado bajó en 150.000 sufragios −no llegó a los 100.000− y se quedó sin los dos diputados en el Congreso que tenía. Y la bajada se mantuvo el 12M, cuando se dejó un tercio del apoyo recibido en 2021 y con solo 129.000 papeletas se quedó en cuatro diputados, cuando tenía nueve.
En estos últimos comicios ya había puesto en marcha el llamado Procés de Garbí, su particular proceso de refundación, que entre otras cuestiones le tiene que servir para repensar cuestiones como el rol que debe tener en las instituciones y las alianzas que puede tejer.
El adelanto electoral decidido por Pere Aragonès provocó la modificación del calendario previsto por la formación anticapitalista, que finalmente culminará el 21 de septiembre con una asamblea nacional, una vez la militancia se haya podido pronunciar sobre la ponencia estratégica. A raíz del batacazo en las urnas del 12M, la CUP "un llamamiento a la izquierda para el análisis conjunto y en profundidad y ponerse a trabajar con urgencia para revertir esta situación y poder dar respuesta a la crisis climática, social y nacional".
Superadas unas europeas en que los cuperos, como es tradicional, no participaron, finalmente los diversos partidos soberanistas de izquierdas con presencia en el Parlament coinciden en poner en marcha sus respectivos procesos de replanteamiento estratégico, sin que haya un análisis conjunto de la situación y de los retos a afrontar.
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