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El desprecio de Felipe VI hacia los agravios por la "conquista" vuelve a dañar las relaciones entre España y México

El nuevo Gobierno de Claudia Sheinbaum no incluyó al rey entre las personalidades españolas invitadas a su ceremonia de asunción, lo que provocó malestar en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. La causa del dilema se encuentra en La Zarzuela.

Felipe VI
El rey Felipe VI en una imagen del pasado 19 de septiembre en Las Palmas de Gran Canaria. Ángel Medina G. / EFE

Ni está, ni se le espera. Felipe VI no aparece en la lista de invitados a la ceremonia de asunción de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, lo que ha motivado la airada reacción de La Moncloa: si no va el rey, tampoco irá nadie del Gobierno. La tensión en las relaciones entre ambos países, con el rey de fondo, vuelve a ser noticia.

En una declaración de no más de cuatro líneas, el Ministerio de Exteriores consideró "inaceptable" la "exclusión" del rey de la invitación a la toma de posesión de la presidenta electa de México, que tendrá lugar el próximo 1 de octubre.

"Por este motivo el Gobierno de España ha decidido no participar en dicha toma de posesión a ningún nivel", afirma el Ejecutivo en el comunicado hecho público el martes.

Poco después de la reacción del Ejecutivo español, la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, explicó por qué no ha invitado a Felipe VI a su toma de posesión: aseguró que el rey de España no respondió a la carta que en su día —en marzo de 2019— le envió Andrés Manuel López Obrador, el presidente saliente, para instar al monarca español a pedir perdón por la conquista de América.

Las causas de este encontronazo entre España y México por Felipe VI están, precisamente, en Felipe VI. O mejor dicho, en lo que el rey calla ante las peticiones de perdón y reconocimiento del agravio causado  por la colonización española de América, un gesto que el presidente en funciones de México, Andrés Manuel López Obrador, intentó arrancar al rey español sin éxito alguno.

"México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan. Por ese motivo, Su Majestad, las actuales autoridades mexicanas elaboran un pliego de delitos que exhibirán ante el Reino de España", dijo López Obrador en una carta remitida a Felipe VI el 1 de marzo de 2019. 

El monarca español no estaba acostumbrado a recibir peticiones de este tipo por parte de un mandatario latinoamericano. Hasta entonces, los discursos predominantes entre los gobernantes de ese continente apuntalaban la idea del "agradecimiento" y "reconocimiento" hacia los colonizadores españoles, sin ningún tipo de crítica.

Cuando México pidió un gesto diferente, crítico, sólo hubo silencio por parte de Felipe VI. O incluso algo peor. En una visita a Puerto Rico en enero de 2022, el monarca se deshizo en elogios hacia los colonizadores y evitó cualquier reconocimiento hacia los agravios cometidos.

"La fundación de estas ciudades implicó la creación de instituciones de gobierno, la construcción de universidades, escuelas, hospitales e imprentas. España trajo consigo su lengua, su cultura, su credo; y con todo ello aportó valores y principios como las bases del derecho internacional o la concepción de los derechos humanos universales", afirmó entonces el rey.

La tensión en las relaciones entre México y España alcanzó cotas máximas en febrero de 2022, cuando López Obrador planteó una "pausa" en las relaciones con Madrid. La decisión de no incluir al rey en el listado de invitados oficiales a la toma de posesión de Sheinbaum se inscribe así en ese complejo escenario.

"Si desairas, te desairan", afirma el historiador Pablo Batalla Cueto, quien recordó a Público que "el rey nunca contestó a la carta que le mandó López Obrador proponiéndole pedir perdón por los desmanes de la conquista española".

"Aquí hay una relación histórica no elaborada y un trauma cultural de largo plazo no abordado entre metrópolis y antiguas colonias después emancipadas", explica por su parte el también historiador Pablo Sánchez León, quien apunta precisamente hacia "una literatura reciente acerca de la leyenda negra  como mito" en un escenario "capitalizado por la extrema derecha". 

Pocas horas después de que el Gobierno mostrase su malestar ante la decisión del nuevo Ejecutivo mexicano de no invitar a Felipe VI, Sánchez León afirmó a Público que existe una necesidad de "replanteamiento" sobre el papel del imperio español en la conquista, aunque mostró sus dudas al respecto. "España no tiene interés en reabrir ese marco narrativo", afirmó.

"Tensión institucional"

El empeoramiento en la relación entre ambos países, causada por el silencio de Felipe VI ante la petición de López Obrador, llegó a reflejarse incluso en los informes que elabora la Secretaría de Estado de Comercio.

En un documento publicado en 2023, el organismo destacó que "las relaciones bilaterales se han consolidado en los últimos años en un magnífico nivel", aunque reconoció que en el "plano institucional" se habían registrado "algunas tensiones con la actual administración" encabezada por López Obrador.

Batalla lo plantea en otros términos. "No puedes ponerte estupendo con el protocolo si tú mismo, primero, no lo has cumplido, salvo que pienses que las repúblicas iberoamericanas siguen debiéndote una pleitesía particular como rey de España y tratarte de manera distinta que a cualquier otro jefe de Estado", afirmó el historiador. 

"Aquí se dirimen cuestiones del presente, no del pasado. El presente reinterpreta el pasado, y el pasado español es particularmente molesto", afirmó por su parte Sánchez León, quien observa que el Gobierno, con su reacción, "se desorienta ante un problema que puede tener dimensión diplomática".

"Continuidad institucional"

Alfredo González Ruibal, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cree que "reclamar esas disculpas a la Corona española no es una locura". "Cuando existe continuidad institucional, las instituciones del presente son herederas del pasado", subrayó.

González Ruibal puso el ejemplo de las disculpas pedidas por la Iglesia Católica "por lo que hizo a Galileo Galilei en el siglo XVII". "En el caso de la monarquía hay una continuidad incluso biológica", remarcó.

El investigador destacó que "la conquista española sigue teniendo efecto negativo en las comunidades indígenas de México", aunque también puso el foco en el papel que las élites de ese país han tenido históricamente en la opresión hacia esos pueblos. 

"Un Ejecutivo verdaderamente crítico de izquierdas debería solicitar el perdón de la Corona española y que reconozca su culpa histórica, pero por otro lado el gobierno mexicano debería pedir perdón por el castigo continuado a sus minorías", remarcó.

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