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Actualizado:Valencia, Plaza de Toros. 3 de octubre de 2021. Pablo Casado, presidente del PP, pronuncia un importante discurso con motivo del cierre de su Convención Nacional. "Somos el partido que derrotó a ETA, sólo con la ley, pero con toda la ley. Somos la casa de Goyo, de Miguel Ángel, de Alberto y Ascen, y de otros 20 mártires de la libertad. Y ahora también de Mikel y Ander y de todos los que siguen acosados por las manadas abertzales que mantienen la respiración asistida a la Moncloa. A nosotros ni una lección de dignidad", dijo. Es sólo uno de los múltiples ejemplos con los que, diez años después de su disolución y más de cuatro tras su desarme, la derecha mantiene viva a ETA en su discurso. Principalmente, para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez.
Las referencias de Casado — y también de la ultraderecha— a ETA, son numerosas. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha viajado recientemente a Euskadi en un intento de reforzar su discurso de que Sánchez ha "traicionado" a las víctimas del terrorismo. Por su parte, Casado incluyó en su mencionado discurso de Valencia una referencia a crear su "memoria histórica de Verdad y Justicia" para todas las víctimas del terrorismo y "una ley para prohibir la convocatoria de homenajes a asesinos".
Para la profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco e investigadora de la Universidad de Oxford Jule Goikoetxea "el uso por parte de la derecha de ETA es el intento de mantener el relato del enemigo interno". En su opinión, este discurso "une a determinada parte de la sociología española" y les sirve a partidos como PP o Vox para "poder cohesionar a los diferentes perfiles que vienen de la derecha", según indica en conversación con Público.
Desde su punto de vista, considera que este relato les sirve a los partidos de derecha más para "mantener" votantes que para expandirse. "El perfil de Vox, bastante joven, irá más en los próximos años por los temas de migración, pobreza o misoginia", indica. En este sentido, apunta a que habrá prestar atención a los próximos años, en los que se intensificarán más otros "enemigos internos y externos" como la migración.
"El uso por parte de la derecha de ETA es el intento de mantener el relato del enemigo interno", señala la profesora Jule Goikoetxea
Para la profesora, es importante señalar que la "identidad española de derecha proviene de una identidad política antidemocrática" y "se ha hecho siempre aplastando al resto de identidades". "Una vez que termina ETA y se expande un proceso de convivencia de manera democrática, obviamente el PP y Vox lo tienen que parar o intoxicar", añade. En este sentido, destaca la estrategia de "judicializarlo todo", algo que a su juicio puede volver con fuerza si llegan al Gobierno. Y pone como ejemplo el intento de volver a encausar a los impulsores de Bateragune a pesar de la posición del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Lo primero que destaca sobre este asunto Ricardo Feliu, doctor en Sociología por la Universidad Pública de Navarra, es diferenciar desde dónde lo miramos. "No es lo mismo abordar esta mirada desde Madrid a desde Navarra o el País Vasco. Ahí ya hay diferencias", afirma. Este especialista considera que sí hay que seguir hablando de ETA para "no olvidar". "El problema no es hablar o no de ETA sino con qué intencionalidad se hace". Opina que el uso de ETA como "confrontación partidista va en contra del proceso de ir cerrando heridas y pasar a la siguiente fase".
Este uso político ha sido duramente criticado por algunas víctimas de ETA. Destaca especialmente la visión de Consuelo Ordóñez, hermana del dirigente popular asesinado, Gregorio Ordónez. "El PP nos utiliza para hacer oposición, intoxica con mentiras e incita al odio", afirmaba en una entrevista realizada en julio con este medio.
Para Feliu, la derecha lleva con su discurso a una "simplificación del debate político" donde en esa categoría de ETA "entra todo". "Si a través del todo es ETA metes cualquier planteamiento político diferente y lo relacionas, la mera enunciación del término anula ya el debate político", afirma. "El proceso se rompe y se enquista si se hace un uso partidista. Las posiciones que mantiene la derecha lo que hacen es enquistar. Y eso favorece a los extremos políticos", añade. Según su visión, esto puede provocar que se legitimen decisiones que no tienen lógica en democracia. "Se aplica la teoría del enemigo para anularlo completamente".
Criminalización de las alianzas
Más allá de los objetivos más sociopolíticos, Goicoechea apunta a que la intención directa es "ensuciar al PSOE" identificando a EH-Bildu como la continuación de ETA y decir que el Gobierno está negociando con una banda terrorista. "El objetivo efectivo y pragmático es ese. Creo que es de las pocas vías que tienen para ensuciar a Podemos y PSOE. No pueden soportar que su enemigo interno esté haciendo un papel legítimo de interlocución con el Gobierno de España", apunta Goikoetxea.
La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, dijo recientemente en una entrevista que lamentaba que haya muchos jóvenes en España que no sepan quién es Miguel Ángel Blanco. En su opinión, eso es achacable a que "ven como Sánchez negocia con Bildu con total normalidad. Ese blanqueamiento es el origen de que se esté olvidando algo que no se puede olvidar".
Feliu recuerda que esta estrategia no es nueva. "Parte de lo que estamos viendo ya se empezó a poner en marcha en tiempos de Zapatero. Tanto ahí como actualmente lo que se pone encima de la mesa es el discurso de la ilegitimidad. Expresado de una manera diáfana, es lo que dijo Vargas Llosa sobre votar bien y mal", afirma. El sociólogo señala que la derecha presenta a EH-Bildu con una "metáfora del contagio" en la que "allá por donde va lo contamina todo", como "una especie de entidad surgida de los avernos".
Para Oskar Matute, diputado de EH-Bildu en el Congreso e integrante de Alternatiba, lo que llama la atención es la "asincronía entre la sociedad española y la vasca" en la transmisión de este tipo de mensajes "superados por el tiempo". Para el diputado vasco, situar a ETA como un actor político presente cuando hace 10 años puso fin a su actividad armada y violencia, evidencia "una diferencia entre la sociedad vasca y la del Estado español". "Siempre decimos lo mismo, la sociedad vasca ha emprendido un camino de no retorno, la izquierda independentista vasca está firmemente comprometida con alcanzar por vías democráticas la solución a todos los conflictos, incluido lo que se ha venido en llamar el conflicto vasco", afirma.
Matute destaca que trabajan "día a día por un ejercicio de no repetición", para que "a nadie más se le ocurra volver a escenarios felizmente superados". Todo eso, dice el diputado, "en un contexto" en el que, según su punto de vista, "estos pasos no se han visto correspondidos" por otros que podía haber dado el Estado en cuestiones como la "violencia parapolicial". "Tiene que ver con la pervivencia de determinados relatos que se manifiestan de forma parcial", indica.
"Los resultados electorales del PP son muy bajos. La misma sociedad vasca o navarra no se reconoce en el discurso del PP", afirma el sociólogo Ricardo Feliu
"La derecha y extrema derecha usan a ETA como elemento de activación de las pulsiones menos racionales de la sociedad. No sé si les funciona o no, pero también la izquierda del Estado español debería superar ese marco, porque no permite avanzar a la sociedad hacia mayores cotas de democracia y justicia social", afirma Matute. "La unidad del Estado español pesa más que cualquier cosa, y en defensa de él casi se encuentra justificación para hacer todo", añade.
Desde EH-Bildu dicen no albergar expectativas sobre si la situación se normalizará en algún momento. "Nuestra esperanza está puesta en la sociedad vasca, nacemos de ahí y nos debemos a ella. Lo que nosotros queremos es la aprobación y el respeto de cada vez mayor parte de la sociedad vasca. Lo que puedan decir otros forma parte de su manera de hacer política. Pero incluso, para sus propios votantes, nos parece una forma de hacer política grotesca", comenta Matute.
"Los resultados electorales del PP son muy bajos. La misma sociedad vasca o navarra no se reconoce en el discurso del PP", afirma al respecto Feliu. Para terminar, lanza una pregunta: "¿Este uso del PP de ETA es una mera reproducción de una estrategia de manual de la derecha o es que está haciendo una competición con Vox para ver quién es más patriota"”.
En las últimas elecciones generales, las de noviembre de 2019, tanto Vox como Cs no consiguieron ningún escaño en representación de Euskadi para el Congreso de los Diputados y el PP obtuvo solo uno in extremis. El PNV obtuvo allí una mayoría holgada. En 2020, las elecciones autonómicas dejaron a la coalición formada entre PP y Cs con 6 escaños, tres menos que los obtenidos por los populares en 2016. Vox obtuvo un escaño. Con el 6,7% y el 1,9% de los votos son la quinta y sexta fuerza política en el Parlamento vasco.
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