Público
Público
análisis

La declaración judicial de Serrano pone de relieve la crisis de liderazgo de Vox en Andalucía: tres portavoces en tres años

La ultraderecha estrena una nueva portavocía en la Comunidad mientras el que fuera su candidato en diciembre de 2018, hoy fuera del partido ultra, es interrogado en los juzgados por un presunto fraude en subvenciones de 2,4 millones de euros

El excandidato de Vox a la Junta, Francisco Serrano (d) junto a su abogado, acude a declarar por presunto fraude en ayudas.
El excandidato de Vox a la Junta, Francisco Serrano (d) junto a su abogado, acude a declarar por presunto fraude en ayudas. María José López / Europa Press

El exjuez Francisco Serrano, que durante un tiempo fue la estrella de Vox –cuando en las elecciones andaluzas de 2018 el partido obtuvo por sorpresa doce decisivos escaños en Andalucia que sirvieron para desalojar por primera vez al PSOE de la Junta de Andalucía–, declaró este lunes en los juzgados acusado de un presunto fraude en subvenciones de 2,4 millones de euros.

En su declaración, según fuentes jurídicas consultadas por Público, trató de exculparse por la vía de descargar su responsabilidad en su socio, mientras que este hizo lo propio con él. A las puertas del juzgado, Serrano expresó "confianza en la justicia" y confió en que todo se "pudiera aclarar", según recoge Europa Press.

Serrano se quedó presuntamente junto con un socio con una subvención de 2,48 millones de euros que solicitó para formar una empresa en Niebla (Huelva) que jamás llegó a ponerse en marcha. Para recibir el crédito la empresa debía aportar un capital social en consonancia con el proyecto a desarrollar. Sin embargo, "la sociedad se constituyó realizándose por los socios aportaciones no dinerarias consistentes en maquinaria diversa que se afirmaba como de su respectiva propiedad, cuando ello indiciariamente no se ajustaba a la verdad", afirma la Fiscalía.

Añaden los fiscales que "en el desarrollo de la actividad sufragada parcialmente con fondos del Ministerio de Industria, no consta la realización del proyecto comprometido de fabricación de pellets –combustible de biomasa– y no se ha llevado a cabo el reintegro de la deuda". Además, una parte de la subvención, 438.000 euros, según el Ministerio Público, se desvió para "préstamos a terceros, retiradas en efectivo, pago de facturas y gastos varios, ninguno de ellos relacionados con la finalidad para la que fue concedido".

El avance del proceso judicial –en mayo están fijadas las declaraciones–, iniciado tras una denuncia de Facua, y de las pesquisas de la Agencia Tributaria ha dado pistas de que efectivamente el exjuez dispuso del dinero, pero no para montar la empresa, sino para otros menesteres, como gastos de VISA en restaurantes, viajes, y ocio, según las investigaciones del periodista Ángel Munárriz en Infolibre.es. Hacienda, de hecho, le llegó a embargar hace unos meses las cuentas para impedir que prosiguiera el presunto fraude y darse la posibilidad de cobrar lo que considera que se le debe.

La declaración de Serrano, que hoy está fuera de Vox, pone de relieve las dificultades para el partido que dirige Santiago Abascal de encontrar una referencia en Andalucía. El partido de ultraderecha ha estrenado en fechas recientes el tercer portavoz en menos de tres años, lo que manifiesta una crisis de liderazgo de la ultraderecha en una Comunidad en la que ejerce –a cambio de diversas concesiones, sobre todo en el terreno antifeminista– de muleta del Gobierno de Juanma Moreno (PP).

Abascal no ha logrado encontrar, desde que Serrano le salió rana (aparte de por sus cuitas con la justicia y con Hacienda, con un demencial post en Facebook con el que inició su declive), a quien hable por su boca y a la vez mantenga cierta personalidad, al modo de Rocío Monasterio en Madrid, a la vez alejada y cercana al PP, en la Comunidad más poblada, que es clave para todo el que quiera implantar un proyecto en el Estado.

Después de Serrano, azote del asociacionismo e hipercrítico con las subvenciones públicas a colectivos feministas, vino Alejandro Hernández, con quien el Gobierno de PP y Ciudadanos se ha entendido a las mil maravillas y quien no parecía meter mucho miedo al Ejecutivo de Moreno con las amenazas, convocatoria de elecciones incluida, que soltaba de vez en cuando y que le venían impuestas desde Madrid.

Hernández, además, perdió los papeles en una sesión parlamentaria, mientras hablaba la secretaria general del PSOE, Susana Díaz, y protagonizó un desagradable y sonoro desplante a la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, por el que no fue sancionado, a pesar de que la izquierda lo reclamó, gracias a la protección de sus socios.

Manuel Gavira

Ahora Abascal ha elegido a Manuel Gavira, un abogado afiliado desde primera hora a Vox, que hasta ahora ha logrado evitar particulares charcos y a quien se le atribuye la inclusión de los recortes en Canal Sur en la última negociación de presupuestos con PP y Ciudadanos.

En todo caso, más allá de que Abascal no haya encontrado un sustituto a Serrano, un magistrado que hasta su caída en desgracia, gozaba de los favores de cierta sociedad sevillana, el verdadero líder de Vox es el jefe mismo. El propio Gavira, en diversas entrevistas concedidas estos días, así lo ha expresado, hasta el punto de afirmar que no sabe si será o no el candidato a la Junta.

En paralelo al nombramiento de Gavira, Macarena Olona, secretaria general de Vox en el Congreso, diputada por Granada, a quien, desde su irrupción el 28F –Día de Andalaucía– pasado en Sevilla se la había vinculado con una supuesta candidatura a la Junta, desmintió en un tuit que fuera a ser así. "Amo Andalucía pero no voy a ser candidata a la Junta. Hay muchos candidatos andaluces mucho más capacitados que yo. Y ganaremos", escribió.

En Andalucía, salvo sorpresas, se van a celebrar las próximas elecciones, o bien a finales de 2022, cuando termina la legislatura, o bien antes, cuando Vox decida. Abascal tiene en su mano tumbar el próximo otoño el presupuesto andaluz para el año próximo y forzar a Moreno a llamar a las urnas antes de tiempo. No se sabe aún qué hará, Gavira mediante, pero de momento, no hay ambiente preelectoral en la Comunidad, más allá de los cantos de sirena que llegan desde Madrid a lomos de la contundente victoria de Isabel Díaz Ayuso en las autonómicas, de la crisis de Cs y de las ganas de la ultraderecha de liquidar del todo al partido de Inés Arrimadas.

Abascal, de momento, estará este miércoles en Córdoba en un acto con Hernández, el portavoz defenestrado –quien sigue fiel a las directrices del partido– y tiene previsto, según recoge Europa Press, llevar a cabo más actos en Andalucía en próximas fechas.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias