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Cuatro opciones casi imposibles para una investidura de Illa en Catalunya

La exigencia del concierto económico dificulta el 'sí' de Esquerra al PSC para un tripartito, Junts podría ceder la abstención pero está en el 'no' para forzar la repetición electoral, y parece impensable la entente con el PP o Vox. 

Salvador Illa a su llegada a reunirse con los diputados y diputadas socialistas, en el Parlament, a 21 de mayo de 2024, en Barcelona.
Salvador Illa a su llegada a reunirse con los diputados y diputadas socialistas, en el Parlament, a 21 de mayo de 2024, en Barcelona. David Zorrakino / Europa Press

La negociación para la investidura del 133 president de la Generalitat está en marcha. Ha comenzado oficialmente este martes con una reunión entre las comisiones negociadoras del PSC y ERC. En este caso para la investidura del socialista Salvador Illa, el único con alguna opción real para llegar al cargo. Por mucho que Carles Puigdemont insiste en sus propias opciones, que pasan por el apoyo de ERC y una abstención del PSC que los socialistas ya han dejado claro que no se va a dar. La reunión de este martes llega después de conversaciones previas exploratorias entre los partidos, y ha servido para poco más que para poner en marcha los mecanismos de negociación. Y además, cada vez hay más indicios de que la negociación va a tener que ser multilateral y a diversas bandas.

Las cuatro opciones aritméticas de Illa

En política, las matemáticas son un arte de lo posible, pero para la investidura de Salvador Illa todo apunta que la aritmética se entrevé imposible. Los números del Parlament dibujan, desde la misma noche electoral del 12 de mayo, cuatro opciones que aguantan la teoría aritmética. Pero la complejidad de la política catalana provoca que, un mes después y con las condiciones y las estrategias ya definidas, ninguno de los cuatro escenarios teóricos sea factible a priori. Lo cual aboca a Catalunya a una repetición electoral a principios de octubre, si la negociación iniciada este martes no da alguna sorpresa. Illa y el PSC tienen poco más de dos meses para conseguir hacer realidad alguna de las cuatro opciones, que de momento parecen imposibles.

Las cuatro opciones aritméticas que pueden dar a Salvador Illa la investidura tienen en el tripartito de izquierdas un primer eje claro. Requeriría el 'sí' del PSC, ERC y los Comuns, que sumarían justo los 68 votos de la mayoría absoluta. En segundo lugar, combinando con los partidos independentistas que dieron apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, Illa podría ser investido en segunda vuelta con mayoría simple, con los votos del PSC, si ERC y Junts se abstienen. La tercera opción se complica porque mezcla partidos independentistas y españolistas y requeriría el voto favorable del PP junto a los del PSC pero con la abstención de Junts o ERC.

Y en cuarto lugar, un acuerdo netamente constitucionalista que reuniera los votos favorables del PSC, el PP y Vox también sumaría justo los 68 votos de la mayoría absoluta. Todas las opciones aguantan la calculadora pero ¿cuáles son las dificultades para articularlas políticamente y cuál sería la más probable?

El tripartito con ERC depende del concierto catalán y de las bases

El tripartito de izquierdas con los votos del PSC, ERC y los Comuns es la primera suma que todo el mundo hizo la noche electoral. Muchos suspiraron aliviados cuando el último escaño cayó del lado de las izquierdas facilitando la suma de 68 diputados. Es la fórmula más lógica políticamente y por la que apuesta Salvador Illa: "Necesito tiempo para formar una mayoría progresista, la única viable. Mantenemos nuestros compromisos de no explorar ninguna vía alternativa que no sea un Govern progresista". Los Comuns también negociarán con el PSC su voto afirmativo y aseguran que serán "exigentes", pero tanto Jéssica Albiach como Ada Colau ya han manifestado su apuesta por el tripartito de izquierdas. Así pues, el hueso duro de roer en esta ecuación va a ser Esquerra.

El 'sí' de Esquerra se entrevé, ahora mismo, casi imposible. Los republicanos han movido ficha y supeditan el voto afirmativo a un nuevo sistema de financiación "singular", pacto fiscal o concierto económico como el vasco, pero adaptado a Catalunya que supondría añadir un cupo de solidaridad interterritorial. Se le llame como se le llame, la demanda de Esquerra requiere cambiar el modelo, modificar la Lofca, entrar en una negociación bilateral entre Catalunya y el Estado, y que la Generalitat recaude el 100% de los impuestos. Y como avanzó Público la semana pasada, ERC ya ha trasladado al PSC que esta es una condición inamovible para su voto afirmativo. Más si tenemos en cuenta que, sin la palanca del concierto económico, difícilmente la dirección que ahora lidera la secretaria general, Marta Rovira, podrá convencer a las bases del partido para que ratifiquen un posible acuerdo para la investidura de Illa.

El rechazo del PSC y del PSOE a establecer un concierto económico catalán cierra la puerta a un 'sí' de ERC para Illa con mucha probabilidad. Pero ello no quiere decir que las negociaciones se den por amortizadas en Esquerra. "Tenemos cuatro carpetas de negociación, la del referéndum, la del sistema de financiación, la referente a la mejora de los servicios públicos en Catalunya y la de la protección e impulso del catalán. La financiación singular es capital pero veremos a qué acuerdos podemos llegar en cada una de las carpetas", mantiene la portavoz del partido, Raquel Sans.

Habrá que ver si la imposibilidad de los socialistas de articular un sistema de financiación como el que reclama ERC, no impide llegar a otros acuerdos con los republicanos que garantice que al menos el voto no sea negativo, quizás con una abstención. Veremos hasta donde llega el PSC en dos meses y como lo reciben las bases de Esquerra.

Una abstención de Junts y ERC que topa con Puigdemont

Si, como es previsible, no se articula el voto favorable de Esquerra, la segunda opción de Salvador Illa para ser investido sería conseguir una abstención de los republicanos que, combinada con una abstención de Junts, le daría la presidencia en segunda vuelta con mayoría simple, a costa de los 42 diputados del PSC. Para ello, los socialistas deberán llegar a un acuerdo con Junts que no parece nada fácil, pero intentarlo lo van a intentar.

Según fuentes del PSC y de Junts, conversaciones las ha habido y las va a haber. Otra cosa es que desde Junts se apunta a que "servirán para negociar que el PSC deje paso a Carles Puigdemont para que sea investido president de la Generalitat, si conseguimos el apoyo de ERC". Mientras desde el PSC aseguran que "no hay ninguna posibilidad que el PSC facilite la investidura de Puigdemont", pero admiten que hablarán con Junts: "Hablaremos con todo el mundo menos con Vox y Aliança. La única vía posible es la investidura de Salvador Illa, y esperemos que no se articule una minoría de bloqueo".

Lo cierto es que si se consolida la imposibilidad de un voto favorable de ERC, este escenario de la doble abstención independentista podría ser la única grieta en el muro que separa a Salvador Illa de la investidura presidencial. Y tendría una lógica política teniendo en cuenta que, tanto ERC como Junts tienen acuerdos con el PSOE, son claves en la gobernabilidad del Estado, y dieron su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. Pero la operación topa con la estrategia de Puigemont de forzar una repetición electoral para concurrir a ellas con una lista conjunta con ERC, tal como avanzó Público. Una especie de segunda vuelta para las aspiraciones presidenciales de Puigdemont.

Veremos que exige finalmente Junts y que puede poner sobre la mesa el PSC y el PSOE. Y el tema del sistema de financiación también va a estar sobre la mesa de los postconvergentes. De momento, Puigdemont ha sido tajante y rotundo: "¿Toda la injusticia que sufrimos, todo el dinero que se va, toda la falta de ejecución presupuestaria que tenemos hasta ahora se debe a que su partido no preside la Generalitat?" –le pregunta a Pedro Sánchez–. Y ha insistido en esta línea: "¿No cree que con su chantaje está dando argumentos a los españoles que piensan que los catalanes reclamamos un trato que no nos merecemos?".

Cuando el PP entra en la ecuación

En caso de no conseguir de Junts ni siquiera la abstención, pero suponiendo que con ERC se llegara a este estadio, la mirada del PSC deberá desviarse hacia el PP para reclamar un voto favorable. La suma de los 57 diputados de los dos partidos combinada con la abstención de ERC, podría dar la investidura a Illa en segunda vuelta. Pero es un escenario poco o nada probable. Fuentes del PSC aseguran que no tienen previsto hablar con los populares pero veremos qué pasa en algún momento de los dos meses de negociación. Si llegara el caso, la idea de mantener la estabilidad que exigen los sectores económicos, y de evitar una presidencia independentista como la de Puigdemont, va a ser una palanca para presionar al PP. Pero las dificultades para esta entente son más que obvias.

El presidente del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, ya lo ha dejado muy claro: "No nos fiamos del PSC y no investiremos a Illa si no rompen todos los acuerdos con los independentistas, aquí y en Madrid". "Los separatistas tienen claro que quieren continuar y será el PSC quién decida si se acaba o no con el procés, y los pasos que están dando no nos gustan nada. Parece que quieran continuar con lo mismo", replica Fernández. Tampoco está claro que ERC mantuviera su abstención en caso de que el PP fuera quien entrara en la ecuación. Y una última complicación es que desde Junts se advierte a Pedro Sánchez que "cualquier investidura de Salvador Illa que cuente con el concurso del PP, por activa o por pasiva, imposibilita que Junts dé ningún apoyo al Gobierno del PSOE, empezando por los presupuestos".

El descartable frente constitucionalista con PP y Vox

Y llegamos al cuarto y último escenario aritmético para la investidura de Illa. Los 68 votos de la mayoría absoluta que sumarían el PSC, el PP y Vox. No es casualidad haber dejado para el final esta ecuación que requiere el voto afirmativo de tres partidos antitéticos por mucho que les una el constitucionalismo, e incluso el hecho de que el 2017 se manifestaban juntos contra el independentismo. Ha llovido mucho desde entonces –a pesar de la sequía–, la política catalana y española ha cambiado totalmente y el PSC deja muy claro que "con Vox no vamos a negociar en ningún caso y sobre nada", según fuentes de la dirección.

La dura confrontación que el PP y Vox mantienen con el PSOE, en una estrategia de acoso y derribo del Gobierno de Pedro Sánchez, también se traslada a Catalunya e impide que una operación de tripartito constitucionalista tenga ningún viso de realidad. Y así las cosas, el martes que viene, 25 de junio, se activará –probablemente sin ni siquiera una investidura fallida– el cronómetro de dos meses hasta el 25 de agosto, en que si no fructifica ninguna investidura automáticamente Catalunya entrará en la repetición electoral para principios de octubre. Este es el quinto escenario que, guste o no, cotiza ahora mismo al alza en las casas de apuestas políticas de Catalunya.

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