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Ayuso arrastra a Feijóo al debate sobre el aborto que quería evitar

Génova quiere esquivar el tema para no abrir brechas internas. Feijóo se opone a la nueva ley del aborto y compara la interrupción voluntaria del embarazo con viajar o consumir alcohol.

Ayuso y Feijóo en Sevilla
El nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (c), la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d), y el alcalde de la Capital, José Luis Martínez-Almeida (i), tras la fotografía de familia del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del partido tras su elección como presidente, que ha tenido lugar en la Plaza de España de Sevilla. EFE/ Raúl Caro

Aunque cueste encontrar declaraciones al respecto de algún miembro de su dirección, el PP de Feijóo está en contra de la nueva ley del aborto que permite la interrupción voluntaria del embarazo a mujeres de 16 y 17 años sin consentimiento paterno. Hasta este jueves, Núñez Feijóo se había pronunciado sobre esto en dos ocasiones y en ambas dejó claro que, en su opinión, "la interrupción voluntaria de las menores debe contar con el consentimiento de sus padres". Desde entonces, en Génova han esquivado el tema conscientes de que no solo les puede llevar a una discusión interna que quieren evitar, sino que también es un terreno fértil para la confrontación con Vox. Y la hoja de ruta de Feijóo para llegar a la Moncloa pasa por evitar a toda costa ambos escenarios bajo un mantra: "No entramos en estas cuestiones".

Hasta que Ayuso voló por los aires esa estrategia: tomó la delantera y entró de lleno al debate sobre el aborto, desmarcándose además de la postura de su presidente. "Yo creo que tiene que abortar, desde luego. Creo que una vez que una mujer tiene claro que no quiere salir adelante con ello, no puedes obligarla a llevar una vida contraria a la que tú has deseado", dijo tajante se manifestó este jueves en una entrevista radiofónica concedida a Onda Cero.

"¿Cómo decirle a una mujer que viva como no quiere?", se preguntó Ayuso. La presidenta madrileña, verso libre del PP, no solo le lleva la contraria a la dirección de su partido, sino que de forma implícita censura la reforma legal del aborto aprobada en 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy, modificando la ley del aborto de Zapatero, que elevó la edad legal para abortar sin permiso paterno de los 16 a los 18 años. La reforma de la reforma que ha impulsado el Ministerio de Igualdad recupera ese derecho para las mujeres mayores de 16 años. 

Feijóo equipara el aborto a viajar o consumir alcohol

Cuando Ayuso lanzó esa pregunta al aire ya sabía cual es la respuesta de Génova. En el mes de mayo, cuando la nueva ley del aborto llegó por primera vez al Consejo de Ministros, Feijóo comparó el aborto con el consumo de alcohol para explicar su postura. "Si la legislación en España prohíbe consumir alcohol a una menor de 18 años parece razonable que esa legislación solicite el permiso de los padres para la interrupción voluntaria del embarazo", dijo. En ese momento, nadie replicó a Feijóo.

Las declaraciones de la presidenta madrileña llegaron a primera de la mañana de este jueves y por la noche el líder del PP concedió otra entrevista, también a la cadena Onda Cero. Preguntado por su posición acerca de la ley de plazos, echó balones fuera. "El aborto es toda una discusión que tiene tintes morales, religiosos y éticos", comenzó diciendo. Reconoció que "el asunto bien merece una discusión" y que es consciente de que en su partido "hay distintas sensibilidades". 

Pero si hace cuatro meses defendía la necesidad del permiso paterno a menores para abortar, ahora se queda a medio camino y afirmó que "lo que estamos de acuerdo (en el PP) es que una menor no puede abortar sin el conocimiento de los padres". Feijóo evitó enfrentarse a Ayuso, que pocas horas antes había dicho esto: "Es distinto si hay que informarles o si se necesita su aprobación. Hay que informarles, sin ninguna duda".

Eso sí, Feijóo insistió en el mismo símil: Si "una menor no puede tomarse copas ni irse de viaje sin el consentimiento de los padres", no entiende que sí pueda interrumpir un embarazo de forma voluntaria. Además, aseguró que siguen esperando a que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso de inconstitucionalidad que presentaron contra la ley del aborto de Zapatero. 12 años después, todavía no hay fallo.

Preguntados por este medio, en el equipo de Feijóo aseguran que cuando se inicie el trámite parlamentario de la ley en el Congreso será el momento de presentar sus enmiendas, pero evitan responder si se mantienen en su posición original: la de la necesidad de permiso paterno. Entre sus filas reconocen que los equilibrios en este tema chocan con el estilo de oposición de hierro que Génova ha ejercido durante toda la legislatura y que Feijóo ha continuado, pero lo justifican con una estrategia de  "minimizar riesgos". Dicen, además, que esto "no es lo que preocupa en la calle".

Madrid, señalada por las dificultades para abortar

Ayuso, sin embargo, habla sin tapujos. La líder popular insinuó que algunas mujeres utilizaban el aborto como método anticonceptivo: "Hay que hablar con ellos y explicarles que el aborto no es un anticonceptivo al uso y que causa males mayores". Además, habló de "listas negras" de profesionales, en referencia a los profesionales objetores de conciencia que, con la nueva ley, deberán identificarse para garantizar que en todos los centros públicos haya personal que garantice que se puedan realizar abortos.

Lo cierto es que la Comunidad de Madrid ha sido señalada por las dificultades que hay para abortar en sus centros públicos. en el mes de julio, el defensor del pueblo constató que en 2020 no se realizó ninguna interrupción voluntaria del embarazo en la red pública de la Comunidad de Madrid. Todos los abortos tuvieron lugar en hospitales privados, a pesar de que esta alternativa debe ser de "carácter excepcional", según marca la ley. Detrás de esta realidad se esconde un uso institucional de la objeción de conciencia.

En declaraciones a El Periódico de España, el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Manuel Martínez-Sellés, reconoció que la razón por la que no se realizan abortos en los centros públicos madrileños es que, en muchos hospitales públicos "todos sus ginecólogos, de forma unánime, se han declarado objetores de conciencia". La ley aprobada por el Gobierno acaba con este este escenario.

Aquí puedes leer todas las maniobras del Partido Popular en contra del aborto.

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