Artur Mas ha reconocido la existencia de casos de financiación irregular de Convergència Democràtica de Catalunya. "Yo no he dicho que todo era falso". Tampoco ha negado que desde el Palau de la Música se hicieron donaciones a su partido, pero se ha defendido de las acusaciones según las cuales las adjudicaciones de obra pública de la Generalitat se hacían dando "trato de favor" a empresas que pagaban comisiones a CDC.

"Mi confianza en Daniel Osácar es plena y total ". De esta manera se ha pronunciado en el Parlament de Catalunya el ex-Presidente Artur Mas en relación a la presunta implicación de quien fue tesorero de CDC en el caso Palau de la Música y en lo que puede tener que ver el expolio de esta entidad con la financiación de su partido.

Mas ha manifestado que tiene más confianza en Daniel Osácar y en su versión que en lo que han dicho los principales gestores del Palau hasta el momento del escándalo, Fèlix Millet y Jordi Montull. "Osàcar no ha pactado con la fiscalía", ha señalado para hacer hincapié en las dudas que suscita su comportamiento.

El expresidente de la Generalitat y actual líder del PDeCAT (Ex-CDC) ha intentado desacreditar a la fiscalía explicando que "intenta demostrar que había una trama organizada para conseguir que Ferrovial tuviera un trato de favor en la adjudicación de obra pública" y se ha preguntado por el motivo por el que no se ha investigado como se han hecho estas adjudicaciones.​

"Si tengo goteras en una casa tengo que mirar el techo", dijo a modo de ejemplo.

Mas ha hablado también de la desaparición de nueve millones de euros de los fondos del Palau, "que nadie atribuye a CDC" y se preguntó dónde está este dinero y por el motivo por el cual no se ha investigado sobre ello.

"Usted debe asumir responsabilidades políticas"

El líder socialista, Miquel Iceta, ha hecho hincapié en que varios empresarios han reconocido el pago de comisiones y, más en concreto, en la existencia de notas encontradas en las oficinas del Palau de la Música referidas a partidas conocidas con el nombre de "convergentes".

"No estamos en sede judicial", ha señalado Iceta para insistir en que, ante la constatación de "irregularidades" hay que depurar responsabilidades. El partido de Artur Mas, según Iceta, cambió de nombre para dejar atrás el caso Pujol y el caso Palau, "Hoy hablamos de responsabilidades políticas y le corresponde asumirlas a usted", le ha dicho.

Lluís Rabell, en nombre de CatSíqueEsPot (CSQEP) afirmó que su credibilidad se encuentra "bajo mínimos", que "las denuncias de financiación ilegal son abrumadoras" y le ha recordado que en el caso Palau se han producido declaraciones, como las de Joan Llinares (ex-director general del Palau) que no son las de Millet y Montull.

"No se ofenda si ante los antecedentes de su familia política ponemos en duda su declaración", dijo Rabell tras recordar que Macià Alavedra y Lluís Prenafeta también habían defendido su honorabilidad y ahora han reconocido su comportamiento corrupto, en el caso Pretoria.

Por parte del PP, Alejandro Fernández, ha atacado a Mas por otro flanco afirmando que es responsable de haber "convertido 30 años de convivencia en una historia de malos tratos" y de haber hecho esto "por intereses personales y para tapar vergüenzas".

Fernández, al igual que Inés Arrimadas, de Ciudadanos, han preguntado si llegará el momento para que Artur Mas pida perdón.

Deshacer el equívoco entre independentismo y corrupción

Y el diputado de la CUP, Benet Salellas, ha centrado su intervención en la necesidad de "deshacer el equívoco" que relaciona independentismo y corrupción.

Ha afirmado que CDC era un entramado corrupto y que cuando Artur Mas se escandaliza por las llamadas "cloacas" de Interior no se explica por qué "la peste a alcantarilla no la olía" cuando pactaba con el PP.

"Necesitamos un futuro que no se parezca al pasado, y usted, señor Mas, es el pasado", ha dicho Salellas.

Mas en el turno de réplica ha coincidido con Salellas en la afirmación de que hay que separar independentismo y corrupción, ha vuelto a destacar la utilización de fondos reservados por parte de Interior, para pagar a confidentes que dijeran mentiras sobre dirigentes políticos y ha negado que haya utilizado el independentismo para tapar casos de corrupción.