"Estamos en un momento de presentación de precandidaturas [para dirigir IU]. Tenemos ahora mismo tres. Es posible que haya más", manifestó este lunes en rueda de prensa la coportavoz de IU, Amanda Meyer. A la ministra Sira Rego y al crítico José Antonio García Rubio, se une el excoordinador de IU en Andalucía, Antonio Maíllo.

Fuentes próximas a Maíllo indicaron a Público que, aunque esto sea así, nada ha cambiado: el objetivo sigue siendo el mismo que cuando anunció su idea de dar un paso adelante. No es tanto presentarse, aunque lo haría, llegado el caso, como lograr un pacto muy amplio.

"Para negociar en la mesa hay que ser precandidato. Es una formalidad del procedimiento. Seguimos negociando en busca del acuerdo más amplio", dijeron las fuentes consultadas.

La condición de precandidato en este proceso, que culmina el 18 y 19 de mayo en la asamblea federal, no supone, según las fuentes consultadas en IU, la presentación de una documentación oficial, con avales, sino que simplemente son dirigentes que han manifestado su intención de liderar una lista. Hasta ahora, dijeron, nadie ha presentado una candidatura con nombres y apellidos.

El 29 de abril termina el plazo para registrar oficialmente las candidaturas. Así las cosas, o antes de esa fecha se produce un acuerdo o habrá una votación que decidirá el rumbo.

Negociaciones entre dirigentes

La coportavoz Meyer, que ya reprochó en su momento a Rego que se lanzase a la arena sin consensuarlo antes, manifestó al respecto este lunes que "sería un error pensar que [en IU las cosas] se resuelven en negociaciones entre dirigentes". "Ahora se trata de que los afiliados tomen la palabra. Ya veremos si del debate político qué acuerdos se deciden. Y ya veremos en que situación quedan los dirigentes", agregó.

Fuentes cercanas a Maíllo indicaron, cuando este decidió anunciar que daba un paso al frente, que el objetivo del excoordinador era articular "un nuevo acuerdo de mayorías" que permita crear "una propuesta de dirección sólida, cohesionada" y que se trataba de un "encargo" que un grupo de dirigentes le habían hecho, tras el "paso unilateral" dado por Rego que "rompía los acuerdos de unidad alcanzados hasta ahora".