Pocos días después de la investidura fallida de Feijóo, y de que ERC y Junts aprobasen una resolución que prometía no investir a Pedro Sánchez si no trabajaba "para hacer efectivas las condiciones de un referéndum", los independentistas han salido a la calle este domingo para conmemorar el sexto aniversario del referéndum del 1 de octubre y reivindicar el mandato popular que se expresó a través de las urnas.

La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, ha dejado muy clara su postura en el acto que ha organizado la entidad esta mañana en la plaça Urquinaona: "¿Cómo puede ser que en esta resolución no aparezca la palabra independencia? ¿Dónde está nuestro Parlamento para hacer efectivo el mandato del 1-O?".

Desde su punto de vista, el ejercicio de autoderminación debe llevarse a cabo en el Parlamento de Catalunya, no en el Congreso, al igual que cualquier pacto o amnistía debe ir acompañado de la independencia. "Si no, será una amnistía-trampa, que servirá para blanquear el Estado español", ha advertido Feliu.

Frente a varios centenares de personas que ondeaban banderas independentistas y gritaban consignas como "Votamos y ganamos" o "1-O, ni olvido ni perdón", Feliu ha hecho hincapié en la "jugada perfecta" del líder del PSOE: "El Estado español nos dice que tenemos que ayudar al Gobierno, y a cambio dicen que nos perdonarán. Lo llaman amnistía y así se ahorran unas sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos".

La presidenta de la ANC ha asegurado que no quieren "perdón", quieren la independencia, y si los políticos catalanes "no se atreven" a ejecutarla, deben "convocar elecciones".

También han intervenido en el acto Nacho Pallàs, uno de los miembros de la entidad independentista Meridiana Resisteix, y los activistas Marcel Vivet y Júlia Balas. "Los políticos nos han fallado. No podemos quedarnos atascados. Basta de lamernos las heridas", dice Balas.

Según la joven, el movimiento independentista necesita un cambio de rumbo tras la evidente pérdida de músculo en la última Diada. Ha hecho un llamamiento a la unidad y a la estrategia: "No estamos haciendo las cosas bien. No va en el sentido de quemar contenedores o montar performances, nos falta organización".

"Ahora nos atacamos entre nosotros mientras en 2017 trabajamos codo con codo", ha añadido, haciendo una evidente referencia a las pugnas entre los republicanos y los post-convergentes.

El simbolismo de la plaça Urquinaona y las urnas del 1-O

La ubicación del acto de la ANC no ha sido casual. Hace exactamente cuatro años, en octubre de 2019, la plaça Urquinaona fue testigo de cargas policiales en contra de la multitud de jóvenes que salieron a las calles a defender el resultado del 1-O y a denunciar la represión política contra el independentismo. Para Feliu, sin embargo, la concentración no se ha convocado en este lugar por "nostalgia", sino porque "aquella lucha sigue y hoy está aquí".

Tras los parlamentos, la manifestación se ha desplazado hacia la Via Laietana, donde ha seguido su rumbo hasta la plaça Sant Jaume. Antes de llegar allí, no obstante, ha hecho una breve parada frente a la Prefectura Superior de Policía de Catalunya para llevar a cabo una acción simbólica. Bajo la atenta mirada de los agentes, los manifestantes han lanzado pequeñas urnas y papeletas idénticas a las que se usaron durante el referéndum de 2017.

La movilización ha finalizado sin incidentes, pero muchos de los participantes permanecerán en Barcelona para unirse a la manifestación unitaria convocada a las seis de la tarde en la plaça Catalunya o para acercarse a la antigua prisión La Model, donde se ha programado una "jornada antirrepresiva" con diversos debates y actos políticos reivindicativos.