Cuatro activistas de Alternativa Antimilitarista-Movimiento de Objeción de Conciencia (AA-MOC), han rociado con pintura roja, simulando sangre, una sede del BBVA en Bilbao este sábado -donde se celebra este domingo la Junta anual de accionistas de la empresa- para denunciar "su implicación en el genocidio del pueblo palestino y en la financiación de las guerras". Según denuncian los activistas mediante un comunicado, el banco ha financiado con más de mil millones de euros a empresas que fabrican el armamento que utiliza Israel para atacar a los gazatíes.

Además, la organización asegura que BBVA financia proyectos energéticos en territorio ocupado palestino que implican políticas de confiscación de tierras y desplazamiento forzoso de la población de Palestina. "Estos proyectos incluyen campos solares en territorio ocupado palestino", añaden.

"Según el informe Don't Buy into Occupation Coalition, de 2020 a 2023 el BBVA ocupó la posición número 11 en la financiación de empresas israelíes en asentamientos ocupados, invirtiendo un total de 5.861 millones de dólares", señalan desde AA-MOC.

Los activistas antimilitaristas denuncian que el récord de beneficios logrados por el BBVA en 2023 se debe, en gran medida, a financiar la industria de la guerra. "En los últimos años este banco ha destinado 5.400 millones de euros a apoyar industria armamentística, incluyendo entre sus inversiones la financiación de empresas vinculadas a la fabricación de armas nucleares", remarcan.

En su comunicado, subrayan que la guerra es un crimen contra la humanidad y se comprometen a continuar abogando por la no violencia y la desobediencia civil contra el gasto militar, la industria armamentística y las instalaciones militares. "Ni una persona, ni un euro para la guerra. ¡No a la guerra!", concluyen.