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21-D Una marcha numerosa y muy pacífica cierra el 21-D

Decenas de miles de personas bajan por el Passeig de Gràcia, convocadas bajo el lema unitario 'Tumbamos el Régimen', en el último acto de protesta contra el Consejo de Ministros de Barcelona.

Manifestación unitaria del independentismo. EFE/Quique García

Sin ningún policía a la vista, más allá de algún agente local cortando el tráfico de las calles que cruzan el Passeig de Gràcia. La manifestación de la tarde, convocada bajo el lema unitario Tumbamos el Régimen, ha recogido a miles de personas –40.000 según la Guardia Urbana, 80.000 según los organizadores– como cierre de la jornada de rechazo al Consejo de Ministros que se ha celebrado este mañana en la Llotja de Barcelona. Pero a diferencia de los desencuentros de la mañana, incluidas fuertes cargas policiales, trece detenidos y unos ochenta heridos, la marcha vespertina ha sido familiar y tranquila. Más cercana a la celebración de un 11 de septiembre, que a un intento de bloqueo de la ciudad. La marcha ha sido convocada por la Comisión 21-D, integrada por el ANC, la CUP, Arran, el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC).

Bajo las luces de Navidad colgando a ambos lados del paseo, con los escaparates de las tiendas de la Milla de oro de Barcelona como testigos, la manifestación independentista habrá sido probablemente la última movilización de renombre de este 2018. Aparentemente, está claro, ya que como dice el periodista Guillem Martínez, la política catalana se ha vuelto "líquida". Imprevisible. Es cierto que los presos han abandonado la huelga de hambre, lo que deja a sus familias entrar en Navidad con cierta tranquilidad por su estado de salud. Pero aún faltan por celebrar algunas de las tradicionales marchas de antorchas (mañana en diferentes municipios), así como seguir con atención la puesta en libertad de las personas detenidas esta mañana (13) y a las heridas.

Precisamente a ellas se ha referido Roger Español, el activista que perdió un ojo por culpa de una bala de goma durante las cargas policiales del 1 de Octubre de 2017. "Los abogados de Soms Defensores y Derechos Humanos, desplegados en las diferentes manifestaciones de la mañana, han constatado prácticas desmedidas e ilegales", ha denunciado. A su lado, Marta Torrecillas, portavoz de la comisión organizadora, se ha preguntado: "¿A qué han venido hoy los ministros?". Según Torrecillas, las medidas sobre la Memoria Histórica aprobadas este viernes no han sido tales. "Para empezar, la reparación de la memoria del presidente Luís Companys ya se hizo en el 2009. Y el cambio de nombre del aeropuerto [que el Gobierno español ha aprobado rebautizó como Aeropuerto Josep Tarradellas] es una broma de mal gusto", argumentó.

La actriz Sílvia Bel ha concluido el acto con la lectura del manifiesto unitario Tumbamos el Régimen: "No podemos dejarlo todo en manos de los partidos políticos. No podemos delegar toda nuestra actividad, aparte de votar". Y ha añadido, en la reivindicación de apoderamiento: "La ciudadanía debemos ser parte activa y proactiva. Aquí radica la clave del cambio, de la apertura del Proceso Constituyente".

Este viernes, de hecho, ha sido una jornada donde los partidos políticos (aparentemente) han tenido poco a decidir. No en vano, su presencia en las columnas de protesta ha sido escasa y limitada a las bases de la CUP. Y ha sido la ciudadanía quien ha liderado la respuesta, ya sea desde la cosmovisión de los CDR o desde la de la ANC y Òmnium. Después de las peleas internas y escenas de tensión entre independentistas que se han visto esta mañana (y se han retransmitido por televisión), se podría decir que el tío de la ANC y la sobrina de los CDR han hecho las paces esta tarde. Pero la diferencia de fondo todavía es (y será). Sin embargo, no ha subido demasiado grados en la escala Ritcher porque siempre hay un elemento cohesionador: la llegada de piolines en Catalunya.

Ahora por la tarde, sin embargo, no estaban desplegados. Y la manifestación ha seguido entre recuerdos a Tamara y Adri (retenida a su pueblo y exiliado, respectivamente, ambos activistas de los CDR), la acción de la Crida LGTBI (con unos botes de humo de colores que representaban el Arco Iris ), muy poco tráfico de coches (igual que si fuera un domingo) y la muchas veces ingrata labor de los voluntarios que mantienen los cordones de seguridad (algunos empujones, algunos malos comentarios). Durante la tarde también se han hecho manifestaciones en Lleida, Tarragona y Girona, que en total han reunido a algunos miles de personas más.

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