madrid
Dos niños y su madre han sido asesinados en El Prat de Llobregat por el padre de la familia. Con este nuevo caso, serían siete los menores asesinados por sus padres en lo que llevamos de 2024. Para las expertas se trata de una situación "alarmante" en la que las instituciones deben estar "especialmente vigilantes".
El triple asesinato se investiga como violencia machista. La Delegación del Gobierno contra la violencia de género recaba datos para determinar si existió también violencia vicaria, la ejercida por las parejas o exparejas sobre los hijos para hacerle el mayor daño posible a sus madres.
Ana Redondo, ministra de Igualdad, ha hablado este martes de un posible "cambio en la mentalidad" de los agresores al buscar atacar a los hijos para infligir el mayor daño a sus parejas o exparejas. Es decir, atacar "donde más le puede doler a una mujer", ha asegurado la ministra en declaraciones a los medios de comunicación en el Congreso de los Diputados. Tras conocer este último caso, el Ministerio de Igualdad avanza que analizará el repunte de asesinatos vicarios.
Igualdad apunta a un "cambio de mentalidad" de los agresores al atacar a los hijos e hijas
El asesino, padre de los niños, se suicidó después tirándose a las vías del tren en la estación de la localidad barcelonesa. Los primeros indicios, según revela El País, apuntan a que asesinó primero a la madre y después a los dos mellizos. Un niño y una niña de ocho años que fueron asesinados mediante la asfixia. Incluso llegó a dejar una nota en la que pedía perdón y aseguraba que no lo hacía por violencia machista.
Hace tan solo una semana se produjo otro caso de violencia vicaria en el que un padre asesinó a su hijo de cinco años en Girona y después hirió de gravedad a su expareja y madre del menor. El 18 de marzo, otro padre asesinó a sus dos hijas en Almería, de dos y cuatro años de edad, a las que envenenó para después suicidarse.
Y, a principios de enero, también en Catalunya, esta vez en el barrio de Horta en Barcelona, otro progenitor ahogó con gas a sus dos hijos, de siete y diez años. Este último llevaba separado tres años y como los otros tres agresores, lo hizo para dañar a la madre.
De confirmarse este último caso como violencia vicaria, serían siete los niños y niñas asesinados en 2024 en estas circunstancias y 55 desde que existen registros (2013). Además, ocho mujeres han sido asesinadas este año. De confirmarse esta última víctima serían nueve y 1.249 desde 2003.
¿Efecto imitación?
Pero, ¿qué podría estar detrás de este repunte de la violencia? Las especialistas en violencias machistas consultadas apuntan a una "posible reacción machista" ante los avances dados en los sistemas de protección que provocarían, entre otras cosas, una respuesta más violenta de los agresores. Aunque, en cuanto a la violencia vicaria, el asesinato sea solo "la punta del iceberg".
"Cuando se empiezan a poner medios para remediar una situación de violencia machista (ley de violencia de género, ley de infancia, etcétera) la reacción patriarcal se hace ver y se hace notar", explica María del Mar Daza, doctora en derecho y experta en violencia de género.
Tampoco descartan la posibilidad de un efecto de imitación y reafirmación, a pesar de que los estudios llevados a cabo por el Ministerio de Igualdad en la pasada legislatura desecharon el "efecto llamada" en asesinatos machistas a mujeres. Una conclusión a la que llegaron a raíz del Análisis temporal de los asesinatos de mujeres por violencia de género en España a lo largo de 15 años, en el que se vislumbró que no existía correlación para aseverar dicho efecto.
Victoria Rosell: "Es posible que (el agresor) al conocer estos casos, llegue a tomar la resolución criminal"
"Descartamos el efecto llamada en asesinatos machistas a mujeres pero creo que es compatible con que si un agresor trata de hacer el mayor daño posible a su pareja, al conocer estos casos, llegue a tomar la resolución criminal", explica la magistrada y anterior Delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell.
Daza cree que "podría darse" dicho efecto siempre sujeto a la "reacción patriarcal" que deviene de un problema educacional: "Tipos que entienden la relación de pareja como una relación de dominación. Ellos son emocionalmente dependientes y necesitan machacar para mantenerse arriba y cuando pierden eso parece que no ven más allá", zanja.
Aplicar la ley y mejorar la detección
En cualquier caso, se refuerza la necesidad de aplicar la ley y garantizar un trabajo más conectado entre los sistemas de protección que garantice su total alcance. "Ya no se trata de reformas legales, esas están todas, ahora lo que hay que hacer es ponerlas en marcha", explica Rosell.
"Ya no se trata de reformas legales, esas están todas, ahora lo que hay que hacer es ponerlas en marcha", explica Rosell
Entre las recetas: "Que los juzgados de violencia sobre la mujer asuman todos los casos de violencia vicaria. Que tengan los medios y la formación necesaria. También en las diferentes ramas: pediatría, educación y servicios sociales. Que se termine con los regímenes de visitas indebidos. Todo con el fin de cumplir los procedimientos de la ley de infancia que están en la ley pero no están cumpliéndose como debieran", afirma la jurista.
En el caso de los dos menores asesinados en El Prat de Llobregat no existían, según el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, procedimientos judiciales en marcha. La investigación ha recaído, por los vestigios de violencia machista, en el Juzgado de Instrucción Nº5 d'El Prat, encargado de los casos de violencia sobre la mujer.
Lo mismo ocurrió con el caso del niño de cinco años de Girona en el que, a pesar de que existía una denuncia de un tercero, la madre no declaró contra el agresor y no existían antecedentes por violencia machista.
"Los sistemas de detección empiezan a funcionar ahora mejor de lo que funcionaban antes. Tenemos el Protocolo Cero para proteger a aquellas mujeres que no quieran denunciar pero en cuyos casos hay sospechas de violencia machista (testimonios de terceros, atestados policiales, información médica), que la Policía observa y toma diligencias", dice la experta.
Asesinos que se suicidan
El punto está en la asunción de "la masculinidad más tóxica que mata y se mata"
Llama la atención que de los cuatro padres que asesinaron a sus hijos este año, tres se suicidaron después. El punto está en la asunción de "la masculinidad más tóxica que mata y se mata", asegura María del Mar Daza.
Para esta jurista, que es también asesora jurídica de centros de atención a la mujer en la provincia de Granada, habría que educar con la base de los derechos humanos. "Atajar educacionalmente este problema y evitar la construcción tóxica del modelo hombre-mujer. Mientras haya gente que sostenga que esto es adoctrinamiento es complicado que se pueda solucionar el problema de la violencia machista", termina.
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