Uno de cada tres autores de agresiones sexuales a niñas y adolescentes son también menores de edad, según los datos de víctimas atendidas durante el último año en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Además, la mayoría son individuos cercanos a las víctimas.

Mireia Forner, psicóloga clínica de la EMMA, ha subrayado en una rueda de prensa la importancia de hacer hincapié en la educación sexoafectiva y desarrollar "más proyectos preventivos". Según la psicóloga, es crucial trabajar sobre los entornos familiares, vigilar el consumo de pornografía o educar en la igualdad de género para evitar potenciales agresores. Desde el centro hospitalario remarcan la necesidad de actuar ante el progresivo aumento de estas violencias.

La EMMA ha atendido este año 341 casos de niñas víctimas de agresiones sexuales, una cifra algo superior que la del ciclo anterior. Esta subida se debe a la mayor sensibilización social, que hace que más casos lleguen a pedir asistencia médica. Un 87% de los casos corresponden a niñas y adolescentes, sobre todo mayores de 13 años (42%) y con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años (34%). En cuanto a los agresores, el 83% de ellos son del entorno próximo de las víctimas, es decir, compañeros de clase, conocidos o incluso familiares. Lo más alarmante: un tercio son menores de 18 años (32%). 

Así, el perfil más frecuente de víctima atendida en el Vall d'Hebron es el de "una chica de más de 13 años que ha vivido recientemente la agresión o que la sufrió hace tiempo y ahora la consigue verbalizar", apunta Anna Fàbregas, coordinadora de la unidad EMMA. También ha remarcado que los agresores suelen actuar en espacios en los que se sienten cómodos y próximos, como el instituto o los ambientes de ocio. 

Cabe recordar que, aunque haya un aumento de casos en el entorno escolar o social, la violencia sexual se sigue produciendo de forma mayoritaria dentro del ámbito familiar. El Hospital Vall d'Hebron ha puesto en marcha una campaña de concienciación para contribuir a "romper el silencio" y dar herramientas a las familias y colegios para frenar el crecimiento de la violencia sexual contra las menores.