los ángeles (EE.UU)
Cuatro años después de que la elección del magnate Donald Trump como presidente de la primera potencia mundial dejara al mundo entero en estado de perplejidad, las miradas se vuelcan de nuevo sobre el país anglosajón. A un día de las elecciones generales, y sin que ningún presidente titular del gobierno estadounidense haya perdido la reelección ante el candidato opositor en 28 años, el voto latino en un puñado de estados puede ser decisivo en el desenlace electoral final en un país con sesenta millones de hispanos.
"Me duele decir esto, pero estoy convencido de que Trump va a ganar debido a la pésima gestión de los gobernadores y alcaldes demócratas en todo el país. ¿Cómo es posible que en Los Ángeles un demócrata como Eric Garcetti claudique ante los disturbios y la violencia? ¿Por qué no saca a la Guardia Nacional a poner orden otra vez? La actitud de los demócratas es decepcionante", afirma en entrevista con Público Álvaro Carrillo, un ciudadano estadounidense de origen salvadoreño que ha decidido "ahorrarse" el voto en estas elecciones.
Aunque la abstención es un problema crónico entre el electorado latino, las encuestas y el recuento inicial de votos –por correo y anticipado– están demostrando que la participación en estas elecciones generales ha aumentado notablemente con respecto a datos de 2016, tanto a nivel general como en el electorado hispano. Datos del Centro de investigación PEW predicen que podrían incluso alcanzarse cifras de participación históricas.
A 27 de octubre, un tercio de los votantes latinos del país ya habían votado, según una encuesta con un margen de error del +/– 4.9 realizada por Latino Decisions en colaboración con NALEO Educational Fund –esta última una organización sin fines lucrativos que desde 1981 fomenta la participación de los latinos en la vida política estadounidense–.
En estados como Texas o Pensilvania, que tienen el potencial de inclinar la balanza electoral, la participación ha subido a cifras jamás registradas antes de una jornada electoral. "En Texas estamos viendo una de las participaciones más altas de latinos y de la población general con nueve millones de votos", explica a Público Lizette Escobedo, directora nacional de participación cívica para NALEO. "En Pensilvania, la participación del voto por correo era del 5% y ahora es del 34% en todos los grupos de votantes, y estos son niveles que no suelen verse hasta el día de la elección", agrega.
La encuesta de Latino Decisions también revela cuáles son los factores principales que están movilizando a un electorado latino cuya participación se estima que supere los 14.6 millones de votos a nivel nacional. El 49% de los hispanos encuestados señala la gestión de la pandemia como tema prioritario. Y es que un 40% de ellos conoce a alguien que ha fallecido por COVID-19. De hecho, los latinos son junto a los afroamericanos, uno de los grupos étnicos más castigados por la pandemia en proporción al número de habitantes. Y ahora este factor los está empujando a las urnas.
"Otros temas que importan son conseguir un trabajo y la economía. Y algo que nos ha sorprendido es que a los encuestados les preocupa la justicia racial, un tema que por primera vez sale en las encuestas", explica Escobedo.
A pie de urna, para algunos votantes latinos alcanzar la justicia racial pasa por poner fin a la política migratoria implementada por Trump en los últimos cuatro años, que incluye medidas tan polémicas como acabar con DACA (un programa federal creado por Barack Obama que otorga protecciones frente a la deportación a los niños indocumentados que llegaron a EEUU de la mano de sus padres). Tras una prolongada batalla legal y en plena pandemia, la orden ejecutiva del mandatario quedó anulada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Los magistrados la tacharon de "caprichosa".
"He votado por Joe Biden porque para mí representa el regreso a la Casa Blanca de una política migratoria más favorable para los latinoamericanos y un cese definitivo de todo lo que ha representado la administración Trump", asegura Arturo González.
Este mexicano (que regularizó su situación migratoria con la amnistía decretada por el ex presidente republicano Ronald Reagan en 1986), representa al 68% de latinos que planea votar por el candidato demócrata, según datos de Latino Decisions. La encuesta también revela que el 24% de los latinos dará su apoyo a Trump.
Más allá del electorado hispano, tanto a nivel nacional como a nivel estatal, el candidato demócrata, Joe Biden, lidera las encuestas realizadas por FiveThirtyEight, un portal digital de la cadena estadounidense ABC dedicada al análisis político y económico.
La encuesta también predice que los demócratas se harían con el control del Congreso y del Senado. Y a los analistas del portal tampoco se les pasa por alto la probabilidad de que Trump se alce con la victoria porque, aunque sea reducida, ahí está: "Casi igual que la probabilidad de que llueva en el centro de Los Ángeles". Y llueve, por lo general, 36 días al año. Es decir, la probabilidad de que Trump renueve su mandato es de 1 entre 10.
¿Qué puede, por tanto, decidir el ganador?
El sistema político estadounidense declarará vencedor al candidato que obtenga al menos 270 votos del Colegio Electoral de los 538 disponibles. Cada uno de los cincuenta estados del país concede un número distinto de votos electorales. Por ejemplo, California es el estado que más votos electorales otorga (55). Le siguen Texas (38), Florida y Nueva York (29 cada uno) y Pensilvania e Illinois (20 cada uno).
Sin embargo, el ganador del voto popular a nivel nacional (el candidato que más votos obtiene en todo el país) no se alzará con la victoria si no reúne 270 votos electorales. Le ocurrió a Hillary Clinton en 2016, quien protagonizó un inesperado batacazo cuando, con 2.86 millones de votos más que Trump, perdió las elecciones porque su cómputo de votos electorales quedó reducido a 227 frente a los 304 del republicano.
De ahí que sobre un puñado de estados, los llamados estados clave, recaiga el poder para definir el futuro de EEUU. Se trata de estados como Florida, Texas, Pensilvania, Arizona, Iowa, Georgia, Carolina del norte, Wisconsin, Nueva Hampshire, Michigan o Minesota, los cuales no tienen una inclinación clara hacia el partido demócrata o republicano, y cuyos resultados oscilan de elección en elección.
"Nosotros creemos que Florida será decisivo y proyectamos que el 20% del voto será latino, lo que puede cambiar el rumbo para ese estado y para las elecciones", explica Escobedo. "En el caso de Florida, hay tantos republicanos como demócratas registrados, y por lo tanto, los latinos independientes decantarán el resultado".
A pesar de los pronósticos de las encuestas, Escobedo advierte que el escenario que éstas dibujan no es fiable al "cien por cien" y que la declaración oficial de un ganador puede prolongarse hasta varias semanas porque el recuento de votos no comienza en algunos estados hasta el día de las elecciones. "Creo que vamos a tener un ganador el día de la elección y, días más tarde, otro. Y hay que estar preparado para garantizar una transición de poder sin violencia".
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