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La UE, dividida sobre cómo afrontar la reunión con Israel por sus vulneraciones de derechos humanos

En los pasillos de Bruselas crece la preocupación por la cada vez más tensa situación en la frontera que el país comparte con Líbano.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. GPO / dpa / Europa Press

Israel ha respondido a la invitación que la Unión Europea cursó el mes pasado para celebrar una reunión en el seno del Consejo de Asociación. Lo hace con ambigüedad, mostrando su disposición a asistir, pero sin fijar detalles ni un calendario, lo que es interpretado en algunas capitales como una estrategia para ganar tiempo. Varios países quieren utilizar la cita para ejercer presión sobre Tel Aviv por su brutal respuesta en Gaza, pero las más cercanas hablan de abordar el hipotético encuentro de "forma suave".

Ya han pasado cuatro meses desde que los gobiernos de España e Irlanda enviaran una carta a Ursula von der Leyen pidiéndole que revisara de forma urgente si Israel estaba vulnerando la cláusula del Acuerdo Comercial que exige el respeto de los derechos humanos. Más de 100 días después, la presidenta de la Comisión Europea ni siquiera ha respondido a la misiva.

Imponer algún tipo de sanciones sobre el Estado hebreo, tras más de 37.000 muertos en la Franja de Gaza y múltiples violaciones del Derecho Internacional, no está sobre la mesa del bloque comunitario. Las divisiones, desde los atentados de Hamás del 7 de octubre, son abismales e insalvables. El único consenso acordado hasta la fecha por los Veintisiete ha sido convocar el Consejo de Asociación, el foro de diálogo con países terceros.

Israel ha respondido recientemente indicando su disposición a participar. Pero sin establecer detalles ni una fecha. Los Estados miembros afrontan este encuentro divididos sobre cómo abordarlo. No hay una posición común sobre qué mensaje trasladar y cómo hacerlo. De todo ello hablarán los 27 ministros de Asuntos Exteriores en su encuentro de este lunes en Bruselas. Países como Bélgica han propuesto vetar las importaciones de productos procedentes de los territorios ocupados. E Irlanda llegó a hablar de imponer sanciones como medida de presión para que Israel respete el Derecho Internacional. Pero nada de ello genera consenso.

Los países afines, entre ellos Hungría, Alemania o Austria, quieren aprovechar la cita entre los europeos y representantes del Gobierno de Benjamín Netanyahu para dialogar, pero sin elevar el tono, "de forma suave". Mientras que otros son proclives de la necesidad de aprovecharlo para frenar los pies a un Israel al que la UE, su principal socio comercial, le ha consentido prácticamente todo en las últimas décadas. "La invitación a Israel no viene de la nada. La cita no puede ser un business as usual. Está claro que debe ser utilizada para hablar con Israel de lo que está pasando. Se puede hablar de otras cosas también, pero el contexto es el que es", asegura una fuente diplomática.

Por su parte, Israel quiere aprovechar el momentum de la nueva Presidencia del Consejo de la UE. El 1 de julio, la Hungría de Víktor Orbán asumirá la batuta del club comunitario. El líder del Fidesz es uno de los mandatarios europeos más próximos a Benjamín Netanyahu. "Acordamos que Israel participará en el Consejo de Asociación bajo la próxima Presidencia húngara de la UE, para mejorar el estatus de Israel en la UE, junto con Hungría y otros países amigos dentro de la UE", afirmó recientemente el ministro de Asuntos Exteriores hebreo, Israel Katz, tras la visita de su homólogo húngaro. Sin embargo, la Presidencia de turno no tiene competencias para marcar agenda o presidir los Consejos de Exteriores, ya que este rol corresponde al Alto Representante.

Este lunes, los 27 ministros abordarán también la creciente tensión entre la milicia chií de Hizbulá e Israel. "La situación en la frontera camina hacia un escenario muy difícil", afirma una fuente diplomática. "Las señales que llegan desde Líbano son muy preocupantes. Es muy probable que se produzca un aumento de la acción militar", reconoce otra alta fuente europea. "Israel no puede permitir que la organización terrorista Hizbulá continúe atacando su territorio y a sus ciudadanos, y pronto tomaremos las decisiones necesarias. El mundo libre debe apoyar incondicionalmente a Israel en su guerra contra el eje del mal liderado por Irán y el islam extremista. Nuestra guerra es también la suya, y la amenaza de Nasrallah a Chipre es sólo el comienzo. El mal debe ser derrotado, como lo ha demostrado la historia en el pasado", adelantó Katz el viernes. Los europeos no creen que Hizbulá vaya a atacar Chipe, pero consideran las amenazas como "injustas y peligrosas".

Por último, los ministros del ramo estudiarán también aumentar las sanciones a líderes de Hamás y a los colonos responsables de la violencia en Cisjordania, pero las medidas restrictivas no serán aprobadas en el encuentro del lunes. Por último, la UE continúa preparando el envío de una misión al paso de Rafah. Podría estar preparada técnica y logísticamente en apenas tres semanas, pero no será desplegada hasta que no se alcance un alto al fuego. "Nosotros estamos preparados, pero los políticos no lo están", lamenta una fuente, que incide en la preocupación en el día después. "¿Quién se hará cargo de la situación de seguridad o de los servicios sociales en la Franja? No puede ser Hamás ni Israel. Pero tampoco gente que proceda de un planeta diferente, tienen que conocer la situación. Aunque Israel tiene un plan diferente", lamenta la misma.

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