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Terremoto en México "La corrupción mató a mi hija": Las víctimas del sismo del 19S de 2017 siguen buscando justicia en México

Solo hay cuatro imputados por el colapso de una escuela de la Ciudad de México a raíz del temblor de hace dos años. Los padres de los alumnos fallecidos apuntan a las negligencias en la construcción.

Equipos de rescate buscan supervivientes del terremoto en un colegio derrumbado en Ciudad de México. /REUTERS

El hecho de estar una zona que registró hasta 30.193 sismos en 2018 y construida sobre los sedimentos fangosos de un lago, ha dotado a la Ciudad de México con uno de los mejores códigos de normas en el mundo para regular las construcciones en la ciudad. Pero ni esto bastó para evitar que el terremoto de magnitud 7,1 de 19 de septiembre de 2017 se saldara con, al menos, 228 muertos en la capital, en parte, por el derrumbe de 38 edificios.

¿Cómo pudo ser si, como afirman arquitectos e ingenieros, los edificios bien diseñados, estén donde estén, no se caen? "La corrupción mató a mi hija", afirma Alejandro Jurado, padre de Paola, una de los 19 alumnos que murieron en el colapso de la escuela Enrique Rébsamen a raíz de la tragedia que hoy celebra su segundo aniversario.

Entre los escombros de esta escuela privada de primaria y secundaria, ubicada en la parte sur de la megalópolis mexicana, perdieron la vida 26 personas a causa del temblor. Fue uno de los colapsos más letales que hubo en la ciudad y de los que dejó en evidencia que las presuntas irregularidades administrativas no sólo empobrecen a los ciudadanos y agudizan las desigualdades sociales, sino que también matan.

Vivienda sobre la escuela 

Paola Jurado tenía 7 años de edad cuando se produjo el sismo. Cumplía en agosto, pero como todos sus amigos estaban de vacaciones, lo celebraron el 6 de septiembre en una ciudad interactiva para niños que hay cerca de la escuela, Kidzania. "Casi todos los niños que fueron, fallecieron", afirma su padre.

Un peritaje que hizo la fiscalía de la Ciudad de México días después del terremoto concluyó que el edificio colapsó, entre otros, por el sobrepeso del penthouse o ático de lujo de uno de los dos edificios que se cayeron. Ahí residía la propietaria y también directora de la escuela, Mónica García Villegas — la “Miss”, como en el país se llaman a las maestras —, hoy en prisión preventiva acusada de homicidio.

"La ruta de evacuación que siguió mi hija fue por el edificio que se cayó. Estaba tan fuerte el sismo que no deberían de haberlo desalojado"

"Yo desconocía que existía el penthouse", afirma Jurado, de 47 años de edad y mirada oscurecida por los cristales de las gafas fotocromáticas. "El mismo día del colapso nos preguntaban por una mesa de granito, camas, muebles… Cosas que no iban con un colegio. Se nos hizo raro", añade, sentado en un café a escasos metros de lo que queda hoy del Rébsamen. Imágenes del derrumbe muestran los restos de una vivienda que se construyó en materiales como porcelanato y que contaba con elementos como un jacuzzi.

Aún hoy, cuando voltea la esquina de la escuela, Alejandro Jurado se agacha para observar qué queda de la finca a través de los agujeros de la valla de madera que preserva la zona. "La ruta de evacuación que siguió mi hija fue por el edificio que se cayó", dice, señalando el lugar de los hechos. "Estaba tan fuerte el sismo que no deberían de haberlo desalojado, no tenían un protocolo autorizado", añade.

Quiénes sí estaban al tanto de la residencia de la directora y de las obras que desde los años 80 se hicieron en el Rébsamen eran los vecinos. En 2009 denunciaron la construcción de un cuarto piso en el edificio, donde se ubicaba la vivienda de la directora, en una zona de la ciudad donde la normativa sólo permitía edificios de hasta tres niveles.

La normativa de la ciudad permitía edificios de hasta tres niveles

Según una investigación que realizó la organización Mexicanos Contra la Corrupción y Impunidad, la Delegación de Tlalpan, donde se ubica el Rébsamen, clausuró el colegio y ordenó la demolición del cuarto piso entre 2009 y 2011, sin efectos.

"La procuradoría (fiscalía) ha mentido a los medios y a los jueces, porque nunca realicé la construcción de otro nivel. Yo vivo ahí desde 1984. Documéntense y verifiquen", afirmaba la Miss García Villegas en la única entrevista que ha concedido desde el temblor.

"Contraté servicios especiales para que me informaran del estado de los inmuebles", añadía, en relación con los diferentes dictámenes firmados por directores responsables de obra y corresponsables de seguridad estructural, expertos que en el sector se conocen como "los firmantes" y que, en el caso del Rébsamen, aseguraron ante la Administración que el edificio se encontraba en buen estado a lo largo de los años.

Un equipo de rescate israelí ayuda en las labores de búsqueda de supervivientes en Ciudad de México. /REUTERS

Un equipo de rescate israelí ayuda en las labores de búsqueda de supervivientes en Ciudad de México. /REUTERS

Ninguna autoridad pública imputada

Uno de ellos, Juan Mario Velarde, es el otro imputado preso por el colapso del colegio Rébsamen. Según documentos que obran en el expediente del inmueble y que trascendieron a medios mexicanos, este director responsable de obra firmó un informe en el que decía que no había evidencia de "daños estructurales" en el edificio y que su sistema estructural era idóneo para "resistir fuerzas estáticas y sísmicas", en 2014.

En 2018 la fiscalía desvinculó a la que estaba al frente de la Delegación cuando colapsó el colegio, Claudia Sheinbaum, hoy jefa del Gobierno de la Ciudad 

"Suponiendo que su intervención estuviera mal hecha, hubo obras estructurales posteriores que requirieron pruebas de carga (de un director responsable de obra) y la autoridad revisó y autorizó su actuación", explica el abogado del acusado, Diego Ruiz, en una entrevista para Público. Según él, la imputación de un delito de homicidio doloso al director responsable de obra que sólo intervino en 2014 es desproporcionada.

Junto con la propietaria del edificio y del director responsable de obra, hay dos expertos más imputados que se encuentran prófugos de la justicia. De momento, la fiscalía no ha señalado a ninguna de las autoridades públicas que tenían alguna responsabilidad en la seguridad del edificio. En 2018, de hecho, desvinculó a la que estaba al frente de la Delegación cuando colapsó el colegio, Claudia Sheinbaum, hoy jefa del Gobierno de la Ciudad de México. Público se puso en contacto con esa administración para conocer su postura, pero rechazó la invitación.

Rescate de víctimas del terremoto en México DF. / EFE

Rescate de víctimas del terremoto en México DF. / EFE

Revisa las columnas del colegio de su hijo

La familia de Alejandro Jurado lleva dos años enfrentándose a una vida de tres cuando antes era de cuatro. Para él y su esposa lo más importante es que el hermano de Paola, de once años de edad, vuelva a su rutina normal. "Cuando me llaman del colegio para decirme que ha hecho algo, estoy encantado, porque está volviendo a ser él", dice Jurado, con una sonrisa y ojos caídos.

Después del colapso del Rébsamen, buscó una nueva escuela para su hijo. "Fuimos a revisar el edificio, revisé las columnas. Sabían de dónde veníamos, entonces tuvieron más cuidado con la información que nos daban; nos enseñaron los permisos", explica, aunque después de su experiencia, sabe que los papeles no son garantía de nada.

"Podrían haber clausurado el colegio, esto se podría haber evitado", afirma Alejandro Jurado

Otra de las irregularidades que se descubrieron con el colapso del Rébsamen es que la escuela de secundaria estuvo funcionando con un documento falso que acreditaba el uso de suelo para ello. En 2016, las autoridades invitaron a la directora a dejar de operar como centro educativo o a regularizarse, pero ésta recurrió ante los tribunales y, por esto, la Delegación dice que no la clausuró.

"Las autoridades fueron omisas; toda esta zona es habitacional", afirma Jurado, entrecortado por silencios que duran varios segundos, con la espalda cada vez más corvada y con unos decibelios de voz que la grabadora de la que escribe apenas registran; no puede contener las lágrimas. “Podrían haber clausurado el colegio, esto se podría haber evitado”.

En México, nueve de cada diez delitos que se cometen no se investigan, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía

Hoy, Alejandro Jurado preside Ángeles contra la Impunidad, una asociación civil de víctimas del colapso del Rébsamen que busca justicia. De momento, han conseguido que su caso sea el único iniciado a raíz del sismo del 19S que ha llegado a los tribunales. Pero saben que tienen que ser pacientes porque en México, nueve de cada diez delitos que se cometen no se investigan, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Este jueves a las 10 de la mañana, la alarma sísmica volverá a sonar en la Ciudad de México para realizar un megasimulacro en el que participarán más de 10.000 edificios por toda la ciudad. Una hora más tarde, en el colegio Rébsamen, Ángeles contra la Impunidad ha convocado una misa en honor a las víctimas.

"Yo la sigo recordando cada día", dice Alejandro Jurado, en alusión a su hija. "Agosto es un mes complicado para mi, porque mi hija cumple el 10 de agosto y yo el 11. Antes la casa era fiesta, pastel, risas, toda la felicidad". Hoy ya no. Jurado se ha quitado las gafas fotocromáticas para secarse las lágrimas, pero apenas se nota, porque sus ojos hundidos y las ojeras de dos dedos de largo siguen oscureciéndole la mirada.

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