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"Los socialistas votaremos contra el tratado si blinda a las multinacionales"

La eurodiputada belga Marie Arena marca las líneas rojas de los socialistas en la Eurocámara a dos días de la manifestación mundial contra el TTIP, y asegura que aún hay tiempo para frenarlo. 

Marie Arena.

MADRID.- Han tardado mucho, pero por fin han fijado su posición. La Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) en la que se integra el PSOE en la Eurocámara ha estado entre las principales fuerzas impulsoras del Tratado de Libre Comercio que Bruselas y Washington preparan a marchas forzadas y con total sigilo.

Hoy, año y medio después del arranque de unas negociaciones cada vez más salpicadas por las críticas de partidos políticos, organizaciones y movimientos sociales, los socialistas lanzan una advertencia a la Comisión Europea y trazan su primera línea roja: no apoyarán la ratificación del tratado si este incorpora una cláusula ISDS (Investor-State Dispute Settlement), un mecanismo que permitirá a las multinacionales demandar a los estados por cifras millonarias ante tribunales de arbitraje privados, y no ante las justicias nacionales. Tras constatar lo que era una realidad evidente con una consulta ciudadana, la Comisión ha paralizado temporalmente las conversaciones sobre el ISDS, pero varios diputados advierten que sólo están buscando la forma de maquillar esta cláusula, contra la que se posicionaron el 97% de las 150.000 personas que participaron en la consulta.

La ambigüedad de los socialistas ha sido muy criticada por grupos como la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) y Los Verdes, y hoy el S&D se defiende y niega haber caminado de la mano del PP Europeo en lo que respecta al TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership). "No apoyaremos el tratado sin incluye el ISDS", asegura a Público la exministra de Educación belga Marie Arena, hoy eurodiputada.

Arena afronta su primera legislatura pisando fuerte: es la única socialista presente en el vídeo lanzado por Podemos y Equo para llamar a la movilización mundial contra el tratado este sábado, y a diferencia de muchos de sus compañeros no tiene reparos en denunciar la falta de transparencia sobre las negociaciones, la existencia de una sala de lectura con tiempos cronometrados y acceso limitado a los textos, o el excesivo interés de las multinacionales por lograr un acuerdo que les permitirá sentarse a la misma mesa que los gobiernos para diseñar las normativas del futuro, pero también para retocar las que hoy están en vigor. La europarlamentaria insiste en que apoyaría un acuerdo comercial justo, pero echa por tierra los argumentos de la comisión para defender el texto que hoy se negocia, y denuncia que lo que subyace es el interés de las empresas por lograr normativas menos exigentes que les permitan ganar más dinero, lo único que realmente les preocupa.

Una parte importante de los españoles aún no conoce el TTIP. ¿Podría resumir qué es en pocas palabras?
Teóricamente es un acuerdo entre Europa y Estados Unidos para facilitar el intercambio comercial. Así suelen ser estos tratados, aunque en este caso no es así. Dentro del TTIP hay cosas que van más allá del intercambio económico: está el ISDS, un mecanismo que da más poder a las empresas, y sobre todo está latente la voluntad de acabar con los estándares. La fuerza de Europa es tener un mercado regulado, pero el TTIP quiere menos normas y regulaciones, por ejemplo en lo que respecta a los productos químicos, y esto debilita a los consumidores. El TTIP no sólo va de comercio, es mucho más que eso.

"Nuestra posición es parecida a la de Los Verdes, el GUE es más radical"... "Somos el único grupo que puede hacer cambiar de posición a la Comisión"

El jefe negociador europeo, Ignacio García Bercero, repite una y otra vez que no se reducirán los estándares de la UE. ¿Por qué hay quienes desconfían de su palabra?
A veces somos un poco naives. Si la cuestión fuera mantener el comercio entre Bruselas y Washington como está no necesitaríamos el TTIP, porque las relaciones comerciales transatlánticas ya existen sin tratado de libre comercio. Si Business Europe [la poderosa patronal europea] pide el acuerdo es porque quiere menos normas. No es un problema de aduanas, ya hay muchos acuerdos entre ambos lados del Atlántico para pagar menos.

¿En cuánto está la media de aranceles? ¿En un 2,5%?
Sí, es muy poco. Ellos no quieren reducirlos más, sólo les interesa tocar la regulación, y es algo que promueven las multinacionales. EL TTIP no nace porque los malos estén al otro lado del Atlántico y los buenos estén aquí, en Europa, no. Nace porque las multinacionales quieren normativas menos estrictas, aquí y en América.

La Comisión Europea promete un aumento del PIB europeo en base a los informes que ellos mismos encargaron, pero desprecian el estudio del economista Jeronime Capaldo que advierte de la destrucción de 600.000 empleos con el TTIP. ¿Se fía usted de los números con los que la Comisión intenta vender el tratado?
No me fío de las cifras que están sobre la mesa, no son creíbles. Es muy difícil saber cuáles serán los efectos finales del TTIP, porque no ha terminado la negociación. Y, aunque las cifras fueran reales, un aumento del PIB no siempre supone un aumento en la riqueza de los ciudadanos.Tenemos que ser muy cuidadosos, porque en Europa la economía depende en un 90% de las pequeñas y medianas empresas, que son las que van a sufrir más el TTIP, mientras que su principal defensora es Business Europe, la cara de las empresas. Cuando las multinacionales digan algo negativo sobre el TTIP será una buena señal: ahora sólo dicen que será una maravilla, y por eso debemos tener cuidado.

¿Cree que hay que acabar con el TTIP tal y como se ha concebido? ¿Están a tiempo de hacer cambios?
Podemos intercambiar ideas con EEUU para endurecer los estándares, y eso sí sería un buen acuerdo, pero en este momento no existe ese deseo. Estamos a favor de dialogar con los americanos, pero no para hacer lo que quieren las empresas.

Usted es la única socialista presente en un vídeo en el que 14 eurodiputados piden la paralización del tratado. ¿Cuál es exactamente la posición de su grupo?
Hay otros que piensan como yo. En España hemos trabajado con Sergio Gutiérrez Prieto y otros compañeros del PSOE que defienden la misma posición que yo. En el grupo estamos trabajando en una resolución para pedir a la Comisión más líneas rojas que marquen qué queremos y qué no queremos en el TTIP. Estamos unidos en lo que respecta al ISDS, decimos que no es necesario porque tenemos sistemas judiciales estables en Europa y EEUU. Es cierto que hay compañeros de grupo que ven posible incluir un ISDS modificado, pero la mayoría lo rechazamos.

Habla de unidad en el grupo, pero en estos meses ha habido varias reuniones para marcar la postura del S&D.
Discutimos al respecto y adoptamos una postura clara en marzo, aunque no fue fácil.

"El TTIP no nace porque los malos estén al otro lado del Atlántico y los buenos estén en Europa, no. Nace porque las multinacionales quieren normativas menos estrictas"

Otros grupos denuncian que ustedes votan lo mismo que los conservadores en lo que respecta al TTIP, creen que están muy cerca de la posición del PPE.
Eso no es verdad. Nuestra postura es que no queremos ISDS, pero tampoco queremos la lista negativa[listado que incluye todo lo que no será incluido en el acuerdo, quedando dentro lo que no figure en este documento]... hay varias cosas que no queremos en el TTIP, nuestra posición es parecida a la de Los Verdes. El GUE es más radical, directamente dice no al TTIP. Nosotros sí queremos relaciones comerciales, pero con normativas que respeten el medio ambiente y a los trabajadores. Somos el único grupo que puede hacer cambiar de posición a la Comisión, el único que puede llevarle a cambiar el mandato. Si decimos que no queremos el acuerdo sin más no podremos provocar cambios en la negociación, tenemos que ser tácticos.

Francia asegura que dirá no al TTIP si tiene ISDS, Austria mantiene una posición parecida. ¿Cuáles son las líneas rojas de los socialistas para decir "sí"?
Tenemos algo muy claro: con ISDS no será posible el TTIP.

¿Votarán en contra si incluye esta cláusula? ¿Aunque la Comisión presente una versión descafeinada?
No lo apoyaremos si incluye el ISDS, hemos adoptado una posición clara. No hace falta el ISDS, tenemos tribunales que pueden resolver las disputas entre empresas y estados. No queremos ISDS y punto.

La traducción de las siglas ISDS es Mecanismo de Resolución de Disputas entre Inversores y Estados. ¿Es en realidad un mecanismo de blindaje de las multinacionales?
Sí. El ISDS y el Consejo de Cooperación Reguladora brindan un mensaje claro: nunca más se podrán implantar normativas que no gusten a las multinacionales. Vienen a decir que la democracia no vale, que sólo importa el negocio.

"Si decimos que no queremos el acuerdo comercial sin más no podremos provocar cambios en la negociación, tenemos que ser tácticos"

Los socialistas españoles están siendo muy cautelosos: dicen que no les gusta el ISDS pero no concretan mucho más, y no hablan de la Reading Room… Dice que los socialistas están unidos, pero parece que algunos no lo tienen tan claro.
El grupo está unido pero algunos están más abiertos al tratado.

¿Como los españoles?
No todos los españoles. La delegación española es más cercana a la posición del grupo.

¿Ha tenido algún problema por participar en el vídeo del GUE? ¿Ha recibido críticas?
No, nada. No, porque lo que digo es que el TTIP puede ser un problema si no vigilamos el ISDS, el Consejo Regulador o la inclusión de los servicios públicos en el acuerdo. Hoy puedo decir no al TTIP, pero si esto quedara fuera del tratado quizás podría decir sí.

La falta de transparencia de la Comisión ha sido muy criticada, como también lo ha sido el hecho de que los parlamentarios sólo puedan leer algunos documentos sobre el tratado en la Reading Room, y durante un tiempo determinado.
Es un verdadero problema. Sólo podemos entrar los diputados, no nos dejan sacar copias y para muchos es difícil entender estos documentos, escritos en un inglés muy técnico. Además, la transparencia no es sólo poder ver los documentos, es también poder discutir sobre esta información, y no podemos. Nos vemos obligados a acceder a la información por otros medios, y resulta difícil. Por mi parte lo tengo claro: si no tengo toda la información cuando toque votar el tratado, incluso aunque la Comisión diga que es bueno, no podré votar. Si la Comisión no quiere transparencia, aunque el TTIP sea bueno no podremos darle luz verde, porque no sabremos qué votamos.

"La transparencia no es sólo poder ver los documentos, es también poder discutir sobre esta información, y no podemos"

¿Qué valoración le merece el Consejo de Cooperación Reguladora? Podría cambiar la forma de redactar normativas de los estados.
El ISDS y el Consejo son los dos grandes problemas del tratado. Podemos trabajar para facilitar las cosas cuando los estándares sean iguales, pero no quiero que estas normativas sean decididas con la industria antes de ser discutidas en los parlamentos, no queremos que la industria decida qué podemos y qué no podemos hacer antes de ponernos a regular.

¿Qué demuestra el aumento de críticas y movilizaciones contra el tratado? Dos días antes del día mundial contra el acuerdo todavía hay varias organizaciones y movimientos sociales sumándose a la causa. ¿Es posible parar el TTIP?
La movilización de la sociedad civil es muy importante, y es lo único capaz de cambiar las cosas, como pasó con el acuerdo ACTA. Pienso que esta movilización no puede ser la única, tenemos que plantarnos, decir que no es posible hacer esto así, porque podemos parar estas negociaciones. Es posible lograr otro tratado, pero debemos decir no al que tenemos sobre la mesa. En las calles de Bélgica, Reino Unido, Austria o Francia los ciudadanos se preocupan por el paro o la precariedad laboral, pero también por la cuestión del TTIP. En países como Italia o España, donde la crisis ha sido más dura, quizás la idea de que fomentará el crecimiento hace que la gente esté algo más de acuerdo. En otros países ya han entendido que el TTIP es un problema, saben que existe, aunque no sepan mucho más. No tenemos que pedirles que conozcan todos los apartados del acuerdo, ese es nuestro trabajo. Tenemos que despertar conciencias, y así sí será posible cambiar las cosas.

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