Ignazio La Russa ha sido elegido presidente del Senado de Italia. La Russa es uno de los fundadores de Hermanos de Italia y no ha oculado sus simpatías por el régimen de Benito Mussolini. En una entrevista exhibió las reliquias del dictador que guardaba en una habitación.

De hecho, Romano La Russa, hermano del nuevo presidente de la Cámara Alta fue noticia después de que se filtrara un vídeo en el que hacía el saludo romano en el entierro de un militante posfascista.

La Russa ha cosechado el apoyo de 116 senadores de los 104 que necesitaba. Pero esta elección se que convierte en una victoria torpedeada para el partido de Giorgia Meloni. La coalición ultraderechista no oculta los choques entre el partido de Meloni y la agrupación de Silvio Berlusconi, Forza Italia, cuyos senadores, a excepción del líder de la formación y la expresidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti, han decidido no acudir a la votación. 

En una imagen de la sesión se muestra a Berlusconi, visiblemente enfundado, espetando al nuevo presidente del Senado: "¡Vaffanculo!". Una expresión que puede traducirse como "que te jodan". Después, el ex primer ministro ha asegurado que "nunca" ha tenido "ningún enfrentamiento con él", sino que están "colaborando lealmente y en total acuerdo".

Por su parte, la líder de Hermanos de Italia ha celebrado la elección de La Russa, al que ha calificado de "patriota" y "servidor del Estado, enamorado de Italia". También ha recordado que para su partido es "un referente insustituible", en la medida en que contribuyó a su configuración; eso sí, tras un pasado político vinculado en todo momento al neofascismo, según recoge la cadena RAI. En 2018, La Russa presumió en una entrevista a Il Corriere della Sera de una colección de recuerdos de la dictadura y referencias a Mussolini.

La jornada ha vivido un momento de contrastes. La Presidencia provisional del Senado en esta sesión inaugural la ha ocupado, por edad, Liliana Segre, una superviviente del Holocausto que ha invitado a los legisladores a combatir los mensajes de odio, en un discurso interrumpido por lo aplausos en varias ocasiones.