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Actualizado:La Fuerza Aeroespacial rusa está blindando la frontera sur de Rusia, especialmente en las zonas desde donde se produjo la invasión de Ucrania. Para ello, está desplegando sistemas de misiles antiaéreos y tierra-tierra de medio y largo alcance, con capacidad para dificultar un posible avance ucraniano y a la vez golpear la retaguardia de esa eventual contraofensiva pertrechada con los nuevos armamentos suministrados por Occidente.
La contraofensiva ucraniana se espera para finales de primavera y principios de verano, una vez que se asiente el terreno tras el deshielo y puedan rodar sin problemas los carros de combate y otros vehículos blindados que apoyarían el eventual avance de las fuerzas de tierra ucranianas.
Estas unidades ucranianas se toparían con las defensas rusas construidas en los últimos meses. Rusia parece haber optado por el refuerzo de su línea de frente en lugar de lanzar su propia gran ofensiva, que se había previsto para fines de invierno y principios de primavera. Los ataques finalmente se redujeron a la sección del Donbás aún defendida por las fuerzas ucranianas, especialmente en la ciudad de Bakhmut.
La presión militar rusa en las últimas jornadas se ha concentrado en las localidades de Marinka y Avdiivka. Ambas ciudades están en la región de Donetsk, como Bakhmut, hoy día un símbolo de resistencia ucraniana reducido a escombros. La captura de Bakhmut abriría el paso a los rusos hacia las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk, los últimos bastiones ucranianos de importancia en el Donetsk, que forma junto a Lugansk el territorio disputado del Donbás.
"Tierra quemada" en Bakhmut
El comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, general Oleksandr Sirski, ha subrayado que Rusia está aplicando en Bakhmut tácticas de "tierra quemada" similares a las aplicadas la década pasada en Siria por las unidades rusas allí desplegadas para ayudar al Gobierno de Damasco contra las fuerzas del Estado Islámico y otros grupos rebeldes.
La estrategia de Rusia es bombardear ciudades para que los ucranianos no puedan defenderse
La táctica consiste en arrasar barrios enteros de una ciudad con sucesivos ataques aéreos y de artillería, de forma que es imposible mantener centros de mando en el área y solo puede servir ese territorio para combates aislados de infantería, sin posibilidades para el avance de carros de combate ni de otros blindados motorizados que podrían utilizarse en una ofensiva.
Aún en parte en manos ucranianas, es solo cuestión de tiempo para que Bakhmut, el símbolo más cruento de esta guerra, sea tomado en su totalidad por los rusos. Podría ser ese el momento crucial elegido para la contraofensiva ucraniana, a fin de reducir el efecto propaganda que la toma de Bakhmut tenga en Rusia, Ucrania y ante la opinión pública internacional.
S-400 y Pantsir-S1 para defender la frontera rusa
Por eso, Moscú ha ordenado acorazar sus cielos, especialmente en las zonas aledañas a la Ucrania ocupada. El subcomandante de la Fuerza Aeroespacial del Ejército ruso, Andréi Demin, ha informado de que, en esas zonas de la Federación Rusa cercanas a la Ucrania ocupada, "se duplicó el número de unidades equipadas con sistemas de misiles antiaéreos de medio y largo alcance (S-400, S-300PM2 y S-350) y se multiplicó por cinco el número de sistemas móviles de artillería antiaérea Pantsir-S1".
Los sistemas Pantsir-S1, sobre orugas o ruedas, tienen una capacidad de reacción inmediata en un ataque y combinan la potencia de los misiles con cañones. Su alcance es de veinte kilómetros por diez kilómetros de altura y su despliegue responde a la necesidad táctica de hacer frente a un enemigo al que se tiene prácticamente encima, es decir, que puede haber cruzado la frontera ucraniano-rusa.
Las fuerzas rusas se agrupan cerca de la frontera con Ucrania ante una posible contraofensiva ucraniana
Según ha señalado Demin en el periódico del Ministerio de Defensa ruso, Krasnaya Zvezda, recogido por la agencia EFE, se ha agrupado las unidades de defensa antiaérea bajo un mando conjunto, desde los territorios de Bélgorod, Briansk y Kursk, fronterizos con Ucrania, hasta aquellas zonas que podrían ser alcanzadas por misiles y ataques aéreos ucranianos.
No es baladí este despliegue antiaéreo ruso. Las dudas que se han manifestado en los últimos tiempos entre los aliados occidentales de Kiev sobre la capacidad real del Ejército ucraniano para lanzar una contraofensiva de manera inminente contrastan con el incremento de ataques con drones sobre territorio ruso, que podrían estar preparando el terreno para incursiones más audaces desde tierra.
Este lunes, se alertó sobre el intento de ataque por parte de un dron ucraniano contra una subestación eléctrica en la región rusa de Kursk. Según el parte de guerra ruso, se encontraron los restos del aparato derribado a unos dos kilómetros de la frontera, en territorio de la Federación Rusa.
En esa región de Kursk y en Bélgorod se han suspendido los desfiles del 9 de mayo, cuando se conmemora en Rusia el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Tanto rusos como ucranianos podrían aprovechar ese aniversario para lanzar alguna operación a gran escala.
Los rusos ya no atacan, sino que se preparan para el ataque de Ucrania
Al mismo tiempo, según el estadounidense centro de estudios militares y estratégicos Institute for the Study of War, un referente en el análisis bélico en esta contienda, el potencial ruso para una ofensiva generalizada ha estado declinando en las últimas semanas. Las fuerzas rusas se están concentrando en distraer y dispersar a las fuerzas ucranianas "en anticipación de operaciones contraofensivas" por parte del Ejército de Kiev, señala este análisis citando fuentes militares de Ucrania. Los rusos no están haciendo apenas avances en toda la línea del frente porque se estarían preparando ante una inminente contraofensiva ucraniana.
Bielorrusia inquieta ante el posible contraataque ucraniano
La incertidumbre ante esa esperada contraofensiva rusa se advertía ya este lunes en Bielorrusia, el último aliado de Rusia en Europa y que tiene una amplia frontera con Ucrania. En Bielorrusia hay tropas rusas estacionadas, pero no las suficientes como para detener un ataque ucraniano que tratara de abrir un segundo frente bélico.
En marzo, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que su país estacionaría armas nucleares tácticas en territorio bielorruso y cerca de las fronteras con los países europeos miembros de la OTAN.
El despliegue de bombas tácticas rusas en Bielorrusia no cambia mucho el equilibrio de poder con la OTAN, pues ya existían planes de estacionar ese tipo de armamento en Kaliningrado, el enclave ruso encajonado entre Polonia y Lituania. Además, Estados Unidos dispone de un centenar de ojivas nucleares tácticas desplegadas en Alemania, Bélgica, Italia y los Países Bajos.
El problema es que este despliegue se produce en medio de la guerra de Ucrania, donde estas bombas y misiles dotados de cabezas atómicas sí podrían ser determinantes en caso de agravarse aún más el conflicto.
Ante la creciente tensión y según se suceden los rumores sobre esa contraofensiva ucraniana en ciernes, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, se ha reunido con el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, este lunes.
Lukashenko recuerda la promesa de Putin ante un ataque a Bielorrusia
Lukashenko ha recordado a Shoigú la promesa que le hizo Putin en su reciente encuentro de marzo. "Durante esas conversaciones quedó claro que, en caso de agresión contra Bielorrusia, Rusia la defendería como si fuera su propio territorio. Este es el tipo de garantías de seguridad que necesitamos", ha dicho el jefe de Estado bielorruso.
Dudas sobre la viabilidad de la contraofensiva ucraniana
Aunque las fuerzas rusas se estén preparando para la señalada contraofensiva de Ucrania, recién llegados los carros de combate pesados y tanques más ligeros donados por Occidente, además de varias escuadrillas de MiG-29 entregados por países aliados como Polonia, persisten las dudas sobre la viabilidad de ese contraataque ucraniano.
Las supuestas fugas de inteligencia en la información clasificada del Pentágono sobre los planes de Estados Unidos en torno a Ucrania, que se están conociendo estos días, apuntan a graves problemas en el gasto de munición por el Ejército ucraniano.
Ucrania podría no tener munición suficiente para su contraofensiva
Según uno de esos documentos filtrados al diario británico The Guardian y el estadounidense The New York Times, las fuerzas ucranianas se estarían quedando sin misiles de los sistemas de defensa S-300 de origen soviético, uno de los principales dispositivos antiaéreos del Ejército de Kiev. Esa información, de ser cierta, apunta a que los S-300 se quedarían sin munición hacia el 2 de mayo.
Las baterías antiaéreas Buk ucranianas también estarían viendo disminuir sus municiones a un ritmo muy peligroso. Según la filtración, hacia el 23 de mayo las defensas aéreas que protegen a las tropas ucranianas en el frente podrían quedar totalmente inutilizadas. Ello permitiría a la aviación rusa intervenir sin riesgos en el conflicto con una capacidad de destrucción que hasta ahora no tenía.
En declaraciones recogidas por el Wall Street Journal, el coronel Yuri Ihnat, de las fuerzas aéreas ucranianas, dio pábulo a esta filtración al reconocer que Ucrania tiene problemas a la hora de conseguir más misiles para sus S-300 y las baterías Buk. "Si perdemos la batalla de los cielos, las consecuencias para Ucrania serán muy graves", afirmó Ihnat.
Este documento, clasificado secreto, está fechado el 23 de febrero y se desconoce si desde entonces se ha cubierto de alguna forma ese suministro, muy difícil de abastecer desde Occidente, salvo que se entregaran más unidades de defensa antiaérea europeas o estadounidenses.
Occidente no confirma el contenido de los documentos filtrados
La filtración de esos documentos, desde principios de marzo pero conocida ahora en abril, muestra información sobre la ayuda de la OTAN al ejército ucraniano. Se ha acusado a los servicios de inteligencia rusos de distribuir esa información por diversos canales de la red Telegram. Sin embargo, los servicios secretos occidentales no han refutado la veracidad de algunos de esos contenidos.
Tampoco sería descartable que algunas filtraciones provinieran de los propios servicios secretos estadounidenses, por ejemplo, en este caso de los S-300 para acelerar las entregas de proyectiles y sistemas antiaéreos prometidos por los países europeos, y así llegar a tiempo para la esperada contraofensiva ucraniana.
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