Público
Público

Dos décadas de asesinatos y represión: Putin encara la reelección con la purga de sus opositores

El dirigente ruso aspira a ser reelegido en 2024 y ya ha intensificado la persecución de las voces críticas de la oposición.

El presidente ruso Vladimir Putin asiste a una reunión con el gobernador de la región de Tver, Igor Rudenya, en Moscú, Rusia.
El presidente ruso Vladimir Putin asiste a una reunión con el gobernador de la región de Tver, Igor Rudenya, en Moscú, Rusia. Mikhail Klimentyev / Sputnik/REUTERS

Vladimir Putin se prepara para una nueva reelección que le mantenga en el poder. El dirigente ruso no quiere sorpresas y prosigue con la purga de opositores, con la encarcelación del principal disidente al régimen, Alexéi Navalni, que ha sido condenado a otros 19 años de prisión por extremismo. En los últimos meses las críticas a la guerra de Ucrania han ido acrecentándose y el Kremlin ha actuado con contundencia con la detención de varios ciudadanos que participaron en protestas civiles, tal y como informa EFE. También ha muerto en un misterioso accidente aéreo Yevgueni Prigozhin, el oligarca y líder del grupo Wagner que se rebeló hace meses contra Putin y sacó los tanques a las calles de Rusia. 

La cárcel, sin embargo, no es la única herramienta de represión de Moscú. Tanto es así que en los últimos 20 años de mandato, Putin y el Kremlin han estado presuntamente involucrados, según denuncias de organismos internacionales, en la muerte de opositores, activistas y periodistas que se atrevieron a exponer su rechazo a los métodos autoritarios del presidente.

En la lista de decesos, habitualmente misteriosos y sin resolver, hay abogados, líderes de la oposición, oficiales de la antigua KGB y activistas sociales. La purga deja, al menos, diez casos sospechosos.

Anna Politkóvskaya

La periodista Anna Politkóvskaya, estadounidense de ascendencia urcaniana, se convirtió en una de las principales voces críticas de la guerra de Chechenia, llegando a confrontar y criticar abiertamente a Putin. Sus reportajes y conferencias le llevaron a ganar popularidad entre la población rusa, pero también el odio de los afines a Putin. En 2006, después de recibir amenazas de muerte, una vecina encontró su cuerpo acribillado a balazos en el ascensor del edificio del centro de Moscú en el que vivía. Su asesinato siempre ha estado envuelto en misterio y los presuntos culpables no fueron condenados hasta 2014.

Alexander Litvinenko

El exoficial del FSB (antigua KGB) fue envenenado con polonio-210 en Londres en 2006. Semanas antes de su asesinato había acusado al Kremlin de estar detrás del asesinato de la periodista Anna Politkóvskaya. 

Boris Nemtsov

El líder de la oposición Boris Nemtsov, que en su día fue viceprimer ministro de Yeltsin, fue asesinado en 2015 cuando cruzaba el puente de Bolshói Moskvoretski, a unos 200 metros del Kremlin, en Moscú. En los días previos a su muerte, el político había criticado abiertamente a Putin y su plan de guerra en Ucrania. Por entonces, el conflicto estaba focalizado al Donbás.

Después de ser disparado, los cuerpos policiales confiscaron todos los escritos y discos duros de su apartamento de Moscú. Una investigación periodística realizada por BBC, The Insider y Bellingcat demostró que Nemtsov fue vigilado y seguido por agentes del FSB (la antigua KGB) durante el año previo a su asesinato. 

Sergei Skripal y Yulia Skripal

El antiguo espía ruso Sergei Skripal y su hija, Yulia Skripal, fueron envenenados en Reino Unido en 2018 con Novichok, un agente nervioso. Skripal tenía doble nacionalidad, rusa y británica, y había sido condenado en Moscú en 2004 por alta traición, aunque consiguió afincarse en Londres después de un intercambio de espías. 

Natalia Estemirova

La defensora de los derechos humanos Natalia Estemirova fue, al igual que Anna Politkóvskaya, una de las voces que se alzó contra la guerra de Chechenia y los crímenes de lesa humanidad que las fuerzas rusas estaban cometiendo. En 2009 fue secuestrada y asesinada sin que Rusia realizara siquiera una investigación sobre su muerte, según una condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

Stanislav Markelov

Stanslav Markelov fue un reconocido abogado ruso que representó a periodistas y activistas de derechos humanos perseguidos por el Kremlin. Defendió a Elza Kungáyeva, una joven mujer chechena que fue asesinada brutalmente por el coronel ruso Yuri Budánov y también a la periodista Anna Politkóvskaya. En 2009 fue asesinado con varios disparos días después de que anunciara que recurriría la puesta en libertad de Budánov. 

Nikolai Glushkov

Crítico con el Kremlin, el oligarca Nikolai Glushkov fue encontrado muerto en su casa de Londres en 2018 con signos que apuntaban a un asesinato por estrangulación. El empresario, que había sido subdirector de una de las mayores aerolíneas rusas, tuvo que huir del país después de desvelar que la compañía aérea había servido de apoyo para operaciones de espionaje internacional.

Boris Berezovsky

No ha sido el único oligarca que se enfrentó a Putin y terminó muerto. Boris Berezovsky, uno de los mayores magnates del sector de la comunicación, tuvo que exiliarse a Londres después de haberse mostrado con el régimen. Allí, en su casa de la capital británica, fue encontrado su cadáver. Su muerte siempre ha estado envuelta en misterio ya que el relato oficial apuntó a un suicidio, algo que siempre ha sido cuestionado por la oposición rusa. 

Alexei Navalny

El opositor Alexei Navalny acaba de ser condenado a otros 19 años de prisión. Antes de ser arrestado, en 2020, fue envenenado con agente nervioso Novichok, el mismo que se empleó para tratar de matar a Sergei Skripal y su hija. Navalny logró sobrevivir tras recibir tratamiento médico en Alemania.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional