El buque de asalto anfibio (LHD, de acuerdo a sus siglas inglesas) Anadolu que comenzó a fabricar en abril de 2016 un consorcio-turco español del que forma parte Navantia en los astilleros de Sedef (Estambul, Turquía) estará concluido y entregado el año próximo, y supuestamente entrará en servicio a lo largo del cuarto trimestre de 2020, según han informado varios medios de comunicación turcos como el Savunma Sanayist.

El Anadolu -o Anatolia- fue diseñado y está siendo ejecutado a imagen y semejanza del portaviones Juan Carlos I y sus secuelas australianas. De acuerdo al contrato suscrito en su día por Navantia y el astillero turco, los españoles han transferido toda la tecnología necesaria y los planos del diseño. Además, desde nuestro país se suministra un sistema de control de plataforma de Navantia Systems y cinco generadores diésel de la Fábrica de Motores.

Tal y como recogen las fotografías incluidas en esta información y anteriormente divulgadas por varios diarios digitales turcos, el mayor de los proyectos navales acometido por Turquía a lo largo de su historia se halla en una fase ya avanzada de construcción. Tanto la quilla como la rampa “sky-jump” (rampa de salto o cubierta de vuelo) han sido ya instaladas. Una vez entré en servicio, se convertirá en el buque enseña de la Armada turca. Ankara tiene también previsto comenzar en breve la construcción de un segundo buque gemelo (Trakia), al que está previsto dotar de otras dieciséis aeronaves, además de helicópteros, aunque no se ha esclarecido todavía el papel de Navantia en el proyecto.

Tampoco está en absoluto claro que Estados Unidos vaya a proporcionarle a Erdogan sus deseados aviones de combate F35B, y en favor de Turquía no habla el modo en que viene flirteando con Putin o su voluntad en apariencia inquebrantable de comprarle a los rusos el sistema de lanzamiento de misiles S-400, lo que podría ser una violación de las normas de la OTAN. En la actualidad, es también España quien tiene desplegada en el sur de Turquía un escudo provisional de misiles Patriots al cargo de personal del Ejército de Tierra.

Diseño del Anadolu o Anatolia.

Acuerdo secreto

Ni las flagrantes violaciones de los derechos humanos por parte de la dictadura turca, ni las agresiones contra su minoría kurda o los probados vínculos del Gobierno de Erdogan con el Estado Islámico han impedido que los españoles sigan vendiendo armas y transfiriendo tecnología a Turquía. Muy probablemente, estas transacciones son de una magnitud superior a la conocida, dado que ambos países firmaron hace cinco años un acuerdo secreto que protege toda la información clasificada en la industria de Defensa. De ese modo, se tendió un velo que encubre legalmente todas las actividades relacionadas con la colaboración militar de Madrid y la dictadura turca. Los detalles de este acuerdo se recogían en el Boletín Oficial del Estado de fecha 20 de marzo de 2018.

Junto a Arabia Saudí, Turquía es uno de los principales clientes de las empresas de armas españolas. Nuestro país es el séptimo exportador mundial de armamento y el cuarto de Europa, según un informe elaborado por el Sepri. Sistemáticamente, la diplomacia económica del PSOE y el PP ha cortejado a todos los sociópatas y las timbas de poder autoritario más sórdidas de este planeta. Uno de los casos más sonados fue la entrega sin oposición del Collar de Isabel la Católica al tirano kazajo Nursultán Nazarbáyev, en nombre del rey Felipe VI, por parte de Ana Pastor, en julio de 2017.

Vista la desenfrenada militarización de Turquía, y la brutalidad de sus acciones militares contra sus vecinos kurdos de Rojava, incluso algunos senadores norteamericanos como Robert Menéndez han lanzado advertencias de que Estados Unidos no toleraría aventuras militares en el Este del Mediterráneo (en referencia a Chipre), tal y como recogía este domingo el Cyprus Mail.