El adelanto electoral en España y las posibles implicaciones que podría acarrear para el desempeño de su quinta Presidencia del Consejo de la UE han sobrevolado la segunda cita de la Comunidad Política Europea. Desde la líder italiana Giorgia Meloni hasta el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han sido preguntados por el huracán electoral en España. El mensaje que sale es el de sosiego: las instituciones europeas restan importancia al cambio de fecha en las urnas y muestran confianza en que el semestre trascurrirá según lo planeado.

La convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio sorprendió en Madrid. Pero también lo hizo, y mucho, en Bruselas. El adelanto electoral no es nada extraordinario en los Estados miembros, pero sí lo es si coincide con el arranque de la Presidencia del Consejo. España asume el 1 de julio, 22 días antes de acudir a las urnas, los mandos de la UE para los próximos seis meses del año. Un nuevo escenario que ha abierto debates, aireado hipótesis y arrojado dudas sobre el impacto que todo ello puede tener en la buena marcha de la Presidencia y en la imagen del país en la capital comunitaria y de cara a sus 26 socios.

De momento, todas las instituciones de la Unión Europea han cerrado filas con el país. "Tengo confianza total en que la Presidencia rotatoria está muy bien preparada por parte de las instituciones españolas. Confío en que [el adelanto electoral] no va a tener ningún efecto sobre la agenda en los próximas semanas y meses. Estoy convencido de que será una Presidencia fructífera", ha señalado desde Moldavia Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.

El estado de la situación política en el país ha sido uno de los grandes temas coyunturales que ha generado más atención mediática y política durante la celebración de la segunda cita de la Comunidad Política Europea. Medio centenar de líderes de todo el continente –a excepción de Rusia, Bielorrusia, Turquía, San Marino y Vaticano- se han dado cita en una fortaleza de Moldavia situada a 20 kilómetros de la frontera ucraniana y a tan solo ocho de las tropas rusas desplegadas en la región separatista de Transnistria. El objetivo era enseñar los dientes, el músculo y la unidad a un Vladímir Putin cada vez más aislado en el continente.

"Creo que la campaña electoral se puede desarrollar sin perjuicio a la Presidencia [española del Consejo de la Unión Europea]. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, tuvo las elecciones presidenciales de la República francesa durante la suya", ha sostenido Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. "Hemos entablado largas conversaciones con las autoridades españolas para su Presidencia, sobre la que tenemos muchas ganas. Tengo confianza en que las autoridades liderarán una Presidencia muy importante en los próximos meses", ha coincidido Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo. La maltesa ha recordado que hay mucho en juego: "Dosieres masivos de legislación". La española será una de esas "Presidencias doradas", "de la última oportunidad" porque es la última completa antes de que concluya la actual legislatura. El 6 de junio se celebrarán las elecciones europeas que darán lugar a una reconfiguración del Parlamento y a un juego de sillas en los altos cargos de la UE. Por ello, las normativas que no se cierren en este periodo, como el pacto de asilo o las leyes climáticas, corren el riesgo de permanecer para siempre en el cajón del olvido.

El encuentro en Moldavia ha concluido sin muchas sorpresas. Pocos o ningún resultado concreto, pero mucho simbolismo. Los 49 líderes han estrechado los contactos para cooperar en materias de conectividad, energía, roaming o eramus. Y España recogerá este testigo albergando en octubre la tercera cita en Granada. Con el escenario político tan abierto, el presidente, Pedro Sánchez, ha cuidado el lenguaje refiriéndose a que el país está encantado de ser anfitrión, pero a expensas de lo que pueda ocurrir en julio ha evitado ponerse en primera persona.

Futuro de Sánchez

En calidad de futuro país anfitrión, el inquilino de La Moncloa ha pronunciado una declaración institucional, pero ha sido uno de los pocos líderes que no se ha parado a hablar con los periodistas que le aguardaban. Sí que lo han hecho el canciller alemán, Olaf Scholz, que ha evitado pronunciarse sobre los comicios españoles, o la primera ministra italiana, la ultra Giorgia Meloni, que ha calificado los últimos movimientos electorales como "muy interesantes". "No quiero entrometerme en los asuntos de otro país, pero como líder de los conservadores europeos tengo mucho interés en ver lo que hacen los conservadores europeos españoles", ha apuntado a su llegada.

En esta partida de ajedrez tan abierta, uno de los movimientos que se le anticipan a Pedro Sánchez en caso de derrota electoral es el salto a la secretaría general de la OTAN. En los cuarteles generales reconocen que el suyo es un perfil que gusta. Y el actual líder político de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, concluye su mandato en octubre. A su paso por Oslo, en el marco de la reunión de los 31 ministros aliados de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares ha enfriado esta hipótesis con un quiebro al más estilo diplomático. "Veo a Pedro Sánchez como el próximo presidente del Gobierno de España para los próximos 4 años. Espero que todo lo que se ha avanzado, todo lo que se ha progresado en España no se pare. Una involución no sería buena para España", ha zanjado.