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El Estado Islámico lucha por su supervivencia en Irak y Siria

Después de su rápida expansión territorial en Irak y Siria, el Estado Islámico observa estos días como sus enemigos desarrollan una ofensiva con la que pretenden borrarlo del mapa. En esos dos países tienen lugar batallas decisivas para el futuro de la organización yihadista, aunque una derrota del Estado Islámico no traerá la paz a la región.

Fuerzas se seguridad irakíes y combatientes chiíes ern sus vehículos militares cerca de la localidad de Faluya. REUTERS/Alaa Al-Marjani

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN – La ofensiva de los últimos días contra el Estado Islámico amenaza a los yihadistas con expulsarlos de dos ciudades clave que han estado en su poder desde hace años, la iraquí Faluya y la siria Raqqa, y pone en peligro la continuidad del califato instaurado por Abu Bakr al Bagdadi y que ha servido de talismán para un gran número de musulmanes radicales de todo el mundo.

El Estado Islámico está luchando por su supervivencia en los dos países donde ha logrado asentarse en los últimos años. Las dos ofensivas indican que Estados Unidos ha decidido quitarse los guantes finalmente y afrontar el grave problema que representa esa organización que controla amplias zonas de Irak y Siria.

La agencia France Press que la semana pasada divulgó las primeras fotografías de tropas americanas en el frente de Raqqa, difundió el lunes más fotografías de tropas americanas en el frente de Mosul, en el norte de Irak, y hoy se ha sabido que los fotógrafos de la agencia francesa en la región han recibido la orden de borrar todas las imágenes en las que aparezcan tropas de Estados Unidos.

En Irak hay actualmente unos 3.000 soldados americanos mientras que en Siria hay varios centenares. Hasta ahora estos soldados solían estar en la retaguardia “asesorando” a las milicias que combatían en los frentes, pero en los últimos días parecen haber llegado a la conclusión que sus consejos desde la distancia no tenían el efecto deseado, de ahí que se hayan decidido a ir a los frentes.

Tanto en Irak como en Siria las tropas americanas están combatiendo al lado de las milicias kurdas, que tienen ambiciones territoriales en los dos países y que figuran entre las milicias más activas y motivadas puesto que esperan conseguir compensaciones de los americanos a cambio de las operaciones militares.

Las tropas americanas desplegadas en Irak están participando estos días en la recuperación de pueblos del área de Mosul que durante años han estado en poder del Estado Islámico. Mosul es la principal ciudad en poder de los yihadistas y se prevé que sea atacada una vez que haya caído la ciudad de Faluya.

La ofensiva contra Faluya arrancó el lunes y en ella participan el ejército iraquí y milicias chiíes, y no está exenta de cierta polémica. Según informaciones del gobierno iraquí, desde el lunes han caído tres barrios de Faluya que estaban en poder del Estado Islámico y el avance de las tropas sigue adelante. Este martes, Bagdad ha informado de la muerte de 75 yihadistas en los intensos combates que se desarrollan en el sur de la ciudad, y ha indicado que las tropas se encuentran a solo unos cientos de metros del centro de Faluya.

Faluya cobró notoriedad en las portadas de los medios de comunicación occidentales en 2004, un año después de la deposición de Saddam Hussein, cuando distintas milicias suníes locales se enfrentaron a las tropas americanas en unos combates que en Washington se calificaron como los más violentos desde la guerra de Vietnam.

Combatientes chiítas se hacen uin selfi mientras disparan artiller´ñia hacia las posiciones del Estado Islámico cerca de la localidad irakí de Faluya. REUTERS/Alaa Al-Marjani

Combatientes chiítas se hacen un 'self'i mientras disparan artillería hacia las posiciones del Estado Islámico cerca de la localidad irakí de Faluya. REUTERS/Alaa Al-Marjani

La principal polémica que rodea la ofensiva contra Faluya se origina en la participación de las milicias chiíes. Estas milicias son las que cuentan con la moral más alta pero no son bien vistas por los suníes locales. Los suníes acusan a las milicias chiíes de matar a discreción a los suníes –les atribuyen la muerte de 300 suníes recientemente- y las relaciones entre las dos comunidades son muy precarias.

Una de las acciones del Estado Islámico que se ha intensificado en los últimos días es la ejecución de atentados con bombas, muchos de ellos suicidas, contra distritos chiíes de Bagdad, con el deseo de exacerbar el sectarismo religioso que está muy arraigado desde que Estados Unidos defenestró a Saddam Hussein.

Algunos líderes suníes han hecho llamamientos a la población de Faluya, y a la población suní de Irak en general, para que se enrole en el Estado Islámico y combata a los chiíes que quieren liberar la ciudad de la tiranía del Estado Islámico. Se estima que en estos días hay en Faluya unos 50.000 civiles.

Faluya ha estado cerrada por carretera desde diciembre y las condiciones de vida se han deteriorado sensiblemente. Muchos civiles están tratando de huir pero otros han decidido permanecer allí hasta el final. Si la ofensiva se mantiene y se intensifica es posible que Faluya caiga en cuestión de días.

Si esto ocurre, las tropas iraquíes y las milicias chiíes se sumarían a las milicias kurdas que se hallan cerca de Mosul, al norte de Irak. Mosul, que antes de la guerra tenía dos millones de habitantes, es la principal ciudad en poder del Estado Islámico y el último gran bastión de los yihadistas en Irak.

Por primera vez en mucho tiempo se vislumbra un escenario del que puede desaparecer el Estado Islámico. Ahora bien, su desaparición resolvería simplemente uno de los problemas de Irak y Siria, un problema importante sin duda, pero no acabaría con el sectarismo que avivó la ocupación americana de Irak en 2003, ni tampoco terminaría con la violencia yihadista que está muy arraigada en los dos países.

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