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Guerra Rusia-Ucrania ¿Cómo afecta a España la guerra de Rusia y Ucrania?

La perspectiva energética del conflicto bélico deja consecuencias importantes en los mercados del gas, que han subido un 29% este jueves. España, a diferencia de otros países de Europa, tiene una mayor independencia gasista, ya que recibe el grueso de su abasto de los países del norte de África. 

Una tubería de gas natural impresa en 3D se coloca frente al logotipo de Gazprom y la bandera rusa en esta ilustración tomada el 8 de febrero de 2022.
Una tubería de gas natural impresa en 3D se coloca frente al logotipo de Gazprom y la bandera rusa en esta ilustración tomada el 8 de febrero de 2022. Dado Ruvic / REUTERS

La guerra de Rusia y Ucrania está dejando consecuencias importantes a escala internacional. Más allá de la escalada bélica, los mercados empiezan a resentirse y uno de los sectores que más azotado se ha visto es el energético. Tras el primer ataque, los precios globales del gas se han disparado un 29% y ha superado los 100 euros/MWh. Un alza que se viene sufriendo durante los últimos días, pues el precio de este recurso ha subido un 52% desde principios de semana. 

La perspectiva gasista es una de las claves de este conflicto y, por ende, afecta a todos los países del entorno. Si bien los países del norte de Europa son los que más van afectados van a verse a nivel energético, España se sitúa en una posición privilegiada ya que la dependencia del gas ruso es menor que el resto de Estados de la UE. No en vano, el Estado se juega, en caso de que Putin decida cerrar el grifo energético, perder el 10% de su suministro, según los datos de 2021 de Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

La vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya anunciaba hace una semana que la escalada militar iba a causar turbulencias en los precios energéticos, pero garantizaba que el suministro en el Estado estaba garantizado. "Es prácticamente imposible que pueda haber riesgo", decía. En parte ese riesgo mínimo se debe a la posición geoestratégica que ahora ha adquirido el país, ya que cerca del 50% del abastecimiento gasista llega por las alianzas con los países del norte de África, concretamente con los gasoductos argelinos.

Además, España es una gran potencia europea en cuanto a regasificadoras, las plantas industriales que se ubican en los puertos y que sirven para recibir barcos de Gas Natural Licuado (GNL) y convertirlo en gas natural que pueda servir a la demanda energética. Actualmente hay tres plantas importantes: Mugardo, Bilbao, Barcelona, Sagunto, Cartagena y Huelva.

Todo ello deja al Estado en un eje estratégico crucial, no sólo para garantizar su propio abasto de gas, sino para poder enviar recursos al resto de aliados europeos que puedan verse más afectados por los hipotéticos cortes de Rusia, que ya estaba enviando flujos de gas muy por debajo de los niveles previos a la pandemia. 

"El impacto de la crisis en el flujo físico de gas para España es más limitado que en el resto de Europa. Sin embargo, cualquier alza de precios tendría un impacto casi directo en el mercado energético Español. Esto, con la dificultad adicional de un nivel hídrico muy bajo en España, que ha llevado a las plantas de gas natural a proveer más generación de lo observado en años anteriores. En estas circunstancias, cualquier subida del precio de gas tendrá un impacto más directo en los precios de electricidad", explican a Público desde la consultora Aurora Energy Research.

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