La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha rechazado este viernes la solicitud de extradición reclamada por Reino Unido de un español al que podrían condenarle hasta diez años de cárcel por robar, entre otras cosas, el cepillo de la catedral londinense de San Pablo. El Ministerio Público considera que los delitos que tuvieron lugar en 2013 están prescritos.

Según el escrito del propio fiscal, fue el 3 de marzo de ese año cuando el personal de seguridad que estaba trabajando en la catedral "descubrió que dos cajas de donativos habían sido abiertas a golpes y que se habían llevado dinero".

Cerca de donde se encontraron las cajas desvalijadas también hallaron "una sustancia roja parecida a la sangre" y se percataron de que la puerta que daba al jardín situado en el sureste del edificio catedralicio estaba abierta cuando normalmente permanecía cerrada desde dentro.

Según recoge el fiscal, al día siguiente, un empleado de la tienda de regalos de la catedral observó que varios objetos expuestos estaban desordenados, y luego descubrió que faltaban piezas de joyería de plata y oro por un valor combinado estimado de 2.096 libras (unos 2.300 euros).

La policía cotejó la sangre encontrada en el lugar del delito y se obtuvo un perfil completo de ADN que pertenecía al ciudadano español, que este mismo viernes ante la Audiencia Nacional ha reconocido que, efectivamente, él perpetró el robo.

Tras su detención, se realizó un registro en su domicilio y se encontraron tres piezas de joyería en su dormitorio que fueron identificadas por el empleado de la tienda de regalos como parte de lo robado. Una vez quedó en libertad provisional, pendiente de celebración de juicio, el hombre no se presentó para ser juzgado, por lo que el Tribunal de la Corona dictó la orden de detención.

El autor indicó que tampoco usó "muchas fuerzas"

El autor de los delitos ha indicado ante la Sala que si bien cometió el robo con fuerza, en realidad tampoco usó "muchas fuerzas" porque sólo cogió "el dinero de la catedral que estaba allí". 

"Me arrepiento de los hechos pero ahora tengo trabajo, una vida, no tengo 20 años, tengo 33 y la vida te vas haciendo mayor y quieres salir de todo eso", ha comentado el hombre, que se dedica a construir casas eficientes.

Durante la vista, el fiscal ha insistido en que debe rechazarse la solicitud de extradición emitida por el Tribunal de la Corona del Tribunal Penal Central porque los hechos están prescritos. Entre la comisión del delito en 2013 y el dictado de la Orden Europea de Detención (OEDE) de diciembre de 2020 transcurrieron siete años, cinco meses y 20 días. "Lo que excede el plazo de prescripción de cinco años previsto para este tipo de delitos en el artículo 131. 1, párrafo cuarto del Código Penal", indica.