El Consejo de Seguridad de la ONU aplazó de nuevo este martes la votación de una nueva resolución sobre Gaza tras las reticencias mostradas por Estados Unidos. La sesión para votar el texto había sido inicialmente convocada para el lunes, pospuesta a este martes  ─también por las críticas de EEUU─, retrasada y finalmente cancelada. Todavía no hay fecha ni hora para la nueva sesión, aunque se presupone que será este miércoles.

Las negociaciones prosiguen para intentar evitar que Estados Unidos, miembro permanente del Consejo con derecho a veto, tumbe la resolución, como ya ha hecho en dos ocasiones. La Administración de Joe Biden argumentó en una ocasión que el texto no reconocía el derecho a Israel de defenderse y en otra que no exigía la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás como condición para cesar los combates.

El texto actualizado que propone Emiratos Árabes pide "la suspensión urgente de las hostilidades para permitir el acceso humanitario seguro y sin obstáculos y medidas urgentes hacia un cese sostenible de las hostilidades". Precisamente, EEUU había propuesto introducir la palabra "suspensión", pero aún así no dio su apoyo al texto.

Washington reitera que se opone a un alto el fuego porque considera que una tregua de ese tipo serviría a Hamás para rearmarse y atacar a Israel de nuevo. Salvo por esa frase sobre el cese de hostilidades, la resolución se centra en los mecanismos para garantizar la entrada de ayuda humanitaria y pide la liberación incondicional de los rehenes en poder de Hamás, pero también el fin de los ataques contra los civiles y la infraestructura civil.

El Consejo de Seguridad se ha reunido ya en seis ocasiones para tratar el tema de Gaza, llegando solo en una ocasión a consensuar una resolución sin vetos para pedir "pausas humanitarias urgentes y prolongadas" en la guerra. Entonces, Estados Unidos optó por la abstención.

Ataques a instalaciones sanitarias de toda Gaza

Mientras tanto, la población gazatí sigue sufriendo los incesantes ataques israelíes. Este miércoles, la ONU ha alertado de que ha detectado más de 360.000 casos de enfermedades entre los 1,4 millones de desplazados que se refugian en instalaciones de Naciones Unidas en Gaza, a causa de las malas condiciones higiénicas y la falta de alimentos.

Meningitis, varicela, ictericia y otras enfermedades respiratorias, cutáneas y de otros tipos han sido identificadas entre estos desplazados en centros de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), indica el informe diario de la ONU sobre el conflicto. En él se denuncian una vez más intensos ataques a instalaciones sanitarias de toda Gaza, convertidas en muchas ocasiones en principales escenarios de combates.

El informe recuerda que el 18 de diciembre el hospital de Al Awda en la localidad septentrional de Jabalia, tras dos semanas de asedio, fue objeto de una redada por parte de solados israelíes que detuvieron, desnudaron, ataron e interrogaron a numerosos internos, incluidos pacientes, médicos y refugiados, algunos menores de edad. La mayoría fueron llevados de vuelta al hospital, pero al menos seis personas, incluido el director del centro, siguen privados de libertad, de acuerdo con informaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF).

El 19 de diciembre, otra redada similar, esta vez en el Hospital de Al Ahli, en la capital gazatí, se saldó con la detención de varios médicos y pacientes, así como con la destrucción de la principal entrada a las instalaciones. Las proximidades del Hospital Al Yaman as Shaeed de Jabalia también sufrieron en los últimos días intensos ataques con proyectiles y armas de fuego, añadió el informe. Sólo nueve de los 36 hospitales de Gaza funcionan parcialmente, todos ellos en la mitad sur de la franja, mientras que en el norte cuatro centros brindan servicios extremadamente limitados a pacientes, sin poder admitir nuevos.

Naciones Unidas recuerda que Gaza sufre desde hace seis días un corte en sus telecomunicaciones y servicios de internet (aunque hubo una reapertura parcial el lunes en la mitad sur), lo que dificulta las operaciones de emergencia y el acceso a información sobre el desarrollo del conflicto. Estudios del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) muestran que la mitad de la población de Gaza está en situación de hambre severa o extrema, y que un 90% de los gazatíes pasan días enteros sin comer.