La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha denunciado que los cuerpos de 65 migrantes han aparecido enterrados en una fosa común ubicada en el suroeste de Libia, en el marco de la peligrosa ruta migratoria hacia el mar Mediterráneo.

"El precio de no hacer el trabajo necesario es evidente en el aumento de las muertes humanas y las condiciones aterradoras en las que se encuentran los migrantes", declaró un portavoz de la OIM.

A la espera de la identificación de los cuerpos y de determinar las circunstancias de la muerte, se cree que las personas migrantes murieron cuando eran trasladadas clandestinamente a través del desierto, según un comunicado de la organización.

La OIM ha informado de que las autoridades libias investigan las muertes y ha hecho un llamamiento a que trabajen conjuntamente con organizaciones de la ONU para identificar y trasladar los restos mortales de los migrantes a sus seres queridos.

"Urgente" necesidad de respuesta internacional

Esta nueva tragedia resalta la "urgente" necesidad de abordar los desafíos de la migración irregular, incluyendo una respuesta coordinada a la trata de personas. En este sentido, la OIM ha instado a los gobiernos a fortalecer la cooperación regional para garantizar la seguridad de los migrantes.

"Sin rutas regulares que ofrezcan oportunidades para una migración regular, este tipo de tragedias seguirán siendo una característica a lo largo del camino", declaró la organización.

Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos, en 2023 se registraron al menos 3.129 muertes y desapariciones en la ruta del Mediterráneo hacia Europa.

Libia es actualmente el principal punto de partida hacia costas europeas por el Mediterráneo Central y país de tránsito en la ruta migratoria terrestre por el Sahel.