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¿Carlos III seguirá siendo jefe de Estado en 14 naciones de la Commonwealth?

Isabel II, quien liquidó el imperio británico, se empeñó en sostener la Commonwealth, una comunidad de 56 naciones que en su mayoría habían sido colonias. Las 14 que siguen bajo la Corona ven la posibilidad de convertirse en repúblicas.

Miembros de la Real Fuerza de Policía de Bahamas, durante la ceremonia de proclamación de Carlos III como el nuevo Jefe de Estado, en la capital, Nassau. REUTERS/Dante Carrer
Miembros de la Real Fuerza de Policía de Bahamas, durante la ceremonia de proclamación de Carlos III como el nuevo Jefe de Estado, en la capital, Nassau. Dante Carrer / REUTERS

Fallecida Isabel II y coronado Carlos III, la ciudadanía y las clases políticas de los países de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones) se preguntan qué papel debe tener la monarquía en sus sociedades a partir de ahora. ¿Es posible reconciliarse en pleno siglo XXI con el pasado colonial y esclavista de la Casa Windsor, o se abre la posibilidad de que pasen a ser estados republicanos?

El cargo de secretario general de la Commonwealth dejó de ser hereditario en 2018 tras un intento de democratización del bloque, que aprobó esta medida de forma unánime. También se decidió que la jefatura simbólica fuera ejercida por el rey Carlos III tras el fallecimiento de su madre. La Commonwealth está constituida por 56 países, la tercera parte de la población global, de los cuales 14 mantienen al rey británico como jefe del Estado, cinco tienen sus propios monarcas y el resto son repúblicas.

El pasado noviembre, Barbados se independizó de la Corona británica y dejó así su pasado colonial para convertirse en república. El anterior proceso de independencia en el seno de la Commonwealth se había producido hacía más de 30 años. La decisión tomada por Barbados causó un efecto dominó: Jamaica será una república en 2025 y está pidiendo reparación, exige que se compense la exclavitud a la que fueron sometidos sus ancestros y reclama ser los que exploten las plantaciones que generaron tanta riqueza al Reino Unido. Los otros estados caribeños del grupo (Trinidad y Tobago, Guyana y Dominica) podrían seguir sus pasos.

El descontento hacia la Corona se hizo evidente durante la gira por estas excolonias de los príncipes Guillermo y Catalina, el pasado mes de marzo. Ambos "mostraron no ser muy buenos embajadores por su alto grado de ignorancia cultural y religiosa", explica a Público Subir Sinha, profesor de Teoría y Política del Desarrollo en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS, por su siglas en inglés) de la Universidad de Londres. Los habitantes de las antiguas colonias les recibieron con manifestaciones anticolonialistas.

La exclavitud que hizo rica a Europa

El secuestro masivo de personas en África llevó a la esclavitud a más de 10 millones de personas que fueron transportadas en barcos a través del Atlántico hasta América. Un "capitalismo racial" del cual se benefició no solo la Corona británica sino toda Europa, puesto que el capital sirvió para financiar la revolución industrial y poner al viejo continente en el centro del mundo, en términos económicos y de pensamiento, una colonialidad que se extiende hasta nuestros días.

El rey Carlos III ha manifestado públicamente su repudio a ese legado esclavista y tiene varias organizaciones benéficas, que ahora debe abandonar y que apoyan a jóvenes para que puedan estudiar o llevar a cabo emprendimientos en países del sur global. Sin embargo, no deja de ser un gran cinismo por parte de la monarquía pretender repudiar el legado colonial mientras se benefician de él. La corona es la mayor propietaria de tierras en Gran Bretaña, las joyas de la corona han sido saqueadas de otras partes del mundo y la riqueza de Isabel II ascendía a 365 millones de libras, según The Sunday Times. De esa cantidad que hereda Carlos III, el nuevo monarca no va a pagar al Estado el 40% que exige la Ley de Sucesión.

Las casas reales europeas, incluida la española, están en un proceso de limpiar su imagen, mostrar su lado humano y acercarse a la ciudadanía para asegurar su perpetuidad. "Las monarquías han deconstruido su imagen de privilegio y pasado colonial para centrarse en la diplomacia, mostrarse como grandes conocedores de política exterior y conseguir acuerdos comerciales para el beneficio nacional", insiste Sinha.

Todo aporta para hacer creer que son "servidores del pueblo", la frase favorita de Isabel II; y, según el profesor de SOAS, llevan a cabo esa tarea mientras los medios de comunicación les exponen en un despliegue telenovelesco, mostrando sus quehaceres mundanos diarios, a lo que se suman las tramas de sus vidas privadas. Sinha compara este fenómeno con las “películas de Bollywood de serie b”.

El experto, de origen indio, insiste en que el Estado sigue promoviendo la amnesia colectiva: "La realeza y el colonialismo se siguen validando en las escuelas, mientras se omiten las atrocidades que ocurrieron bajo el dominio colonial. A ello se suma una construcción ficticia sobre los procesos de descolonización que se presentan como voluntarios y pacíficos, omitiendo que los colonizadores fueron expulsados por revueltas sociales. Es una amnesia funcional que sustituye la verdad histórica sobre la brutalidad colonial cuando, en realidad, la reina y la corona han sido clave en la perpetuación de un colonialismo de poder, una especie de colonialismo después del colonialismo".

Los efectos del brexit

El Reino Unido ha intentado cerrar nuevos acuerdos comerciales para compensar su salida de la UE con países como India, el primero en convertirse en república, sólo dos años después de su independencia, en 1949. Actualmente, ambas naciones mantienen buenas relaciones comerciales, aunque no han logrado aún un tratado especial después del brexit.

Con Canadá y Australia sí se han negociado nuevos acuerdos para rellenar el agujero que se queda en la Unión Europea, lo que se convierte en un reto a tenor de la lejanía de esos países respecto a su antigua metrópoli, porque se encarece cualquier producto por los altos costes del transporte.

En términos migratorios, algunos miembros de la Commonwealth se han beneficiado con un incremento de visados de trabajo para sus ciudadanos en sectores como la salud, pues históricamente muchos médicos y enfermeras han llegado a Reino Unido desde las excolonias.

Pero otros países no han corrido la misma suerte y expresaron durante la negociación del brexit la necesidad de mejorar la agenda migratoria. "Bajo el mandato de Boris Johnson las políticas migratoria y de refugio fueron abiertamente racistas, las pateras de migrantes que cruzan el Canal de la Mancha, muchos provenientes de las excolonias, son devueltos a Francia, y se ha apostado por una externalización del refugio a terceros países como Ruanda", comenta Subir Sinha.

Para los 14 países de la Commonwealth que todavía asumen al rey como jefe del Estado, es posible que "Carlos III no tenga suficiente popularidad para mantener una monarquía moribunda, tal vez no colapse de forma inmediata, pero es posible que se creen las bases para pasar a ser repúblicas", dice el experto de SOAS, para añadir que además "se puede cuestionar el papel del rey en la Commonwealth".

Bajo esta sombra de decadencia imperial e incertidumbres sobre el futuro de la Commonwealth, el próximo lunes veremos a la mayoría de los 56 líderes de la Mancomunidad de Naciones rendir tributo a Isabel II en la Abadía de Westminster y dar la bienvenida al nuevo rey.

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