jerusalén
Un año después de que el presidente Donald Trump abandonará unilateralmente el acuerdo nuclear con Teherán, los líderes iraníes buscan desesperadamente sus nuevos aliados en Asia, principalmente en China e India, dos potencias emergentes que están sustituyendo a Europa en el comercio exterior con la república islámica.
A estas alturas no es ningún secreto que los líderes europeos están cavando su propia tumba con esmero y dedicación, no solamente a causa de la política nihilista que aplican Angela Merkel y Emmanuel Macron dentro del continente, sino también a causa de la política nihilista que los dos mandatarios están forzando a Europa a aplicar en el exterior.
El caso de Oriente Próximo es sin duda el más obvio, el que pone más de relieve el suicidio que comete una Europa que no mueve un dedo para defender sus intereses, ni dentro ni fuera. Los mandatarios europeos asisten estáticos al desmontaje del continente que promueve conjuntamente el eje Tel Aviv-Washington, que lo mismo que con Irán puede verse en el brexit o en los populismos y nacionalismos, especialmente en Europa del este.
Los dirigentes iraníes no se cansan de pedir auxilio pero en Berlín y en París, Merkel y Macron se cruzan de brazos como si no les importara nada, aunque se trata de una cuestión importante para Europa, y una cuestión de principios esencial.
Con sus políticas ausentes, Merkel y Macron han plantado ya la semilla del desmoronamiento y la destrucción de Europa. Irán es solo otra ficha de la partida de dominó que juega el equipo formado por Benjamín Netanyahu y Donald Trump con el fin de destruir la Unión Europea. El tándem juega la partida a plena luz del día y disfrutando de una parálisis completa de Merkel y Macron.
Volviendo a Irán, no puede extrañar que este pasado fin de semana The New York Times haya escrito que los ofrecimientos de Trump para negociar con Teherán “parecen vacíos”. Es otra obviedad que aparentemente tampoco tiene ningún significado para los mandatarios de Berlín y París.
En el mismo fin de semana pasado han tenido lugar dos noticias relevantes para Europa e Irán. Por un lado, The Washington Post ha filtrado una grabación del secretario de Estado Mike Pompeo diciendo a representantes del lobby judío que Washington hará lo posible para evitar que Jeremy Cobyn gane unas eventuales elecciones en el Reino Unido.
Si no aceptan negociar, su economía caerá por un precipicio
Y por otro lado, el primer ministro japonés ha hablado con Netanyahu antes de viajar a Teherán como “mediador” del presidente Trump entre los días 12 y 14 de junio. El breve comunicado divulgado por la oficina de Netanyahu venía a decir que el primer ministro es partidario de aplicar mano dura con Irán. Está claro que quien marca la política de Trump con respecto a Irán, hasta en los menores detalles, es Netanyahu, quien solo pretende hundir a la república islámica para confirmar su hegemonía regional.
Pensar que las negociaciones directas o indirectas entre Trump y Teherán van a ser entre esas dos partes es ignorar que Netanyahu dicta las políticas exteriores de Trump, ya sea respecto a Corbyn, la Unión Europea, el este de Europa o Teherán. En cuanto a los iraníes, se encuentran entre la espada y la pared, puesto que si no aceptan negociar, su economía caerá por un precipicio, pero si aceptan nunca podrán llegar a un acuerdo aceptable con Netanyahu, que es quien de verdad está sentado frente a ellos.
El ministro de Exteriores qatarí recalcó el domingo que los iraníes están dispuestos a abordar con Estados Unidos (que en este sentido es una extensión de Israel) el programa nuclear, los misiles balísticos y la estabilidad regional, aunque Teherán pide antes que Trump levante las sanciones, algo que parece muy improbable que ocurra.
China ha desafiado la prohibición de Trump y sigue importando crudo iraní
La frustración de Irán con Europa ha lanzado a los iraníes en dirección a Asia, especialmente China e India. Las promesas europeas a Teherán tras el acuerdo nuclear de 2015 se han quedado en promesas tan huecas como puedan ser las promesas que los europeos hicieron una y otra vez a los palestinos y que nunca han cumplido.
El resultado es que más del 60% del crudo iraní ha ido a parar a Asia. Sus principales clientes han sido China, India y Japón. A diferencia de Japón, China ha desafiado la prohibición de Trump y sigue importando crudo iraní. Las importaciones iraníes de productos asiáticos también han crecido significativamente a costa de los productos europeos, lo que se explica fácilmente si tenemos en cuenta la oscura y débil posición europea.
El 20% del volumen comercial exterior de Irán es con China, país que ya ha superado al conjunto de la Unión Europea en este apartado. En cuanto a India, este país incrementó sus exportaciones a Irán durante 2018 en un 212%.
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