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Los ataques de colonos judíos a palestinos en la Cisjordania ocupada se multiplican ante la pasividad del Ejército y la Policía israelí

Según la OCHA, la agencia de la ONU de coordinación con base en Jerusalén, el año pasado se registró un incremento del 39% en el número de ataques. Las autoridades israelíes ven con preocupación que cada día se divulgan más videos de las agresiones, pero ni la Policía ni el Ejército quieren intervenir.

Vista de la construcción de una edificación en el asentamiento israelí de Rahalim, ubicado cerca de la aldea de Yatma, al sur de la ciudad de Naplusa, en la Cisjordania ocupada. JAAFAR ASHTIYEH / AFP
Vista de la construcción de una edificación en el asentamiento israelí de Rahalim, ubicado cerca de la aldea de Yatma, al sur de la ciudad de Naplusa, en la Cisjordania ocupada. JAAFAR ASHTIYEH / AFP

En los últimos meses en la Cisjordania ocupada por Israel se ha registrado un gran número de acciones violentas de los colonos judíos contra civiles palestinos. Estas acciones se producen a diario con el fin de encerrar a los palestinos en sus guetos, echándolos de sus tierras o confinándolos en sus pueblos mientras las autoridades israelíes miran hacia otro lado, igual que hace la comunidad internacional.

En la última semana la Policía y el Ejército se han tirado los trastos a la cabeza por este asunto. La Policía sostiene que es el ejército quien debe actuar, mientras que el Ejército acusa a la policía de pasividad, una táctica bien conocida por los palestinos que solo en muy raras ocasiones denuncian los ataques puesto que saben que ni el uno ni el otro tomarán medidas.

El Ejército asegura que solo la Policía puede intervenir para detener a los colonos violentos, dado que son civiles, al tiempo que asegura que no tiene jurisdicción sobre los civiles israelíes, pero sí la tiene en cambio sobre todos los palestinos.

Se dan muchos casos de jóvenes colonos extremistas que pegan a los palestinos, les incendian los campos o les queman los coches en presencia de los soldados, pero estos se limitan a observar lo que ocurre sin intervenir, como si nada de lo que sucede fuera con ellos, o solo intervienen cuando los palestinos se defienden y devuelven los ataques.

No es una situación nueva. Todos saben que los incidentes suceden a diario, incluidos los representantes de países extranjeros que guardan silencio porque en sus respectivos países no quieren tener problemas con Israel. La única novedad es que cada día hay más videos de estas agresiones, escenas que circulan por las redes sociales y que ocasionalmente incluso las divulgan las televisiones israelíes.

Un portavoz del ejército ha dicho esta semana: "El Ejército tiene la autoridad y la obligación de intervenir para detener los incidentes violentos que cometen civiles israelíes en la región de Judea y Samaria (Cisjordania) hasta que las fuerzas de la policía israelí lleguen al lugar (…) Se espera que los soldados ejerzan su autoridad y no permanezcan ociosos en esos casos".

El portavoz militar se expresaba en mitad de una trifulca entre el ejército y la policía, con acusaciones mutuas. La realidad es que ni los policías ni los soldados intervienen en las agresiones de los colonos, ni siquiera en las agresiones que sufren los israelíes judíos que ayudan a los palestinos arriesgando su integridad a sabiendas de que pueden resultar heridos en cualquier momento, como ha ocurrido en más de una ocasión.

En uno de esos ataques, a fines de enero, desde una caravana de vehículos de colonos que circulaba por la Carretera 60, justo al sur de Nablús, en la localidad de Al-Huwara, se lanzaron piedras contra las tiendas palestinas abiertas junto a la carretera. Los soldados estaban allí pero no intervinieron, confirmando a los palestinos que dicen que los soldados se limitan a proteger a los extremistas judíos cuando estos son agredidos.

La profusión de imágenes en los medios locales ha adquirido tal frecuencia que el tema ha llegado a la Kneset (el Parlamento israelí) e incluso a una reunión del Gobierno. El diputado Gilad Kariv, un rabino progresista del partido laborista que preside la comisión de Exteriores y Defensa, ha recordado que los soldados tienen la obligación de arrestar a los colonos radicales cuando proceda y esperar con ellos hasta que llegue la policía para hacerse cargo de los arrestados.

Según el diputado Kariv, sus palabras están dirigidas desde la lógica puesto que son los soldados quienes suelen llegar primero a los lugares donde se producen los incidentes. Kariv reprocha al ejército que se quede con los brazos cruzados, una actitud que queda muy clara en prácticamente todas las grabaciones de incidentes que se divulgan.

En la comisión de la Kneset, Kariv pidió a los representantes del ejército y la policía que le entregaran estadísticas acerca del número de veces que se han producido arrestos, pero sus interlocutores le respondieron que ni la policía ni el ejército disponen de esos datos.

Poco después, durante una reunión del gabinete de seguridad presidida por el primer ministro Naftalí Bennett, el jefe del ejército, general Aviv Kohavi, se encaró con un ministro que le reprochó la pasividad de los militares. Kohavi reprodujo el viejo argumento del ejército según el cual los militares no tienen la autoridad para detener a civiles israelíes.

El ministro para la Seguridad Pública, Omer Bar-Lev, negó el argumento de Kohavi, insistiendo en que el ejército es responsable de la seguridad en Cisjordania y los soldados pueden arrestar a los colonos que agreden a los palestinos hasta que llegue la policía y se haga cargo de ellos.

El jefe del ejército sacó entonces un documento del abogado del Estado que en 1998 afirmó que los soldados no tenían autoridad para intervenir contra ciudadanos israelíes en Cisjordania. Bar-Lev le replicó: "No voy a discutir contigo ahora, pero estás muy equivocado. Estás citando cosas parciales e incorrectas".

Más tarde Bar-Lev remitió una carta al ministro de Defensa, con copia al primer ministro y a la Kneset, citando otras partes del documento de 1998, así como documentos adicionales que prueban que el ejército sí que tiene autoridad para detener a civiles israelíes en la Cisjordania ocupada, en contra de lo que sostuvo Kohavi, y que si no lo hace es porque no quiere.

Aunque pueda resultar extraño, el diario Haaretz informó que ni el ejército ni la policía nunca hacen públicos los datos que recopilan acerca de la violencia de los colonos. Pero la OCHA, una agencia de la ONU, ha señalado que en 2021 hubo un incremento del 39 por ciento en los ataques de los extremistas judíos contra palestinos o sus propiedades, hasta llegar a los 497 incidentes, con 126 heridos.

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