La magnitud del genocidio israelí sobre la Franja de Gaza ha elevado a 500 el número de familias palestinas, que han sido completamente eliminadas a consecuencia de los incesantes bombardeos. Un ejemplo de ello es el caso de la familia Salem: tras varios ataques perpetrados el pasado diciembre contra su casa ubicada en el barrio de Sheij Radwan, en la ciudad de Gaza, sus 85 miembros fueron asesinados. 

Además, según UNICEF, más de 17.000 niños se han quedado huérfanos y, al no contar con la protección de sus familiares, corren un riesgo elevado de sufrir abusos o explotación. "El proceso de documentación de las familias cuyos miembros han sido martirizados continúa, a pesar de las dificultades de los bombardeos y los constantes desplazamientos para documentarlos electrónicamente", ha determinado este jueves el jefe del Comité de Documentación y Seguimiento de la Defensa Civil de Gaza, Muhamad al Mughir.

La intensidad de los bombardeos en la región, así como los ataques contra equipos de defensa civil y el bloqueo a la entrada de periodistas y grupos de investigación, dificultan enormemente la tarea de documentar todo lo que sucede en Gaza. 

Una situación similar se vivió el mes pasado en el campo de refugiados de Nuseirat, que fue bombardeado en medio de una operación militar bajo el pretexto de rescatar varios rehenes israelíes: el resultado fue el asesinato de 270 palestinos y la desaparición completa de 12 familias. La de Al Astal también fue víctima de la pérdida de 64 de sus miembros en este lugar el pasado noviembre. 

Durante estos ataques perpetrados contra civiles, en un alto porcentaje niños, se emplearon armas de procedencia estadounidense, como ha denunciado al Mughir recientemente. "El Ejército de Israel ataca deliberadamente todo el vecindario o el área residencia de la persona a la que pretenden capturar, lo que incrementa el número de víctimas tras las ofensivas", ha declarado.

La última ofensiva israelí deja al menos 30 asesinados 

Al menos 30 palestinos han sido aniquilados por el Ejército de Israel en las últimas horas en ciudad de Gaza. Esta urbe, la principal de la Franja, había sido evacuada este miércoles por orden de las fuerzas israelíes. Aún así, el portavoz de la Defensa Civil de la Franja, Mahmud Basal, ha notificado este jueves el hallazgo de decenas de cadáveres en los barrios de Rimal, Al Sina'a y Al Katiba. 

Debido a que las instituciones gazatíes tan solo cuentan con 250 litros de combustible –frente a los 20 o 25 que son necesarios para realizar cada tarea de rescate– la recuperación de los cuerpos se ha vuelto enormemente difícil. 

Este miércoles, Israel ha concluido su ofensiva militar en Shujaiya, barrio periférico en el sureste de ciudad de Gaza, el mismo día que ordenó la evacuación de toda la urbe, incluido el centro. Un día después, el Ejército israelí ha informado de haber eliminado a varios miembros de Hamás tras el lanzamiento de cinco cohetes desde Rafah en un ataque aéreo y terrestre combinado. 

Gaza vive una situación límite marcada por la hambruna

La guerra en la Franja de Gaza continúa por 279 día consecutivos, más de nueve meses en los que unos 38.300 palestinos han sido asesinados en manos de Israel y más de 88.200 han resultado heridos. Asimismo, se estima que unos 10.000 cuerpos permanecen atrapados bajo los escombros, según datos del Ministerio de Sanidad de Gaza. De entre los desaparecidos, se calcula que aproximadamente 4.000 son niños. 

Además, se estima que nueve de cada diez personas han vivido al menos un desplazamiento en el enclave palestino desde que comenzó la masacre israelí. No obstante, según la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), la mayoría han tenido que moverse de un lugar a otro en múltiples ocasiones. Durante estos desplazamientos forzosos, muchos de los niños pequeños se pierden por el camino debido a la desorientación, por lo que se quedan solos y desprotegidos.

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que en Gaza actualmente la población vive bajo situación de hambruna dada la falta de entregas de alimentos, agua y otros suministros esenciales. El bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria, de la que depende el conjunto de la población en esta región, hace que los palestinos vivan un contexto "catastrófico", según esta entidad.