Al menos 18 personas han muerto por asfixia en el interior de un camión abandonado a 25 kilómetros de Sofía (capital de Bulgaria) en el que se encontraban encerradas. La Policía encontró dentro del vehículo a 40 migrantes sin papeles cerca de Lokorsko, en el oeste del país y los medios búlgaros señalan que otros 12 migrantes fueron encontrados con vida fuera del camión. Según las declaraciones de los supervivientes, los traficantes de personas abandonaron el camión y escaparon por razones desconocidas. Hasta el momento una persona relacionada con el suceso ha sido detenida. 

Los migrantes no tenían permiso y viajaban ocultos en el interior de un cargamento de madera. Una fuente del Ministerio del Interior ha manifestado que suponen que "fueron transportados desde la frontera entre Bulgaria y Turquía a la zona alrededor de la ciudad de Dragoman para cruzar luego a Serbia". La Policía cree que todos los migrantes (varones de entre 15 y 25 años) son ciudadanos afganos.

El Servicio de Socorro Médico de Emergencia ha indicado que han sido trasladados a los hospitales de la capital y que catorce de ellos se encuentran en estado grave. No han recibido, según el ministro búlgaro de Sanidad Asen Medzhidiev, comida durante varios días: "Sufren de deshidratación y tienen heridas varias por todo el cuerpo, no puedo decir qué las ha provocado". Asimismo, confirmó que sufrían síntomas de asfixia e hipotermia.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que desde 2014 han fallecido hasta 300 migrantes y refugiados realizando este recorrido. En lo que va de año se han confirmado tres víctimas.